El Supremo obliga al Govern catalán a devolver a Aragón los murales de Sijena

Cristian Reino

Miércoles, 28 de mayo 2025, 17:14

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El Tribunal Supremo ha fallado a favor de Aragón contra Cataluña y, en una sentencia conocida este miércoles, ha ordenado al Mnac de Barcelona, el museo nacional de arte de Cataluña, que devuelva unas pinturas murales del románico a su emplazamiento original, el monasterio de Villanueva de Sijena, en Huesca. Son la joya de la corona del conjunto artístico que Cataluña alberga del templo aragonés y que están expuestas en el museo barcelonés, como «una obra maestra del arte de 1200 y como un ejemplo único y primordial del arte medieval hispánico», según el museo catalán.

Como ocurre entre Reino Unido y Grecia con los mármoles del Partenón, se trata de un viejo litigio, con derivadas políticas, artísticas, judiciales y hasta eclesiásticas, ya que todo se precipita en 1995 por una decisión del Vaticano, al reordenar decenas de parroquias de dos obispados, el de Barbastro-Monzón y el de Lleida.

Los frescos salieron de Aragón con destino a Cataluña en 1936, después de que el monasterio oscense, que por entonces pertenecía al obispado de Lleida, fuera incendiado durante la Guerra Civil por un grupo de anarquistas. Las rescató de las cenizas un funcionario de la entonces Generalitat republicana y se las llevó a Cataluña, donde las restauró. Desde 1961, están expuestas en el Mnac. El Supremo ha fallado ahora que el Mnac no es dueño de las pinturas, sino que fueron «arrancadas» de la sala capitular del Monasterio de Sijena.

Cataluña albergaba también diferentes obras de Sijena, hasta un total de 44, que estaban en el museo de Lleida, pero en 2017, por orden judicial y a través de una entrada de la Guardia Civil a la pinacoteca leridana en pleno 155, fueron enviadas a Huesca. Carles Puigdemont, que acababa de ser cesado tras la DUI, habló entonces de «expolio» cultural contra Cataluña. Las 44 obras las compró en su día la Generalitat a las monjas del monasterio por 300.000 euros entre 1983 y 1994, si bien la compraventa fue declara nula por un juez años después, en 2015.

A pesar de las resoluciones judiciales, que obligaban a la Generalitat a devolver las piezas a Aragón, el Gobierno catalán ha tratado durante años de evitar la entrega del tesoro artístico. Hasta el punto de que dos de sus consejeros de Cultura, Santi Vila y LLuís Puig, fueron juzgados por negarse.

Es la tercera sentencia judicial, tras la de primera instancia y la de la Audiencia Provincial de Huesca, que ordena al Gobierno catalán a restituir esta obra artística, considerada una joya del románico. Durante el largo litigio judical, un juzgado llegó a paralizar la orden de devolver esta obra de «extraordinario valor artístico», como consecuencia de su situación «vulnerable». Esta es la carta que ha jugado siempre la Generalitat, apoyada en informes de expertos, que desaconsejaban el traslado, porque podía causar daños irreparables.

«Es una sentencia que no se puede ejecutar sin poner las pinturas en un riesgo muy alto de destrucción. Todos los expertos de todo el mundo lo advierten», ha afirmado este miércoles Puigdemont. La exconsejera y expresidenta del Parlament, Laura Borràs, ha hablado de «lawfare artístico».