El anillo convertiría a Antequera en el centro más importante para pruebas ferroviarias en Europa

La propuesta que el actual presidente de Adif, Pedro Marco de la Peña, le trasladó al ministro en una reciente reunión cobra vida en un escenario diferente, donde ha habido una explosión de la oferta de servicios ferroviarios. Si en la época anterior había sólo una operadora (Renfe), ahora son tres, pues se han sumado Iryo y Ouigo. En el caso de la línea de Málaga, se ha pasado de una decena a 25 circulaciones diarias por cada sentido a Madrid. Y lo mismo ocurre con todas las grandes capitales.

Además, la operadora pública tiene un encargo para recibir hasta 500 nuevos convoyes, tanto de alta velocidad de la S-107, la nueva generación de Avril de Talgo, como de Cercanías, según dijo el ministro. Este se suma al material rodante de las compañías privadas. Todas ellas se tendrán que homologar antes de empezar a recibir a viajeros a bordo. Y esto, en un contexto de carrera tecnológica acelerada, donde los grandes fabricantes pugnan por hacer convoyes cada vez más veloces y con mayor capacidad.

«El sistema ferroviario está cada vez más tensionado, nos faltan trenes y cuando llegan, tardamos mucho en homologarlos. Tenemos que ponerle remedio, y una forma de hacerlo es tener de una vez por todas un circuito de pruebas que nos permita homologar los trenes mucho más rápido», dijo Puente.

Cabe recordar que, a día de hoy, para dar luz verde al material nuevo que se fabrica hay que utilizar las vías convencionales, donde los pasajeros tienen la prioridad; por lo que sólo se pueden aprovechar los surcos que deja Adif en algunos días y horas. Esto hace que se pierda mucho tiempo y prolonga meses la puesta en marcha de los nuevos convoyes.

De esa necesidad resurge la propuesta del anillo que se llegó a proyectar hace más de una década. «Ese proyecto cayó en el olvido y les anuncio que lo vamos a retomar donde estaba, en Málaga», sentenció el ministro. «Cuando esté concluido, permitirá que España sea junto con China el único país donde se va a poder homologar un tren en muy poco tiempo, en un entorno real y con una inversión importante. La provincia se beneficiará de la inversión y de los puestos de trabajo que se generen durante su construcción y por la actividad del circuito».

El proyecto que se quedó en un cajón en 2016 constaba de dos circuitos: el principal, de vía única de ancho estándar (para alta velocidad) de unos 58 km, con una recta de 9 km y curvas de radio amplio. Iba a servir para probar los trenes a velocidades máximas de hasta 450 km/h homologables (puntas de 520 km/h). También se dibujó un anillo secundario de 20 km, para pruebas de material de altas prestaciones (hasta 220 km/h) con ancho mixto (UIC e ibérico). La inversión prevista rondaba los 400 millones e iba a generar unos 7.000 empleos. De todo aquello sólo quedó la nave de talleres, que se mantiene cerrada y sin uso.

La iniciativa está en una fase todavía muy incipiente, según admitió ayer a SUR el portavoz de Adif a nivel nacional. Aunque sí está clara su vocación: «La idea es convertir a Antequera y Málaga en un gran laboratorio de tecnología ferroviaria, puntero en Europa, y que puedan venir fabricantes de otros países a probar sus trenes».

Con todo, todavía queda por definir el circuito, que no será el mismo que se dibujó en su día, y que levantó fuertes críticas de los propietarios de las explotaciones afectadas. «Tenemos que revisar lo que hay y replantear el proyecto, si será un anillo más o menos grande, o una línea recta; hay que desarrollar un proyecto nuevo, no pensar en el que se descartó hace años». A lo que añade: «No está cerrado, queremos que sea un proyecto bueno para la provincia y hacerlo con el máximo consenso institucional y de respeto medioambiental».

Lo cierto es que, si sale adelante, este se convertirá en el circuito de ensayos más importante de Europa. Actualmente, las principales instalaciones de este tipo en la UE son el circuito de Valenciennes, en Francia (hasta 320 km/h). Así como los dos de Velim, en la República Checa; y el de Wildernrath en Alemania.

A nivel mundial, la delantera la lleva Asia, con dos referencias: el Dingyuan Test Loop, en China, donde se prevé hacer pruebas desde 650 hasta 1000 km/h con trenes de levitación magnética. Y el Yamanashi Maglev Test Track, en Japón, con un récord de velocidad de más de 600 km/h.

Con esta radiografía, es fácil comprender el alcance tecnológico internacional que tendría el circuito de Málaga, en el supuesto de que finalmente se llegue a construir.