

Secciones
Servicios
Destacamos
José Vicente Astorga
Martes, 9 de diciembre 2014, 01:48
Media vida en Buenos Aires como 'gallego' con ceceo y la otra en Málaga con un acento porteño que presume de viejas raíces andaluzas. Su madre impuso su ciudad para el regreso familiar a España en los 90, y desde entonces, él se ha ganado la vida con la arquitectura, preferentemente lejos de los adosados. Autor de la sede de Abengoa en Sevilla, Blanco Astigarraga se ha embarcado con dos hijos y dos empresarios en el proyecto para recuperar el mercado de la Merced, arriesgando 1,5 millones en la concesión municipal para crear un nuevo espacio gastronómico y cultural en Málaga allí donde los puestos tradicionales dan penosas boqueadas. La familia Blanco ha puesto ahorros, y cabeza y corazón de arquitectos para cambiarle antes de primavera las tripas y la cara a ese 'no lugar' de hormigón al que vecinos y turistas se asoman como a un horrendo final de trayecto de la hermosa plaza. Sentado en una terraza, junto a la Casa Natal, la gente del mercado le saluda. Se ve que le fían el futuro.
-¿Cuál sería su tarjeta profesional ante los malagueños?
-¿Cómo me instalo y me comprometo aquí y además con el acento que tengo, quiere decir? Pues he vivido 30 años en Argentina, pero mi madre nació en la clínica Gálvez y mi padre es de Santander con orígenes en Bilbao y Asturias. Yo he sido un 'gallego' en Buenos Aires con mis problemas de ceceo andaluz. Ese soy yo, un niño que conocía al dedillo Málaga y Melilla, así que cuando llegué aquí lo conocía todo. Soy, como dice un amigo mío, un malagueño que habla raro. Estamos aquí por mi madre, en su Málaga y mi relación con la ciudad es hacer cosas que la revitalicen y que vuelva a ser lo que fue en alguna época. Ahora la veo como una ciudad quedada. Arquitectónicamente yo no soy un señor que hace adosados. No soy de los que ha hecho mil adosados. Más bien edificios emblemáticos, una palabra que por cierto no me gusta. Abrí el despacho y poco a poco me di a conocer. He hecho también pequeñas promociones, centros comerciales.
-¿De qué obra está más orgulloso?
-Hombre, del edificio de Abengoa en la avenida Luis Montoto de Sevilla. Con el gran jefe de la empresa, Javier Benjumea, al que no conocía, estuve hablando un día de todo menos del edificio, pero al final decidió quedarse con él. Cuando se iba me dijo: «Arquitecto, tengo un problema con este bastón. ¿Usted qué opina? ¿Yo? Que prefiero apoyarme en el bastón a que el bastón se apoye en mí. Pues dígale a los propietarios franceses -me respondió- que la próxima semana firmamos el edificio». Abengoa quería cambiar su sede.
-¿Qué le lleva a dar el salto a una iniciativa como esta del mercado?
-Un poquito de todo. Números y emoción. Sobre la base de mi formación en arquitectura, fue ver la zona y cuando se convocó el primer concurso municipal, que era sólo ampliar hacia adentro un supermercado, pensamos que en una ciudad como Málaga, dos ejes como el teatro Cervantes y la casa Natal unidos por esta calle... terciaria, por decir algo, eso era una vergüenza. En la 'Noche en blanco' se notó muy bien. Por aquí no pasaba nadie.
Cambio. Los 2.000 metros sufrirán un completo cambio de diseño y usos. Comisaría y oficinas de distrito se mantendrán.
Inversión. El proyecto de rehabilitación supone un desembolso privado de 1,5 millones a cambio de la concesión por veinte años.
Promotores. José Luis y sus hijos Ezequiel (abogado) y Julián (arquitecto) son los adjudicatarios junto a los empresarios Cayetano Garijo y Luis Camas.
-Es un no lugar.
-Pues sí. La idea fue proponer algo diferente que no fuera un supermercado, y lo primero es desarrollar un eje urbanístico, esta calle (dirige la mirada a la calle Gómez Pallete) y su entorno. Con una simple calle se puede cambiar mucho. Recrearemos toda esta zona y regeneraremos el mercado, que está muy degradado.
-Y con esas mismas ideas se fueron ustedes al Ayuntamiento.
-Propongo el proyecto y ven que el mío es un submarino con un torpedo dentro. No se lo esperaban. Lo que querían inicialmente era un supermercado para ampliarlo, con lo cual nada variaba. Tenía 300 metros y era aumentarlo a 840. Mi planteo fue distribuir los espacios de otra manera. Esos 840 metros los distribuyo de otra manera y transformamos el mercado en algo vivible. Armar la calle y que se cierre el circuito cultural en esta zona, que está cortado. Aparte de que está todo en crisis, los arquitectos también y la profesión está terriblemente mal, me considero una persona inquieta, que no para de ver cosas. Me gusta participar en muchas ideas y concursos de arquitectura. Mi estudio no es una empresa de arquitectura, es un taller donde no se pierde la relación con la música, la literatura, la poesía. La arquitectura no es poner cuatro columnas ni ser un gestor de documentos. Yo interpreto necesidades lo mismo que cuando diseño una casa. Observar la ciudad es también una función del arquitecto.
-¿Esta calle será peatonal?
-En la práctica es semipeatonal. Esta calle cierra un eslabón y había dos opciones con mi proyecto: me mandaban a paseo o la aceptaban.
-¿Diría que incluso ha llegado a entusiasmar a los responsables municipales?
-Aparentemente sí. Hubo un comentario de alguien: «Pero tú que te crees, que eres Dios». No, yo soy un tío que observa la ciudad.
-¿Qué sensaciones percibe entre sus colegas del ámbito municipal?
-En general, están todos muy callados.
-Pero ha conseguido algo insólito en esta ciudad como es el consenso de los grupos municipales en torno a una obra.
-Así parece. Uno de los temas que preocupaba en Alcaldía es qué iba a decir la oposición y nadie ha dicho nada. Ningún partido. Ese silencio también creo que supone acuerdo. Eso demuestra en mi opinión que hacía falta una actuación aquí, aunque ahora haya quien diga que eso ya lo llevaban estudiando veinte años. La idea gusta y lo percibo en la opinión de la gente, que es en lo que más me fijo. El pueblo quiere un cambio. El pueblo es más vanguardista. Esta ciudad tendría cambios más grandes si no hubiera un establishment que frena cosas.
-¿Y los señores tenderos?
-Muy bien. Recuerdo que cuando les planteé el proyecto les dije: ustedes tienen ahora un viejo utilitario y con este proyecto van a tener un rolls. Lo vieron rápido, pero les dije que también tenían que invertir. ¿En qué? En el sacrificio del tiempo que se necesite para la obra. No hubo problemas. La treintena de puestos seguirán bajo gestión municipal, pero se beneficiarán de una reforma integral y seguirán su propio modelo y horario. Nuestro mercado gastronómico abrirá a las 10 por ejemplo y se cerrará tarde.
-Nadie ha prestado atención al mercado salvo lamentar lo mal que estaba. A la vista del 'photoshop' y con una inversión de 1,5 millón de euros el resultado de lo que quieren hacer es más que atractivo.
-El arte de distribuir espacios no tiene por qué ser caro. A veces también hay que dejar de ganar. A los promotores de obras en general les suelo decir cuando dicen que perdemos que en realidad dejamos de ganar. Esto que vamos a hacer es para las nuevas generaciones que tienen una nueva de comer, de relacionarse y de estar en los espacios, que no es la de mucha gente mayor. Ellos no van a un restaurante a tomarse un güisqui toda la tarde ni a fumarse un puro. Esto es para la gente nueva, que además trata mimetizar la cultura, algo que cuesta meterla en algunos lugares.
-¿Cómo lo van a hacer?
-Pues, por ejemplo, el friso que recorre las cuatro fachadas irán imágenes de creadores, artistas, librepensadores y vamos a hacer un concurso entre los artistas urbanos, pero tienen que pintarlas ellos mismos. Habrá cuatro ganadores, uno para cada fachada, que desarrollarán cada uno con su estilo. Luego del lado de la calle junto al teatro, pretendemos humildemente, a modo de un Montmatre, crear un espacio reservado para artistas, escultores y pintores que puedan trabajar a la vista de la gente y los turistas, que se perciba que Málaga es una ciudad creadora. Interiormente también habrá en el mercado una zona de unos 200 metros para exposiciones, pequeños conciertos -habrá un piano- encuentros de gastronomía, exposiciones, eventos sociales, conferencias... Ese espacio me lo ha pedido la gente del Festival de Cine. La idea en conjunto es que si alguien viene a picar encuentre aquí oferta cultural y se cree cierta sinergia. Bohemia no. Ya me dijeron que no usara esa palabra. Digamos mejor una movida intelecto-gastronómica.
-¿Acuden a los señores del dinero cuando tienen la idea del mercado o ellos son los que se les acercan?
-Hay señores que se nos acercan, pero en general es un proyecto con medios propios y familiares. También estamos buscando la colaboración con algún banco que tenga interés real en participara y apoyar a Málaga un proyecto así. El que mejor se ponga a tiro...
-¿Esa participación sería para la gestión futura o para financiación de la obra?
-Para esta etapa de la obra lo estamos viendo, pero queremos ver que la propuesta no sea solo financiera, sino apoyar un proyecto. Si vienen, oye, perfecto, pero no tiene nada que ver. En el proyecto están mis hijos Ezequiel y Julián, y también Cayetano Garijo y Luis Camas, ellos son los promotores, como usted dice los señores del dinero.
-¿Mantienen la apertura para el Festival de Cine?
-Así es. Ahora dejamos el paréntesis de Navidad y mientras podemos avanzar en zonas poco visibles y en enero empiezan las obras.
-¿Habrá muchos andamios?
-Fuera no. Esta es una obra de pocos andamios, más de tripas, de cambiar servicios, conducciones, canalizaciones, aire, agua...todo será nuevo. Las tripas no se ven.
-¿Cómo harán para que haya luz natural?
-Va a ver mucha luz. Estos muros serán cerramientos de cristal. La calle se mete dentro y el interior sale fuera. Quedarán las columnas nada más y toda la luz te dará la sensación de estar en la calle. Será como una piel de cristal. El mercado tradicional tendrá un espacio para niños, con esculturas para que jueguen con ellas.
-¿Qué color tendrá el edificio?
-Vamos a mantener tendrá un color parecido al actual combinado con unas placas de hierro oxidado.
-¿Se les ha acercado algún Messi gastronómico al proyecto?
-Los hay. Están un poco a la expectativa, sorprendidos al ver esta iniciativa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Crece la familia del reptilario de Cabárceno
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.