Los Red Bull, intratables

Después de Baréin, las expectativas de Aston Martin estaban en ver si el coche se mantendría competitivo en un trazado tan diferente. Para satisfacción de los aficionados españoles, el monoplaza demostró su versatilidad al funcionar también en este circuito. Desde los inicios, Alonso estuvo siempre entre los cinco mejores, todo ello, claro está, por detrás de los coches de Red Bull, que a día de hoy se muestran muy por encima del resto de la parrilla y con una superioridad tan grande que, salvo incidentes mayores, puede que ganen todas las carreras del año. Y para muestra, la remontada de Max Verstappen, que por un problema mecánico salía desde la decimoquinta posición para terminar segundo detrás de su compañero Checo Pérez. Bien es verdad que el reagrupamiento de la carrera por la salida del 'safety car' le ayudó en su remontada.

Aston Martin, no cabe duda, tiene un gran coche y dependerá de la capacidad de desarrollo del mismo a lo largo del año para ver si logra seguir presentando batalla a Mercedes y Ferrari. En Mercedes, pese a la mejoría, tienen un gran problema por el concepto aerodinámico de su coche (sin pontones) y ya se habla de que han tirado la toalla y de que para la próxima carrera presentarán un coche totalmente nuevo con el que intentar plantar cara a los energéticos. Tal es el descalabro de los alemanes que su piloto estrella, Lewis Hamilton, se plantea cambiar de aires si al final de año no tiene un coche competitivo. Su próximo destino, si eso sucede, podría ser incluso Ferrari, marca con la que el inglés siempre ha coqueteado. Pero los italianos a día de hoy están sumidos en una crisis importante. Tienen el motor más potente, pero, cuando se le aplica la mayor potencia, la fiabilidad es su punto débil y además no consiguen optimizar el uso de los neumáticos en ritmo de carrera. Ni Carlos Sainz ni Charles Leclerc pudieron presentar batalla de forma digna. El nuevo jefe de equipo, el francés Frederic Vasseur, tiene mucho trabajo por delante y ya se sabe que los resultados de Ferrari son una cuestión de estado en Italia. En este gran premio estuvieron en el anonimato. Cierto es que la entrada del 'safety car' les desfavoreció, pero luego no tenían ritmo alguno y se vieron sobrepasados por Aston Martin y Mercedes, y de los Red Bull ni hablamos.

Mal fin de semana para McLaren. Los coches ingleses han perdido totalmente la competitividad y ya no pueden luchar ni con Alpine, que en esta ocasión logró meter a sus dos coches en la zona de puntos, pero con más pena que gloria.

Y por último unas palabras para el nuevo desatino de la FIA. Penalizaron a Fernando Alonso quitándole el tercer lugar del podio por cumplir mal una anterior sanción. Es del todo lógico que el reglamento está para cumplirse, pero la Federación Internacional tiene todos los medios para que una cosa tan lógica se aplique inmediatamente y no con una hora de demora y tras haber terminado la carrera, no permitiendo al piloto forzar el ritmo para tratar de enjugar esa penalización. Pero hay más: tres horas después devolvían el podio al español por «falta de evidencia clara» en la acción que suponía la sanción... ¡Increíble! Hasta Australia.