El mejor Alejandro Davidovich del año se ahoga en la orilla ante Ruud

Durante muchas fases del juego se apreció la rabia de Davidovich, liberado en parte de presión tras el cambio, y con ganas de demostrar el talento que tiene. Verdasco, todo el partido colocando el 'grip' en raquetas que trasladaba él mismo al banco para entregar a su jugador, le aconsejaba, con el capitán español de Copa Davis, David Ferrer, a su lado. El duelo se trasladó a la Suzanne-Lenglen después de estar programado inicialmente en la Simonne Mathieu, tras otra jornada de lluvia persistente, con la ventaja de jugar bajo techo, que para colmo propiciaba unas condiciones más favorables al malagueño, con bola más pesada y bote más bajo. Fue un partido apoteósico, que recordó al de 2021 entre ambos (en una pista secundaria), ganado entonces por Fokina.

En el primer set Davidovich ya dejó sus credenciales. Llegó a la muerte súbita sin conceder opciones de perder su servicio. Superior en el juego, en especial en los 'rallies' a más de cinco golpes, sólo las buenas direcciones de los saques de Ruud le daban ventaja, y fueron las que le sacaron de un aprieto en el juego inicial. Pero nunca es fácil superar a un 'top ten', y en los puntos bajo presión, en la 'muerte súbita', dos errores seguidos con 4-4 (después de reponerse a dos 'mini breaks' abajo), uno al precipitarse con un ganador y el otro en una volea a media altura, malograron el trabajo de la hora previa.

El nórdico no perdonó y amenazó en el arranque del segundo set con agrandar la brecha, con sus dos primeros puntos de 'break', pero Davidovich los salvó y empezó a marcar diferencias ante un Ruud que bajó su ritmo y empezó a cometer más errores (doce en una manga de escasa duración). El tenista afincado en Fuengirola igualó el partido con un doble quiebre, y su habitual bajada de tensión competitiva tras ganar un set casi le pasa factura, con un preocupante 0-2 en el tercero, pero tuvo capacidad de reponerse. El guión de cada tenista se desordenó, pero la presión se le vino encima a Davidovich con 3-4 y saque. Ruud olió la sangre para el 'break' y cerró después para el 3-6.

No bajó en su tesón Davidovich, que siempre que podía atacar con su derecha y dominar con ella, además de su revés paralelo, hacía mucho daño al séptimo favorito del cuadro. Sacaba el ahora pupilo de Verdasco con 5-3, pero tres errores no forzados parecieron resucitar fantasmas. Sin embargo, hubo 'contrabreak' y forzó, con tres horas y media de acusado desgaste la última manga, con ambos tenistas con un balance de 7-6 en victorias y derrotas en estos escenarios.

Davidovich, atendido por una pequeña herida en su mano, algo que siempre se puede complicar para un tenista, tomó también un producto para prevenir calambres. Con poca competición este año ni partidos maratonianos, sumado a su habitual estrés emocional (que suele pagar el cuerpo), el riesgo de sufrir 'rampas' en sus piernas era evidente.

El malagueño comenzaba la manga final con la ventaja siempre estratégica de empezar sirviendo cara a evitar el temido 'super tie break'. Sin embargo, logró el quiebre Ruud en el quinto juego tras una increíble volea a la red de Davidovich, quizás en el punto más decisivo del partido. Aún tuvo dos opciones en el octavo juego para devolver el duelo a la igualdad, pero Ruud no le dio facilidades obligándole a jugar muy lejos de la línea de fondo. Puntos geniales del noruego acabaron con la última resistencia del malagueño, que sacó la bandera de rendición, pero tiene previsto volver a Roland Garros en los Juegos Olimpicos.