Juan Diego, en primer plano, con La comparsa del pueblo.

«Lo agarré del brazo cuando oí a la madre gritar que había intentado llevarse a su hijo»

Juan Diego, miembro de La comparsa del pueblo, retuvo al presunto autor del intento de secuestro tras verlo con el niño en brazos

Juan Cano

Martes, 9 de febrero 2016, 11:39

Juan Diego no olvidará con facilidad el Carnaval de 2016, y no precisamente por el resultado del concurso. Tras varios años sin participar, decidió volver ... a La comparsa del pueblo, una agrupación de Marbella, donde reside, que cosechó el quinto premio en Málaga. Entre los eventos en los que debían estar por haber quedado entre los finalistas estaban el desfile de los Dioses y la Batalla de las Flores del sábado.

Publicidad

Habían llegado ya al final del recorrido, en la plaza de la Constitución, y se disponían a salir del recinto. Juan Diego vio a un hombre caracterizado de policía con un niño en brazos. Casi instintivamente, se fijó en él y lo reconoció al instante. Era el mismo sujeto con el que se había topado minutos antes, durante el desfile. «Lo había visto dando vueltas por allí; no me cuadró en absoluto porque iba solo y estaba dentro del recinto acotado para las agrupaciones. A mí, sinceramente, me dio muy mala impresión, no pintaba nada en esa zona», recuerda. A los «15 o 20 segundos», observó a una mujer que corría gritando detrás del individuo; ella misma le dio alcance y le arrebató al menor de las manos. «Me acerqué y, cuando vi lo que presuntamente -recalca- estaba pasando, lo agarré del brazo. Cuando escuché a la madre decir que había intentado llevarse a su hijo, decidí retenerlo».

Juan Diego le preguntó quién era y qué pretendía hacer con el niño. «Agachó la cabeza y no dijo ni hizo nada. Se puso nervioso y empezó a mirar hacia los lados. La impresión que me dio es que buscaba un sitio para salir del vallado y quitarse de en medio. Entonces, lo empujé y, cuando mis compañeros de la comparsa lo vieron, se acercaron, avisaron al vigilante de seguridad y éste a la Policía Local», relata el hombre, que tiene 37 años y trabaja en la hostelería. Sólo lo perdió de vista unos segundos, que el sospechoso aprovechó para acudir en busca de los agentes y decir que le habían agredido.

Aún con el disgusto en el cuerpo, Juan Diego tuvo que volver ayer a Málaga para declarar en el juzgado como testigo de los hechos, aunque en realidad fue algo más. «La madre quiso darme las gracias, aunque sólo hice lo que habría hecho cualquier persona. Tengo dos hijos y me puedo poner en su piel. De hecho, casi me los llevo ese día al desfile. Menos mal que no lo hice, porque le podía haber tocado a cualquiera», concluye.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad