El Madoff español dice ahora que previno de las pérdidas
J. A. BRAVO
Miércoles, 21 de diciembre 2016, 00:37
Estudios inacabados de de Veterinaria, no habla inglés y fue vendedor de animales de compañía y tarjetas de móviles. Con este currículum Germán Cardona, conocido como el Madoff español, creó una empresa «financiera, no de inversión» (EMG, cuyo brazo ejecutor era Finanzas Forex) que en 2008 captó 430 millones de euros de 175.000 inversores de 110 países. Así lo admitió ayer el propio protagonista de esta rocambolesca historia, una presumible estafa piramidal que ahora se juzga en la Audiencia Nacional.
En su primer día de declaración Cardona situó a su antiguo 'broker' de inversiones, Daniel Rojo, como el responsable del macrofraude del que le acusan -se enfrenta a 21 años de cárcel y una indemnización de 374 millones de euros- y recordó en este sentido que ya fue arrestado en EE UU por fraude financiero.
El Madoff español se situó así como «una víctima más». «Era su cliente más grande y fuimos engañados -contó al fiscal- porque nos dijo que contaba con grandes inversores». Según sus cuentas, que no cuadran con las que figuran en la causa, llegó a darle hasta 4.500 millones de dólares, dinero que ahora piensa reclamarle en los tribunales.
Esos fondos, según su versión, quedaron paralizados en EE UU tras la crisis de Lehman Brothers en 2008, aunque admitió que después siguió captando inversores en Europa del Este y Latinoamérica porque «no sabíamos lo que iba a durar, si tres meses o iba para largo». Eso sí, afirmó que nunca prometió retornos concretos a sus inversores.
«Les avisé por activa, pasiva y perifrástica de que era un producto de altísimo riesgo y ni siquiera se garantizaba el capital, muchos menos los intereses», señaló con vehemencia. Su negocio usaba el «marketing de referidos», esto es, «un cliente te trae a otro conocido suyo», que luego invertían en productos financieros que el acusado no supo concretar. Sin embargo, el fiscal sostiene -por los contratos de sus inversores-que ofrecía ganancias de entre el 20% y el 40% según el riesgo de cada operación.
«Yo no he robado a nadie», concluyó Cardona, quien dijo que «se fue pagando lo que se pudo» hasta que se agotaron las reservas de dinero.
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