La romería a la Victoria inaugura la feria de día de Málaga con Rafael Prado como abanderado

Después de la foto de familia con la comitiva municipal en la escalinata del Ayuntamiento, el acto dio comienzo antes de lo habitual, a las 10.40. Los espectadores se quedaron en silencio para escuchar el himno de Andalucía, seguido del himno nacional. «¡Viva Málaga!», gritó una de las asistentes. Al acabar de tocar la banda, los verdiales y las malagueñas marcaron el inicio de un trayecto en el que Francisco de la Torre entregó la bandera verde y morada a Rafael Prado. El galardonado de este año es conocido por ser el último propietario deL Café central, un local que cambió la manera en la que se pide el café en la ciudad.

En uno de los carruajes se encontraba el abanderado, junto a De la Torre y Teresa Porras. Antes de empezar la ruta, Prado reconoció estar nervioso, como en un día de Reyes. «Después de dos años, es la feria del reencuentro… de un buen abrazo y dos pedazos de besos», manifestó. La Asociación Centro Histórico de Málaga-CCA- fue quien le otorgó el reconocimiento «como malagueño que lleva por bandera a Málaga, sus tradiciones y su cultura, tanto en lo profesional como en lo personal». El hostelero se mostró feliz y emocionado por el honor en el arranque de la peregrinación, que partió desde el Consistorio de la capital. Ondeó la bandera a petición de un público conmovido por empezar el peregrinaje.

Los malagueños, y también los llegados de fuera, iniciaron el recorrido. Decenas de jinetes condujeron sus caballos. El itinerario inició en el Paseo del Parque hasta finalizar en el santuario, pasando antes por el Paseo del Parque, plaza de la Marina, Alameda Principal, Puerta del Mar, Atarazanas, plaza Arriola, Pasillo Santa Isabel, Carretería, Álamos, plaza de la Merced, plaza María Guerrero, y la larga calle Victoria. En las dos aceras de la última, antes de entrar al santuario, se agolpó una multitud de personas en las aceras para contemplar la procesión.

Los primeros peregrinos llegaron al Santuario de la Victoria a las 12.45 horas. Y, conforme fue pasando el tiempo, los asistentes contemplaron los tradicionales bailes hasta que llegó el galardonado. En el instante en el que apareció Rafael Prado, acompañado de Francisco de la Torre, en el mástil de la explanada, la expectación se centró en verle izar la bandera malagueña. De nuevo, sonó el himno de Andalucía y el de España, esta vez siendo la primera coreada por todos los que estaban presenciando el acto. Al acabar, los asistentes gritaron con ovación: «¡Viva Málaga! , ¡Viva Andalucía! , ¡Viva España! , ¡Viva Francisco! , ¡Viva los malagueños!».

La romería finalizó con la entrada de la comitiva en el templo para formar parte de la habitual ofrenda floral que se le hace a la patrona de Málaga. Todos los bancos del santuario de la Victoria estaban ocupados por la alta concentración de gente en el interior. De hecho, muchos asistentes vivieron el homenaje a la virgen de pie. El evento religioso terminó despertando las emociones y sacando las lágrimas de algunos de los presentes, pero al mismo tiempo conmemoró el inicio de la feria del Centro de Málaga.