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Salvador Rueda, en su escritorio, en una imagen de comienzos del siglo XX.

El soneto castrado de Salvador Rueda

Las obras completas del escritor revelan la desaparición de un poema del volumen más escandaloso del autor, ‘Himno a la carne’

Francisco Griñán

Miércoles, 4 de mayo 2016, 00:37

Encontrar un ejemplar de Himno a la carne (1890) no es fácil. Se trata de un singular poemario sobre las relaciones sexuales que se convirtió ... en todo un escándalo en su época. Llevaba la firma de un joven escritor, el malagueño Salvador Rueda, que tradujo en poesía y erotismo el amor carnal. Pero la sociedad decimonónica no estaba preparada para ello. A las críticas de compañeros y de la prensa, se unió la censura. Pero no tanto la oficial, sino la social. Tanto que en los ejemplares rescatados por Antonio Gómez Yebra y Elena Garcés se han encontrado con una curiosa coincidencia: el soneto once está arrancado del poemario. «Hasta que no lo encontremos y lo leamos, la única explicación es que estamos ante los versos más fuertes para la moral de la época», explica el coeditor de las Obras Completas de Salvador Rueda, cuyo primer volumen publicado por la Universidad de Málaga se presentó ayer en la Feria del Libro.

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Ante esta castración poética, Gómez Yebra y Garcés hicieron un llamamiento a bibliofilos y coleccionistas privados con el objetivo de encontrar un ejemplar completo de Himno a la carne, un volumen el que el malagueño se apartó de la poesía costumbrista para trazar un acercamiento al sexo con un erotismo espiritual que sonrojó en su época. Entre ellos, el escritor Juan Valera que tildó los versos como propios de la «lascivia de viejo». No obstante, Rueda tenía 32 años cuando publicó este polémico libro que, a juicio de Gómez Yebra y vistos el resto de poemas desde la actualidad, resulta una obra que se podría calificar de «inocente».

«Aunque parezca que todo está estudiado en Literatura, siempre hay parcelas oscuras», explicaron los investigadores que tienen puestas esperanzas de que aparezca un ejemplar intacto de Himno a la carne en la biblioteca de Alfonso Canales o «en alguna colección privada».

Junto al primer tomo presentado ayer, que abarca desde Renglones cortos (1880) a los mencionados sonetos de la polémica, en los próximos años se publicarán dos entregas más de las Obras Completas con el trabajo de investigación y compilación en el que también han participado Antonio Aguilar y María Dolores Gutiérrez Navas, que arrojarán más luz sobre la producción de Salvador Rueda. Así, el «poeta malagueño más internacional» fue responsable de una producción lírica tan extensa como «dispersa», lo que aconsejaba emprender esta edición crítica de las obras completas. Un trabajo que, según los autores, ha planteado la dificultad de «localizar» muchos de los poemas publicados y la necesidad de revisitar el legado literario de Rueda.

Garcés destacó como en su primer libro, publicado con solo 23 años, el escritor alcanzó la eternidad con el poema «Mirarte solo en mi ansiedad espero», que hoy sigue presente en múltiples de citas de Internet y blogs que van más allá del ámbito académico. En este sentido, la investigadora destacó la capacidad de Salvador Rueda para «escuchar los sonidos de la naturaleza y convertirlos en poesía», lo que enlazó con la biografía trazada por Gómez Yebra que habló de la influencia del paisaje axárquico en el que nació el poeta, Benaque (Macharaviaya), y del descubrimiento de la vida «urbana y cosmopolita» que el escritor encuentra en Málaga. Precursor del modernismo, Rueda guarda en su bibliografía capítulos aún por alumbrar. Como ese erótico soneto once que los investigadores de su obra esperan rescatar.

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