¿Villafranco del Guadalhorce tendrá que cambiar su nombre?

Además de Málaga, el abogado ha enviado esta petición a Alberche del Caudillo (Toledo), Guadiana del Caudillo y Villafranco del Guadiana(Badajoz), Llanos del Caudillo (Ciudad Real), Quintanilla de Onésimo (Valladolid), Alcocero de Mola (Burgos) y San Leonardo de Yagüe (Soria), con el objetivo de que eliminen «todo tipo de simbología de exaltación de quienes cometieron crímenes contra la humanidad en España«.

Ranz asegura en su escrito que el incumplimiento de la ley supondrá una multa de entre 2.001 y 10.000 euros. En declaraciones a SUR, la alcaldesa de Alhaurín el Grande Toñi Ledesma indicó que esta petición fue recepcionada en el Ayuntamiento el pasado martes y que actualmente los técnicos municipales están estudiándola, «para saber como nos influye o qué pasos legales tenemos que dar».

Según Ledesma, muchos de los vecinos de la pedanía se apellidan Franco, «y nunca han entendido que hubiera que cambiar este nombre». En este sentido, recalcó que no ha habido movimientos vecinales ni protestas a título individual. «Son 54 años con este nombre, tanto los vecinos como el equipo de gobierno consideramos que hay otros problemas más importantes, ya que este cambio implicaría un gran coste burocrático».

Asimismo, la alcaldesa subrayó que nunca ha habido vinculaciones políticas por parte de los vecinos con respecto al nombre de su pedanía. «Siempre hemos defendido el nombre porque es lo que nos han pedido sus habitantes».

Esta petición del abogado Ranz no es la primera: hace varios años solicitó lo mismo en Villafranco, aunque sin éxito. En 2018, el Ayuntamiento creó una comisión para estudiar algunas de las cuestiones de la ley, llegando a considerar que no existía un enaltecimiento de los valores franquistas, según recordó Ledesma.

Creada en 1968, la pedanía de Villafranco del Guadalhorce está registrada como obra del Instituto Nacional de Colonización. Esta entidad, fundada por Franco al terminar la Guerra Civil, buscaba la conversión de terrenos de secano poco rentables en extensiones de regadío con los que aumentar el tejido productivo en diferentes puntos del país. Andalucía y Extremadura concentraron la mayor parte de las medidas, donde se instalaron acequias y se desarrollaron algunas infraestructuras hidráulicas. Sus políticas estuvieron marcadas por la Ley de Bases de Colonización de Grandes Zonas Regables, promulgada en 1939 y por la ley del 25 de noviembre de 1940 sobre la Colonización de Interés Local, por lo que el proceso estaba basado en 'poblar' las zonas que se querían transformar mediante colonos: familias que buscaban emprender un nuevo camino (que a menudo camuflaba una segunda oportunidad) y empezaban de cero.