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En su nombre están casi todas las claves de lo que son: Colectivo Fango. Trabajan como equipo convencidos de que lo grupal «es lo que ... nos puede salvar» en un mundo de individualismo salvaje. «Y nos gusta embarrarnos, ir hasta el final», asegura Camilo Vásquez, su director. En 'Tribu', advierte, se enfangan literalmente. «Hay tierra, hay agua, hay lío». El Cervantes abre espacio al teatro experimental de Colectivo Fangoeste viernes, dentro del segundo acto del Festival de Teatro (19.00 horas; 24 euros).
'Tribu' es una reunión de amigos en la que hay «mucha palabra, mucha charla, mucho recuerdo». Lo normal de un encuentro entre colegas. Pero en un momento dado establecen un 'pacto común' y todo eso se rompe. «De lo convencional se pasa a un espacio más fantástico, primigenio, donde todo se empieza a desarmar, a desmontar«. El lenguaje que utilizan deja de servirles y sus cuerpos buscan otras formas de comunicarse. «La palabra como la conocemos deja de existir. El cuerpo comienza a mutar», detalla. 'Tribu' es «un rito, una invocación de energía, un anhelo compartido de conexión».
Como todas sus propuestas, esta nace también de la investigación, del ensayo y error del laboratorio escénico que ellos representan. Parten de una idea inicial: la necesidad de trabajar lo grupal. Y la obra toma forma con tiempo, dedicación y paciencia. «Sabemos cómo acabamos cuando estrenamos», reconoce Vásquez.
«Decidimos volcarnos al mundo de lo tribal, a la investigación de la memoria y a ver qué pasaba con nuestros cuerpos si volvíamos al origen. Pero al origen de todo», detalla el director. No se trata de representar cómo debería ser ese mundo tribal o antepasado, «sino ver qué nos pasaba a cada uno con nuestros cuerpos. Esa fue realmente la investigación», apostilla. Ángela Boix, Fabia Castro, Trigo Gómez, Rafuska Marks y Manuel Minaya trasladan todo lo aprendido al escenario.
'Tribu' es la segunda de las cuatro piezas que ya forman parte del catálogo del Colectivo Fango, creado en Madrid en 2016. «Hay una recompensa por esa paciencia y esa apuesta por generar desde un lugar diferente». De hecho, su primera obra, 'F.O.M.O' (acrónimo en inglés de 'fear of missing out'), pasó de estrenarse en una pequeña sala de la periferia a ser programada por el Centro Dramático Nacional. Y con 'Tribu' se hicieron con el premio a mejor espectáculo en el Festival CENIT de Sevilla.
Es, dice su director, una obra para todos los públicos. «Solo tienes que dejarte llevar, sin prejuicios, y vivir la experiencia». No niega el «impacto» que produce en la segunda parte, pero está diseñada para ir introduciendo al espectador poco a poco en ese encuentro ritual. «Nos interesa jugar a lo convencional y luego poder quebrarlo», señala.
Conclusiones, «pocas». Preguntas, «muchas». «En mi opinión, estamos en un momento muy delicado. Hemos pasado por una situación muy compleja que parecía que nos podía unir, donde podía bajar la crispación y tener una reflexión más profunda de lo que estábamos haciendo como sociedad, pero no soy muy optimista. El individualismo está muy arraigado», argumenta Vásquez. Aún así, no pierde la esperanza. «Hasta en el fango nacen flores».
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