Davidovich alcanza su tercera final de la temporada

Davidovich hizo fácil lo difícil ante Shelton. Esta vez no hubo que recurrir a la épica, sino a un plan de partido muy claro ante un rival que, pese a su potencial, se le da extraordinariamente bien, con un tres de tres en los cruces, tras haberle superado antes en París Bercy y Montecarlo.

Podía temerse por su mayor desgaste en la víspera, pero esta vez ni siquiera cedió un set el malagueño, que desactivó a uno de los mayores 'bombarderos' del circuito. Ben Shelton, hijo de Bryan, extenista que es también su entrenador, sirve a cerca de 230 kilómetros por hora con frecuencia, pero su tenis es poco sutil. Sin pulso para las dejadas juega todo con potencia.

El tipo de juego del subcampeón este curso en Múnich y semifinales en el Abierto de Australia le va como anillo al dedo a Davidovich, que sólo con devolver bolas a la potencia del de Atlanta tuvo mucho ganado. Pese al espejismo de sus dos primeros turnos al saque, Shelton sirvió en todo el primer set con un pésimo 32º de primeros, y ahí estuvo la clave de que se le escapara en apenas 27 minutos.

Fue un set en el que Davidovich rozó la perfección. Seguramente el más brillante de la temporada del rinconero, que con una confianza extraordinaria sólo cedió tres puntos con su servicio y fue capaz de 'breakear' dos veces a su rival. Leyendo muy bien sus segundos saques, el partido discurría muy favorable a sus intereses ante un Shelton que es incapaz de cambiar el guión, pues sólo juega a una cosa.

En el segundo set no cambió demasiado el escenario. Shelton comenzó a meter más primeros y colocar más 'aces' (fueron sólo siete en el partido), y hacía un gesto irónico agradeciendo al cielo como si quisiera desquitarse por su falta de tino en el partido. La grada rugía en Washington ante el espectáculo de los saques imposibles y pedía más a su único compatriota superviviente en el torneo.

Pero Davidovich seguía a lo suyo. Shelton no le inquietaba al resto, con demasiados errores no forzados y el partido avanzaba con su control. Llegó una bola de 'break' en el quinto juego y dos más en el séptimo, que esta vez sí aprovechó para lograr una ventaja que parecía casi definitiva.

Fue el único momento de la semifinal en el que a Davidovich le tembló el pulso. Una derecha a la red y otro intento de ganador que se le escapó por milímetros no le permitió consolidar la ventaja y Shelton se fue arriba espoleado por el público. Era un trance peligroso con 4-5 y el saque del rinconero, pasando incluso por un 30-30.

El norteamericano empezó a jugar con menos margen de error en sus golpes desde el fondo y eso le dio más réditos. Hacerse conservador le hizo igualar mucho el pulso, pero Davidovich logró acto seguido otro quiebre en un 'passing' sobre la subida de Shelton. Ahí acabó el partido, porque el pupilo de Félix Mantilla ahora ya no tembló para cerrar la victoria en el turno final al servicio.