Medalla de la Ciudad para al gran escultor de los iconos eternos de Málaga
Jaime Pimentel recibe el título de Hijo Predilecto por su aportación indispensable a los símbolos populares del arte urbano de la capital: del 'Cenachero' al 'Burrito' del Parque
¿Quién no tiene en casa una foto montado en el burrito del Parque? ¿O no se ha tropezado con una postal de 'El Cenachero' ... , imagen indiscutible de que se ha visitado Málaga? Los iconos eternos de la capital no solo tienen nombre, sino un mismo autor, el escultor Jaime Fernández Pimentel (Málaga, 1933), que a sus 92 años recibió este viernes con emoción, pasión y humor el que es probablemente su título más merecido: Medalla de la Ciudad y título de Hijo Predilecto como creador indispensable de los grandes símbolos populares del patrimonio monumental y de nuestra memoria colectiva.
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«Este es uno de los mayores honores en la vida porque no hay mayor privilegio que ser reconocido por la tierra que te ha visto nacer», aseguró el propio Jaime Pimentel tras recoger la distinción de malagueño de honor de manos del alcalde, Paco de la Torre. En su discurso, el homenajeado viajó a la «bulliciosa» calle Carretería, la escuela en la que aprendió que «la alegría, el arte y lo popular» forman parte del «alma malagueña». «Fue allí, sin saberlo, donde comencé a esculpir mi mirada del mundo; allí empecé a entender el valor de la belleza, el trabajo y la identidad», contó el artista que recordó divertido que, cuando volvió a casa tras su periplo nórdico, los vecinos lo llamaban «vikingo».
Curioso mote para el hombre que mejor ha atrapado el alma malagueña en la escultura, como destacaron los diferentes portavoces municipales que intervinieron en el acto. Y que corroboró el mismo Pimental al confesar que ha «llevado el nombre de Málaga con orgullo» por todo el mundo, intentando que su obra sea «fuente y no barrera». El artista volvió a ese niño de Carretería para despedirse y reconocer que la ciudad le ha «inspirado» desde pequeño y que el abrazo de la Medalla de la Ciudad no es un final. «Seguiré devolviendo arte, amor y compromiso», cerró un emocionadísimo Jaime entre el aplauso cómplice de todos los presentes.
«Fue allí, sin saberlo, donde comencé a esculpir mi mirada del mundo; allí empecé a entender el valor de la belleza, el trabajo y la identidad»
Jaime Pimentel
Artista
Como quedó claro en el acto de este viernes, no hay un artista más identificado con la ciudad que el propio Pimentel. Solo su 'Cenachero' ya se merecía por sí solo este título de predilecto. Una escultura que comenzó siendo un encargo muy distinto a la imponente estatua de más de dos metros que preside la plaza de la Marina sobre un elevado pedestal. «El alcalde, García Grana, quería que hiciese una figurita que simbolizara a Málaga para entregarla a las autoridades. Le gustó mucho 'El Cenachero', por eso me pidió que la hiciera para exterior», contaba Pimentel a SUR desde su casa-museo-taller de Almayate. La versión definitiva que haría historia se presentó en 1964 y su autor no se olvida del aplauso unánime. «Nunca haré una escultura que tenga esa importancia, esa inauguración me hizo jurar que se lo regalaba a Málaga», aseguró.
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Aquella pieza convirtió a Pimentel en el escultor de referencia y en creador de iconos inconfundibles. Ahí está también su 'Platero' (1968), el burrito del recinto infantil del Parque en el que se han montado y fotografiado varias generaciones de malagueños. Tanto como para desgastar y hasta agrietar ese sólido bronce inspirado en la obra poética de Juan Ramón Jiménez, teniendo incluso que ser retirado en 2016 para su restauración y vuelta a instalar para seguir montando hoy día a nuevos jinetes.
Previamente a estos dos emblemas, el escultor reconocido con la máxima distinción de la ciudad también inmortalizó otro genuino oficio malagueño, 'El Biznaguero' (1963), que, a diferencia de los cenacheros, todavía siguen recorriendo las calles de Málaga con su penca aromática. Este monumento, también en bronce, se encuentra actualmente en los Jardines de Pedro Luis Alonso, desde donde sigue mirando al cielo con la mano en la cara y pregonando sus efímeras biznagas.
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Fernández Pimentel también es autor de esas gaviotas que llevan décadas intentando alzar el vuelo desde la cubierta del Eduardo Ocón, aunque su capacidad para crear obras simbólicas no se reduce a Málaga. Benalmádena también recurrió al escultor en 1968 para encargarle una estatua representativa que presidiera la fuente de la plaza de España y representara el próspero momento de la localidad en pleno 'boom' turístico. El artista pensó en una niña y tomó como modelo a una joven de Almayate con la cola recogida y los brazos extendidos con una concha de agua como alegoría de una ciudad en crecimiento y abierta a sus numerosos visitantes. Al año siguiente, se creaba la ya mítica Semana de Cine de Autor y el bronce de la Niña de Benalmádena, en versión reducida, se convertía en el trofeo que comenzó a viajar por todo el mundo con los premios internacionales del certamen.
El gran creador de los iconos malagueños tuvo, paradójicamente, una formación nórdica, comenzado a mediados de los 50 en Noruega, donde le influyó la escultura Anne Grimdalen, pasando después por Finlandia, Suecia y Norteamérica. El encargo de 'El Cenachero' y su éxito le permitió regresar definitivamente a Málaga. Su simbólica colección de arte urbano para la ciudad no solo se expone en nuestras calles, sino también en Estados Unidos, concretamente a la ciudad de Mobile (Alabama), donde se exhiben sendas versiones de las emblemáticas 'The Fishmonger' y 'Platero', como símbolo del hermanamiento de ambas capitales.
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Sus emblemáticas esculturas 'El Cenachero' y 'Platero' no solo se exhiben en Málaga, sino también en la ciudad norteamericana de Mobile
Siempre activo, Jaime Pimentel, que renunció a la piedra por el bronce porque le permitía dar «movimiento» a sus esculturas, es también un autor de otras obras relevantes de la provincia, como 'El Jabegote' de Torre del Mar y la espigada 'Noctiluca' de Rincón de la Victoria, localidades que también han reconocido al maestro como hijo adoptivo. Una de sus últimas obras se encuentra a la entrada de Macharaviaya, donde emerge la figura del político y militar Bernardo de Gálvez (2014). Un conquistador, como el propio Pimentel.
Como recordó el alcalde de Málaga, Paco de la Torre, en el acto de entrega de la Medalla, la Academia de Bellas Artes de San Telmo, institución a la que pertenece el propio escultor, fue la promotora de esta petición que fue oficializada ante el Ayuntamiento en 2023, que aprobó definitivamente su concesión el pasado 19 de junio en la comisión de pleno de Derechos Sociales y Cultura. El expediente, que fue instruido por la concejala Mariana Pineda, reconoce los méritos y el trabajo artístico de Pimentel, tomando precisamente como referente el icono de 'El Cenachero', la figura más representativa de la ciudad desde su instalación hace seis décadas. «Sus trabajos se han fundido con el paisaje malagueño», resumió Pineda.
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