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Carlos Durán
Martes, 21 de noviembre 2023
Acudir a clase es algo que en teoría es obligatorio, tomar apuntes no lo es tanto. Hay muchos estudiantes que por alguna circunstancia como trabajo o vivir lejos de la universidad no pueden ir a clase y, por tanto, tienen más dificultades a la hora de afrontar los exámenes. Por suerte para ellos, desde 2015, existe Wuolah, una plataforma en la cual puedes descargarte los apuntes que necesites del grado que curses.
Esta aplicación fue fundada por cuatro alumnos de Sevilla y ha venido para quedarse. Es un sitio web en el que todo aquel estudiante que hace sus propios apuntes puede subirlos para obtener beneficio económico. Este es el caso de Javier Layton, antiguo alumno de periodismo en la Universidad de Málaga, que cuenta con más de 12 mil descargas totales en su perfil de Wuolah: «Yo en Primero de carrera hacía los apuntes para mí, y como de todos modos los tenía que hacer me daba igual pasárselo a la gente, así que acababa mandando el archivo a media clase». Pero todo esto cambió: «Me dijeron que les daba cosa que se los diera así sin más, que mejor los subiera a Wuolah para sacarme dinero y eso acabé haciendo, sin casi saber lo que era», continúa.
Es cierto que existe el debate sobre si esta aplicación es útil en el ámbito del aprendizaje. Mucha gente piensa que si la gran mayoría de alumnos de un curso se descargan los apuntes de otro que va a clase y atiende no van a aprender nada realmente. «Creo que es muy útil esta aplicación porque hay ciertas personas que compaginan clases con trabajo y no tienen tiempo para tomar apuntes y siempre está bien tener apuntes disponibles y encima para beneficiar a un compañero que los sube», opina Nadia Vallejo, estudiante de Periodismo de la Universidad de Málaga que desde Primero de carrera sube sus apuntes a esta plataforma.
Quizás la respuesta a este debate está en la metodología que usan los profesores a la hora de dar sus clases. Un alumno que va a clase en la que hay un docente leyendo un documento durante una hora no se va a ver motivado a acudir y participar, y menos a estudiar. Un modelo más novedoso, más práctico, o simplemente que requiera un pequeño grado de participación por parte de los estudiantes generaría más interés y ganas de trabajar.
También existen muchos profesores que sí se interesan por implantar una metodología que provoque ver las aulas llenas de gente con tendencia a aprender y adquirir conocimientos. «Mi clase al menos tuvo la suerte de que casi todos los profesores ofrecían o bien apuntes o bien las presentaciones que usaban en clase», apunta Layton. El problema viene cuando los profesores no ofrecen esa base y toda la información que te llega te desorienta y te satura. «Al final tiras por la vía fácil », añade.
Hay veces que los profesores no son conscientes de si su metodología es correcta para motivar a sus alumnos. La profesora de Historia del Periodismo en la Universidad de Málaga Laura López opina que esto depende de la experiencia que ellos mismos han tenido como alumnos: «Sí que es verdad que hay profesores que usan metodologías clásicas y creo que eso tiene algo que ver en cómo fueron enseñados ellos». Para evitar esta desilusión, añade: «Hay que tratar de ir implementando una modernización en cuanto a la manera de enseñar para tratar que los estudiantes no pierdan la motivación por aprender».
«Es una nueva forma de hacer lo que se lleva haciendo desde siempre, compartir apuntes», asegura Vallejo. Y es así, comprar y vender apuntes es una práctica que está presente desde hace muchos años. La diferencia con Wuolah es que es la primera plataforma que recompensa económicamente a todos aquellos estudiantes que dedican parte de su tiempo libre a escribir sus apuntes, editarlos y hacerlos más interactivos para aquellos otros alumnos que pretenden descargarlos. La aplicación inserta publicidad en los apuntes, y con esto remunera a los elaboradores.
Para todos aquellos estudiantes como Nadia Vallejo que en clase se dedican a apuntar aquello que consideran necesario para las pruebas de conocimiento, esto les sirve para recompensar su trabajo: «Empecé descargándome apuntes de otra persona pero me dí cuenta que mis apuntes estaban bien y muchos estudiantes se los descargaban». También destaca: «Saber que hay gente que necesita mis apuntes me motiva a hacerlos mejor». Aunque al preguntarle por el tema beneficios se sincera: «El dinero es la principal causa, ya que gano haciendo mis apuntes. En época de exámenes me pongo a subir a tope». Lleva más de 60 euros ganados.
Y ya no solo existen ventajas económicas para los creadores de contenido, sino que, académicamente hablando, la llegada de esta empresa ha supuesto un aumento en el rendimiento de los estudiantes. Wuolah ofrece apuntes, ejercicios, simulacros de examen para mejorar la comprensión y explotar al máximo las habilidades de los alumnos. «Ha habido ocasiones en las que no entendía un ejercicio y he acudido a esta página y lo he solucionado rápido», confiesa Jose Luis García-Hirschfeld, alumno de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte que utiliza Wuolah para estudiar y solventar dudas. Además añade: «Es una flipada que puedas encontrar ayuda sobre cualquier materia».
Pero como todo, esta plataforma también cuenta con algunas desventajas. La principal es la seguridad y credulidad que se le da a este sitio web. Muchos estudiantes directamente acuden a Wuolah para descargarse el contenido de una asignatura, incluso de años anteriores, sin contrastarlo con lo actual y sin repasar si el profesor ha añadido contenido o ha eliminado cualquier apartado. Esto provoca que el día en el que tengan que demostrar lo que han aprendido no lo hagan correctamente.
Es depender de lo que otro alumno haya retenido en el aula: «Lo negativo llega en el momento en el que se confía ciegamente en Wuolah y no se va a ninguna clase», confiesa Layton. Hay alumnos que tienen la capacidad de sacar muy buena nota teniendo como base solo los apuntes, pero otras personas necesitan el refuerzo de un profesor que vaya explicando cada punto y ejemplificándolo, y eso se dificulta con el uso de esta web: «Como profesora pienso que la presencialidad es algo crucial», apunta López. Esta situación está ocasionando que se paralice la relación estudiante-docente que tanto ayuda en el proceso de aprendizaje.
Otro punto negativo afecta a la sociedad. Esta plataforma daña las relaciones sociales entre compañeros, provoca que con un simple 'click' tengas todo hecho. «Me parece un paso hacia atrás en vez de un avance», declara López. Además, piensa que el interés que se tiene por la universidad presencial está disminuyendo: «Las tecnologías están eliminando cosas básicas como la ayuda entre compañeros o el yo aprendo porque me apetece».
Pero la realidad es que hay mucha gente que no acude a casi ninguna asignatura de manera presencial, y que de alguna manera tienen que conseguir contenido para estudiar y aprobar el curso. Para cualquier alumno es necesario conocer la existencia de esta aplicación, ya que puede servir de mucha ayuda. Es cierto que existe gente perezosa, pero también hay casos de alumnos que o no pueden acudir a una clase por alguna causa justificada o simplemente acuden, atienden y participan, pero prefieren estudiar apuntes de un compañero. «Es verdad que en Primero de carrera no utilicé Wuolah porque no sabía de su existencia», aclara Garcia-Hirschfeld. Además piensa que esta plataforma debería darse a conocer: «Si hubiera sabido esto claro que lo hubiera utilizado. Pero no por pereza, simplemente no me gusta tomar apuntes».
El modelo que ha implantado esta 'startup' sevillana ha acabado con algunas plataformas de igual uso como 'El Rincón del Vago'. Incluso los fieles suscriptores de esta 'app' se han visto obligados a hacer las maletas al ver que por hacer el mismo trabajo, pero en otra web distinta, obtienen una remuneración. Además, el creador de esta empresa, Jaime Quintero, ha diseñado un plan para implementar clases 'on line' en un futuro.
Combinar el aspecto tecnológico con el tradicional sería ideal. Aprovechar los conocimientos que los docentes ofrecen y apoyarnos en la tecnología que está tocando el timbre sería la mejor solución. Al fin y al cabo, tener una lucha contra la inteligencia artificial es como escribir una crónica de una muerte anunciada. Lo más lógico es formar una unidad y cooperar para seguir avanzando.
Lo que está claro es que la puerta a las nuevas tecnologías seguirá abierta siempre que ellas nos traigan beneficios. La sociedad debe ser consciente y tratar de que el auge en este ámbito no afecte a cosas básicas como es las relaciones sociales. La irrupción de Wuolah puede servir para imaginarnos una metodología de enseñanza 'on line' para el futuro, pero sin dejar atrás la universidad presencial tal y como la conocemos.
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