Miguel Ángel con su abuela Lola. SUR

La historia de la abuela Lola y su huida de La Cala del Moral en La Desbandá gana un premio al mejor ensayo del Ministerio de Educación

Miguel Ángel Vertedor recoge los testimonios orales de ese cruel episodio de la Guerra Civil en un trabajo que ha sido tutorizado por Luis Delgado Mata, su profesor en el instituto Ben al Jatib

José Rodríguez Cámara

Rincón de la Victoria

Sábado, 25 de octubre 2025, 00:39

A Lola, que era una niña de teta, no llegaba a los 3 años, la cogió su madre en brazos y echó a andar por ... la carretera. Ya de anciana, la mujer recordaba que la caminata no cesó hasta llegar a Almería. De allí, la chiquilla, terminó en Valencia, en la playa de la Malvarrosa, en unos barracones. Años después, regresó a su casa, en La Cala del Moral.

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En su memoria guardaba un detalle que demuestra que apremiaba abandonar el hogar, la olla del puchero se quedó puesta, nadie comió el guiso, y una cantinela, protagonizada por los soldados marroquíes que lucharon en el bando franquista durante la Guerra Civil Española, símbolo del terror: «Vienen los moros por Cádiz. Cortando cabezas, violando mujeres y matando a niños».

Lola, ya fallecida, le contó, muchas veces, esta vivencia a Miguel Ángel Vertedor Alabarce, su nieto, que ahora tiene 19 años, y que, como explicó, disfrutó de ella hasta los 16.

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El chaval, cada vez preguntaba más y, atando cabos, por su curiosidad por la Historia, comprendió que su abuela materna Lola era una de las supervivientes de La Desbandá. Este es uno de los episodios más crueles del conflicto fratricida, ocurrido en febrero de 1937, cuando las tropas sublevadas, dirigidas por Queipo de Llano, masacraron a los que huían de la toma de Málaga, con bombardeos desde los buques Canarias, Baleares y Almirante Cervera, combinados con ataques aéreos, contra los miles de personas que recorrían, en la mayoría de casos, a pie, la actual N-340a.

En los túneles del Cantal y en el paseo marítimo de La Cala del Moral hay vestigios del cañoneo de los cruceros sobre la población civil, huecos enormes en la piedra que son prueba de la desproporción del ataque sobre seres indefensos. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el 7 de febrero de 2025, día en que se conmemoran 88 años de la tragedia, la declaración como Lugar de Memoria Democrática el éxodo, persecución y matanza ocurrida entre Málaga y Almería. De este modo, se puso punto y final al expediente incoado, un año antes, por la Dirección General de Memoria Democrática.

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A partir de esta fuente oral, Vertedor Alabare, que acaba de comenzar sus estudios en el Grado de Historia de la Universidad de Málaga, elaboró un ensayo, durante su último año en el instituto Ben al Jatib, de Rincón de la Victoria, que, como pregunta para refutar plantea si la dictadura acabó realmente con la muerte de su líder, Francisco Franco. Este trabajo ha sido el ganador del Concurso Escolar Nacional «Vivir, Sentir y Contar la Democracia: España en libertad. 50 años», convocado por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, un galardón que todavía no le ha sido entregado, pero del que ya tiene comunicación oficial.

«Los testimonios orales son una muy buena forma de que la microhistoria se convierta en Historia con mayúsculas», describe y elogia, sobre la investigación del nieto de Lola, de «Mamaíta», como la llamaban sus seres queridos, Luis Delgado Mata, jefe del Departamento Geografía e Historia del 'Ben al Jatib' y tutor de Vertedor Alabarce para el desarrollo de la galardonada obra; un original, con una amplia bibliografía, que está estructurado en los siguientes epígrafes: «Vienen los moros»; «Fin de la guerra, ¿o no?»; «El otro frente»; «El pasado que no pasa; «Soñar con la libertad nos hizo caer desde muy alto» y «¿Dónde está el final?»

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«Hogares devastados y un futuro incierto»

«Hace una reflexión bastante inteligente sobre la importancia de conocer el pasado y de ser conscientes de todo el esfuerzo colectivo que ha hecho la sociedad española para construir un Estado democrático», apunta el profesor que también destaca la audacia del ensayista novel al deslizar claves como que los hombres tuvieron papeles de soldados y estrategas durante la guerra, pero que las mujeres sobrevivieron a «algo más difícil: hogares devastados y un futuro incierto».

El ensayista novel con su profesor del instituto en los túneles del Cantal, donde, como en en paseo marítimo de La Cala del Moral, hay vestigio del cañoneo de los cruceros Baleares, Canarias y Almirante Cervera sobre la población civil. SUR

Miguel Ángel apuntala esta reflexión, al recordar como su abuela le explicaba: «Empecé a trabajar antes de ser mujer» o planteamientos de su investigación, como que, en las casa de su bisabuelo y su bisabuela «él se quedaba en casa cuidando de las hijas y ella se iba a trabajar al campo». «¿Se escondería por miedo a represalias, por miedo al régimen?», se cuestiona.

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Ese es otro de los pilares del ensayo, contribuir a aflorar testimonios que, en no pocas familias, se han opacado durante décadas, tanto que han generado vacíos sobre lo que los mayores hicieron cuando cuando eran jóvenes, como si no tuvieran pasado.

«Creo que la oportunidad que yo he tenido de que mi abuela me aporte detalles sobre La Desbandá es un caso aislado, ya que la Guerra Civil para mucha gente ha sido un tema tabú, un silencio obligado», opina el joven, convencido de que esta oscuridad contribuye al renacer de algunas tendencias políticas ultras, con apoyos, en muchos casos, de gente que tiene su misma edad. «Los extremismos no son buenos y el que no lo vea es que no conoce nada sobre la historia», insiste Vertedor Alabarce.

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«Es un orgullo que la historia de la Desbandá en La Cala Del Moral se convierta en un primer premio nacional de ensayo e investigación. Un tema demasiado olvidado del que hemos empezado a saber hace poco, pero que siempre ha estado ahí, precisamente en los testimonios familiares», afirma el mentor del ensayo que, al tiempo que no oculta su satisfacción por haber dado clase a un alumno «brillante» y al que augura un gran futuro con su pasión por desentrañar los acontecimientos históricos, deja claro: »En Andalucía contamos con centros educativos públicos de una calidad extraordinaria y con profesionales que nos esforzamos por hacerlo lo mejor posible con los recursos disponibles. Este proyecto es un buen ejemplo».

En cuanto a Miguel Ángel, que inaugura etapa como universitario, tiene claro que aprovechará todo lo aprendido en su instituto, con una vocación clarísima: «Mi objetivo es ser profesor, no entendería mi vida sin la Historia».

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