Juanma Moreno, durante un momento de su intervención. EFE/ Julio Muñoz
Debate del estado de la Comunidad

Juanma Moreno pasa a la ofensiva

El presidente de la Junta hace un balance triunfal de su gestión, asegura que la sanidad se ha fortalecido y advierte contra quienes miran a Andalucía «por encima del hombro»

Viernes, 28 de noviembre 2025, 00:09

El tiempo en el que el Gobierno andaluz dedicó sus mayores esfuerzos a encajar como podía los golpes que le llegaban por la grave crisis ... en el programa de cribado del cáncer de mama ya ha terminado. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha aprovechado el debate del estado de la Comunidad, el último de la presente legislatura, para despedir esa etapa y abrir una nueva en la que ha pasado a la ofensiva. La meta de este nuevo tiempo está en las próximas elecciones autonómicas, cuya fecha es aún una incógnita.

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Desde que a finales de septiembre estalló la crisis de los cribados, la oposición a ambos flancos creyó encontrar por primera vez desde que se produjo el cambio político en Andalucía una brecha por la que empezar a horadar en la hegemonía que Juanma Moreno ha conseguido construir en los últimos años y que se tradujo en la mayoría absoluta obtenida en 2022. Desde la izquierda, atribuyendo todos los problemas de la sanidad andaluza a un supuesto proceso de privatización de ese servicio público. Desde Vox, exhibiendo el problema como la prueba de que la capacidad de gestión de la que presume el Partido Popular es una ficción y que su modelo es idéntico al del Partido Socialista, sólo que pintado de otro color.

Durante estos meses, el relato de la Junta se limitó a anunciar las medidas adoptadas para afrontar la crisis, desde un inicial plan de choque hasta el anuncio de que se le daría la vuelta a la sanidad como a un calcetín.

Este jueves, sin embargo, Moreno evidenció que la etapa defensiva ha terminado y que ha pasado al ataque. El camino a las urnas estará jalonado de una reivindicación sin dudas de la gestión realizada durante todos estos años. En todos los temas, pero también en la sanidad. En el Gobierno andaluz existe la sensación de que la oposición ha dejado pasar su oportunidad.

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Fecha

La fecha del debate de la comunidad fue anunciada por la portavoz del Gobierno el mismo día en el que estalló en Almería el 'caso Mascarillas', que involucra a la cúpula del PP de Almería, una señal de que Moreno no tenía de intención de esconderse tampoco frente a ese asunto.

En su intervención inicial, Moreno presumió de los datos de su gestión durante los siete años que lleva al frente de la Junta

Como parte de esta estrategia, en lugar de pasar de puntillas sobre la sanidad, el tema que más dolores de cabeza le ha provocado, la convirtió en una parte central de su discurso. Primero, para reivindicar el centenar nuevo de infraestructuras sanitarias construidas durante su mandato, el calendario de vacunación (uno de los más amplios de España), la ampliación de los programas de cribado, la inversión en los equipos oncológicos, la implantación de nuevos sistemas para el tratamiento del cáncer o la reducción de las listas de espera quirúrgica, cuatro veces mayor que la experimentada en España. Y también, para referirse a la crisis en el cribado de cáncer de mama y asegurar que este programa, con la respuesta dada desde la Junta, ha salido claramente reforzado «con más servicios, más ayudas y más sensibilidad».

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Rotunda mentira

El presidente también se refirió a las acusaciones de privatización de este servicio lanzadas desde la izquierda para asegurar que se trata de «una rotunda y categórica mentira, una gran estafa».

Su primera intervención, que se prolongó durante dos horas, fue un profuso balance de gestión al frente de la Junta de Andalucía en el que no aludió exclusivamente al presente ejercicio ni al actual mandato, sino a los casi siete años que lleva como presidente.

El presidente denunció una discriminación continua del Gobierno, con la financiación como gran tema

En su discurso, el presidente abordó todas las áreas de gestión y denunció los que considera una discriminación continua del Gobierno contra Andalucía, con la financiación autonómica como gran tema de fondo y la vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda y candidata socialista en Andalucía como diana de las críticas. «La ministra de Hacienda y los partidos que la apoyan se han apeado de esta defensa de Andalucía y están traicionando a los andaluces», dijo Moreno que reprochó la ausencia de la dirigente socialista en el debate y advirtió de que va a alzar la voz «contra aquellos que nos miran con superioridad, por encima del hombro» y que no se van a admitir más cesiones al separatismo en contra de Andalucía.

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En un ambiente indisimuladamente preelectoral, fue llamativa la diferencia en el tono de los enfrentamientos de Moreno con los diferentes grupos.

Hostilidad

La más hostil fue la portavoz socialista, María Márquez, que llegó a acusar a la Junta de Andalucía de ejercer violencia institucional contra la asociación Amama y de haber convertido a los andaluces en clientes y al presidente, de ocultarse bajo una falsa fachada de limpio y moderado. Diferentes miembros del Grupo Socialista fueron advertidos repetidamente por el presidente del Parlamento, Jesús Aguirre, por interrumpir a Moreno durante su alocución.

La intervención de Márquez tuvo lugar minutos después de que se conociera la entrada en prisión de José Luis Ábalos y Koldo García, asunto al que aludió el presidente de la Junta en su respuesta aconsejándoles irónicamente calma a los parlamentarios socialista y que no se dejaran ganar por la angustia.

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Márquez avisó a Juanma Moreno que su oportunidad «ya pasó», porque «Andalucía le ha quedado muy grande» y «necesita un tiempo nuevo». En su opinión, Moreno ha sido «el presidente del monólogo y del rodillo». «La realidad ha desmontado todas sus promesas», aseguró la portavoz socialista, que también reprochó a Moreno haber hecho «lo que le ha dado la gana» utilizando la mayoría absoluta.

Desde los otros dos grupos de la izquierda, Por Andalucía y Adelante Andalucía, las críticas también se centraron en la sanidad y en el supuesto proceso de privatización de ese servicio que a su juicio se impulsa desde el Gobierno andaluz.

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La más hostil fue la portavoz socialista María Márquez, que llegó a acusar a la Junta de ejercer violencia institucional

La portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, aseguró que Andalucía se encuentra en suspenso porque Juanma Moreno, «solo se dedica a mantener la crispación y el ruido». En su opinión, eso es consecuencia de que se ve en una posición de debilidad debido a la crisis de los cribados y la corrupción. Aseguró que a Moreno, no le preocupan los problemas y la corrupción, sino que los ciudadanos se enteren.

José Ignacio García, de Adelanta Andalucía, recriminó a Moreno haber protagonizado una gestión donde «no sabía nada de lo malo» y que el propósito de esta legislatura ha sido siempre «no manchar el traje impoluto de Juanma Moreno» y no alterar «la sonrisa profidén». García citó a Lincoln para advertirle a Moreno que «no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo».

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El intercambio de Moreno con el portavoz de Vox, Manuel Gavira, fue mucho más moderado en el tono. Inesperadamente, Gavira modificó el registro que venía utilizando durante las recientes sesiones de control y, a diferencia de los portavoces de la izquierda, no centró sus mayores críticas en la sanidad, sino en los datos de empleo y en la inmigración y además en un tono que sonó más conciliador que en los últimos tiempos.

Manuel Gavira, reprochó a Moreno la herencia de su gestión, ya que deja «una Andalucía que no nos gusta absolutamente nada». Desmenuzó su gestión evaluándola desde la perspectiva del empleo, la atención sanitaria, la vivienda, la corrupción y la desconfianza política y la inmigración ilegal, para lamentar que «esta es la Andalucía que ustedes le van a dejar a nuestros hijos».

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