Los siguientes pasos en la exhumación de Campillos: cerrar la primera fosa, abrir la segunda y avanzar en las identificaciones
Tras la recuperación de 73 cuerpos en la intervención inicial, con un elevado porcentaje de mujeres, el equipo confía en mantener la colaboración universitaria en la próxima campaña prevista para 2026
La primera fase de los trabajos en el cementerio municipal de Campillos se ha desarrollado durante dos meses y medio y ha concluido con la ... recuperación de 73 víctimas de la Guerra Civil. La valoración, según la coordinadora del proyecto y profesora de la Universidad de Málaga, María José Berlanga, «no puede ser más positiva», tanto por la rápida localización de la fosa como por el respaldo del Ayuntamiento para iniciar los trabajos y el esfuerzo del equipo en pleno verano. El proyecto, además, ha contado con la participación de alumnado universitario que ha podido acercarse de primera mano a un capítulo de la historia reciente en condiciones reales de excavación.
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Sin embargo, tras dejar atrás esta primera fase el grupo de trabajo ya piensa en la siguiente intervención que tendrá lugar a lo largo de 2026. Uno de los objetivos inmediatos, que ya se contemplan en la segunda fase, es cerrar la primera fosa. Allí permanecen todavía una veintena de víctimas que no han podido ser recuperadas debido a las raíces de dos árboles, lo que obligó a detener la excavación en esa zona para no alterar la disposición original de los restos.
Cuando se complete esta parte, el número total podría rozar el centenar de cuerpos solo en este primer sector. También se documentaron nueve féretros de personas fallecidas en los años posteriores a la contienda, enterrados justo encima de la fosa, lo que ralentizó los trabajos iniciales pero permitió ampliar el conocimiento sobre el uso de ese espacio del cementerio.
El segundo paso será la excavación de la segunda fosa común, situada en paralelo a la ya intervenida. Los arqueólogos calculan que, si presenta una disposición similar, el total de víctimas superará las 150. El director de la excavación, Andrés Fernández, señala que en la primera fosa se han identificado hasta «cinco grupos distintos de enterramientos» que corresponderían a diferentes sacas y días de represión, lo que permitirá en el futuro cruzar esta información con fechas documentadas de fusilamientos.
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Fernández añade que, a falta de los cuerpos que no pudieron ser recuperados por las raíces, la primera fosa podría alcanzar «entre ochenta y cien víctimas en total». Asimismo, advierte que si la segunda fosa alcanza las dimensiones de la primera, más grandes de lo que se había estimado en el inicio del estudio, la cifra de cuerpos encontrado podría ronda las 200. Aunque es muy pronto para saberlo y, será «la tierra quien lo diga», sentenciaba el director de la excavación.
Identificación
El tercer frente se centra en el proceso de identificación. Para ello, el equipo técnico recoge muestras de saliva de familiares, priorizando las de primer grado, que se cotejarán en el laboratorio especializado de la Universidad de Granada. «Cuanta más cercanía haya, más fácil será el reconocimiento», explica Berlanga, que recuerda que ya se han entregado pruebas de otras intervenciones como la de Teba. Los resultados se conocerán conforme avance el trabajo del instituto, que acumula gran carga de estudios, pero que ofrece la garantía de un nivel científico alto y contrastado.
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«Cuanta más cercanía haya, más fácil será el reconocimiento», explica Berlanga
La dimensión histórica del proyecto la subraya la profesora Encarnación Barranquero, co-coordinadora junto a Berlanga. La historiadora explica que, aunque todavía es pronto para conocer con precisión la identidad de las víctimas, lo que sí puede asegurarse es que «no eran franquistas», sino «represaliados por el franquismo». Entre ellos habría población civil, hombres y mujeres, posiblemente algunos milicianos o sindicalistas, y también familiares de dirigentes republicanos. Este perfil explicaría en parte el elevado número de mujeres, que en Campillos supera el 20%, una cifra muy superior a la media registrada en otras fosas de Andalucía y España, situada entre el 3 y el 5 por ciento.
Los trabajos, que retomarán su segunda fase en 2026, se desarrollarán con una planificación similar a la de este año. Tanto Berlanga como Fernández coinciden en que los recursos técnicos, humanos y presupuestarios deberían mantenerse en condiciones semejantes, incluyendo la participación de voluntarios de la Universidad de Málaga, cuya implicación ha sido calificada como una experiencia formativa de gran valor. Con la previsión de finalizar la primera fosa, abordar la segunda y avanzar en las identificaciones, el proyecto de Campillos encara su siguiente etapa con el objetivo de aportar certezas científicas, reconstruir la memoria histórica y ofrecer a las familias la reparación de décadas de espera.
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