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Ponce, durante la entrevista con SUR en el Gran Hotel Miramar de Málaga. Salvador Salas

Enrique Ponce: «El toreo no vive un momento tan malo como algunos quieren hacer ver»

Enrique Ponce, torero ·

El diestro valenciano se muestra optimista sobre el futuro de la tauromaquia porque «hay una gran afición y mucha gente joven en las plazas»

Lunes, 5 de agosto 2019, 00:31

Cuenta Enrique Ponce (Chiva, 1971) que nunca en su trayectoria profesional había estado tanto tiempo sin ponerse delante de un animal para torear como los casi cuatro meses que ha permanecido en el dique seco a consecuencia de la grave cornada que sufrió el 19 de marzo en la Feria de Fallas de Valencia y que le destrozó la rodilla izquierda. Han sido meses «duros» de recuperación y alejado de los ruedos para el diestro valenciano, que afronta con «ilusión» su reaparición el 10 de agosto en El Puerto de Santa María. Cuatro días después hará el paseíllo en Málaga para reinaugurar La Malagueta en un cartel con Javier Conde y Morante de la Puebla ante toros de Juan Pedro Domecq. De la lesión, de su vínculo con Málaga y del estado de la tauromaquia habla en esta entrevista con SUR.

–¿Cómo se encuentra de la lesión?

–Bien dentro de la gravedad que ha sido. Yo mismo estoy sorprendido de la recuperación tan magnífica que he estado llevando y de que se hayan cumplido los plazos que nos marcamos para recuperarme. Fue una lesión muy grave. No sólo fue la rotura del ligamento cruzado, que ya lo tenía roto cuando ese día toreé en Valencia ya que llevaba con él roto desde diciembre por lo que toree así veinte corridas de toros en la temporada americana, sino que también me rompí la tibia, los dos meniscos, la meseta tibial, el ligamento lateral interno,... Es una lesión en la que te planteas si vas a volver a andar bien.

–¿Cómo han sido estos meses de recuperación?

–Duros, sobre todo, los dos primeros meses porque no podía apoyar el pie y eso me limitaba muchísimo. Además, los dolores eran muy fuertes, sobre todo, por las noches. Fue un momento difícil y aunque nunca dudé de que iba a volver a torear, quieras que no hay momentos de bajones, de dudas, de si te vas a recuperar,...

–¿En qué pensó durante estos meses de recuperación?

–Pensaba en recuperarme bien y no dudaba de que iba a volver a torear. Tuve siempre la mente muy en positivo y eso es importante para cualquier recuperación. De recuperaciones entiendo un poquito (risas) porque he tenido si no tan graves como ésta en cuánto al tiempo sí graves en cuanto a lesiones y a cornadas fuertes. Siempre pensaba en volver, eso me ilusionaba, y soñaba con volver a vestir de luces y a torear este año.

–¿Cómo está viendo desde la distancia la temporada taurina?

–Es duro ver qué podías estar ahí ese día en tal corrida y no estás. Sobre todo, la ilusión que tenía con Madrid en un año en que iba dos tardes y volvía a una Beneficencia tras muchos años. Tratas de aislarte un poquito para no comerte mucho la cabeza, la verdad, pero de todas formas me interesaba ver cómo iba todo. Vi la feria de Sevilla y Madrid y he estado pendiente de cómo iban saliendo las cosas, cómo iban embistiendo los toros de ciertas ganaderías que me interesaba ver.

–¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de lo visto en esta temporada?

–En Madrid me llamó la atención la cantidad de toros que embistieron y los grandes éxitos de toreros; ha sido un año artísticamente muy bueno en Madrid, cosa que no es fácil, se han cortado muchas orejas, se han abierto muchas puertas grandes,... Eso me ha sorprendido para bien.

–Está anunciado en el cartel de la corrida de reinauguración de La Malagueta, ¿qué supone para usted?

–Es un día muy importante porque Málaga es una de mis plazas preferidas, sin duda. Es una de las plazas donde he triunfado muchísimo. No sólo es ya el triunfo, sino que ha habido una comunión muy bonita entre la afición de Málaga y yo desde hace muchos años. Me siento un torero querido en Málaga y un torero de Málaga. Estar el día 14 en la reinauguración de La Malagueta para festejar ese nuevo 'look' me ilusiona.

–¿Ha visto la rehabilitación de la plaza de Málaga?

–He visto algo por fuera. La Malagueta siempre será bonita por su entorno y por su magia. La rehabilitación es una manera de volver a las raíces en el tiempo de cómo era la plaza antes. Esté como esté siempre va a estar bonita porque tiene el alma bella.

–En Málaga ha indultado a dos toros, ha salido a hombros, ha firmado, grandes faenas, pero si tuviera que quedarse con un momento en La Malagueta, ¿cuál sería?

–Ha habido muchas grandes tardes en Málaga y grandes faenas, pero para mí hay una que marca todo. Fue la tarde de Crisol (17 de agosto de 2017), sobre todo, con ese toro 'Jaráiz' de Juan Pedro Domecq al que indulté. Ahí se vivieron cotas de un nivel mágico y es una de las faenas que yo conservaré en mi mente toda mi vida.

«Tocado por Dios»

–¿Cuál es el secreto de Ponce para mantenerse durante 30 años en la primera línea de la tauromaquia?

–No lo sé. Ante todo es estar tocado por Dios. Luego tú tienes que poner de tu parte, por supuesto, pero es muy importante tener ese algo especial que sólo te puede dar Dios, que naces así. Y luego, mucha constancia. Otros elementos son el afán de superación y el refrescarte año tras año, no conformarte con lo que has conseguido y tratar de evolucionar. Creo que esas son las claves para mantenerte durante tantos años arriba.

–¿Pesa mucho llevar durante tres décadas la púrpura del toreo?

–Sí, por supuesto. Y es muy difícil renovarse y evolucionar después de tanto tiempo, pero yo creo que eso lo he tenido. Ha habido una evolución no en mi concepto, siempre, desde nicho, he tenido muy claro el concepto y la clase de torero que he querido ser y que llevaba por dentro, pero sí hay una parte de evolución en los últimos tres o cuatro años en cuanto a la espiritualidad de mi toreo, en cuanto al sentimiento y al alma íntima de mi toreo.

–¿Cómo ve actualmente el estado de la fiesta de los toros?

–No soy tan pesimista. Creo que no estamos viviendo un momento tan malo, ni mucho menos, como nos quieren hacer ver. Sí es un momento difícil y malo en cuanto al político antitaurino, no al antitaurino de la calle. Cada uno es libre de poder sentir lo que quiera, pero aquí nadie le pone a nadie una pistola en la cabeza para que vaya a los toros, y no nos vamos ahora a enrollar en explicar todas las virtudes que tiene el toreo desde el punto de vista medioambiental, económico, animalista, cultural.... Lo que hace daño es el uso político que se hace de los toros.

–La tauromaquia se ha convertido en un arma arrojadiza política.

–Sí claro. Pero hay una gran afición. Lo que pasa es que hoy el día el toreo compite con muchísima oferta de ocio, hemos pasado una crisis económica muy dura,... No es cierto que no haya afición, claro que no. Luego, también hay que evolucionar, trabajar y los empresarios taurinos tienen que moverse e ilusionar a la afición de cada ciudad porque está comprobado que la gente se ha vuelto muy selectiva. De niño me acuerdo que iba con mi abuelo a las novilladas y había ambiente, hoy en día eso se ha perdido un poco y la gente es más selectiva y va a los carteles de figura, a los rematados. Pero la afición está ahí. Es más, estamos viviendo un momento muy bueno en cuanto al toro y en cuanto a los toreros. Hay un escalafón muy variado donde hay toreros ya con un poso y una veteranía que da gusto ver y luego toreros nuevos que están saliendo arreando. Quiero decir que es un momento de la tauromaquia realmente histórico. Y otra cosa muy importante, la gente joven va a los toros. Yo estoy viendo más gente joven en los toros que nunca y eso es clave. No seamos tan pesimistas. Lo que tenemos es que trabajar bien lo que es la gestión de las ferias y moverlas y motivar a la afición a ir a la plaza, porque afición hay y la gente joven se está involucrando mucho más que nunca en la fiesta. Los chavales jóvenes están dando la cara por la fiesta. ¿Qué hay antitaurinos? Pues como toda la vida los ha habido.

–Al principio de la conversación hablábamos de lo que ha pensado en estos meses de recuperación, ¿ha meditado su retirada de los ruedos?

–No, no, no.

–¿Qué le queda a Ponce que hacer en los ruedos?

–Vivir. Para mí el toreo es vida y torearé no mientras yo pueda, sino mientras me aguanten (risas).

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