Los tres hermanos secuestrados en Jaén estaban con su madre y su tía
Se encontraban en una vivienda de Madrid tras desaparecer el martes del centro de menores con la colaboración del padre, ya en prisión
M. BALÍN / J. E. POVEDA
Sábado, 6 de junio 2015, 00:45
Sanos y salvos. Una llamada de la tía a una comisaría de la Policía Local de Madrid sobre las cuatro de la tarde de ayer viernes puso fin a 72 horas de angustia. Las transcurridas desde la desaparición de tres hermanos de ocho, cinco y tres años que se encontraban en un centro de menores de La Carolina, en Jaén. Los niños estaban en una vivienda del distrito de Villaverde, al sur de Madrid, junto a su madre y la referida tía, después de recorrer en un vehículo los 267 kilómetros que separan ambas poblaciones.
El secuestro se produjo el martes por la tarde, día acordado por el Centro de Menores San Juan de la Cruz de La Carolina, bajo custodia de la Junta de Andalucía, para que el padre, Manuel M. M., de 47 años, se encontrara con sus vástagos. Fue durante la visita a un parque cercano cuando los pequeños desaparecieron, pese a que en teoría un psicólogo del centro acompañaba al grupo en cumplimiento del régimen de visitas.
El padre denunció los hechos el mismo martes por la tarde a la Policía Local de La Carolina, que le remitió a la Guardia Civil. Relató que entró en una tienda a comprar chucherías y cuando se dio la vuelta ya no vio a sus hijos. Los agentes no se creyeron la versión y una hora después procedieron a su detención como presunto colaborar de la desaparición. Entonces se dio el aviso a los puestos próximos del Instituto Armado y este jueves se amplió a todo el territorio nacional.
Prisión incondicional
No obstante, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, afirmó este jueves que las pesquisas iban por buen camino. Los agentes centraron la búsqueda en Madrid, Jaén y Murcia, donde viven familiares a quienes pincharon sus teléfonos por orden judicial. Y este viernes una llamada puso sobre la pista definitiva: el barrio madrileño de Villaverde. Allí se encontraban en perfecto estado Manuel, Yeray y Antonio. La madre y la tía fueron detenidas porque los pequeños estaban bajo la tutela de la Junta. Ésta última fue quien avisó por teléfono desde la casa de una vecina para «no comerse sola el marrón», según fuentes de la Guardia Civil.
Ambas fueron trasladas a dependencias de la Policía Municipal para tomarles declaración y esperar a su puesta a disposición judicial. La operación, no obstante, seguía abierta ante la posibilidad de que hubiera involucrada alguna otra persona en el secuestro de los niños, que iban a ser dados en acogida en pocos días.
Horas antes, el padre fue enviado a prisión incondicional por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Carolina. El magistrado Rubén Salinas le acusó de planear y colaborar en la sustracción. También recogió el testimonio de personal del Centro de Menores San Juan de la Cruz.
Manuel ya era un viejo conocido de la Justicia. A sus 47 años ya cumplió pena de cárcel por homicidio (el tiempo medio de condena son 15 años) y tiene un amplio historial delictivo. La Delegación del Gobierno andaluz en Jaén, sin dar detalles sobre la retirada de la tutela, dejó claro que este tipo de decisiones responden a la necesidad de velar por el bienestar y la seguridad de cualquier menor. Se da el caso de que otro hijo de 10 años está bajo protección de la administración y la intención del padre era recuperarlo antes de que fuera dado en acogida.
Acampada callejera
El propio Manuel M. M. se había encargado de hacer pública la situación. Durante algunos días se había manifestado a las puertas de la Delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta, en la capital jiennense. En su acampada callejera había fotos de los cuatro menores y pancartas. «En vísperas de Navidad se llevaron a mis hijos de la guardería y del colegio, sin previo aviso»; «Después de llevárselos, la Junta permite que mis hijos estén separados, sin valorar el daño psicológico que le están creando. Cuando me dejan hablar con ellos, casi siempre están llorando. ¡Ya está bien!», se leía en otra cartulina.
La Guardia Civil centró sus pesquisas desde el primer momento en el entorno de la familia. «Era obvio. El padre llevaba tiempo protestando para que no diesen en acogida a sus niños. Pide una cita y en un descuido los menores desaparecen», explicó ayer el general de la IV zona de la Guardia Civil, Laurentino Ceña. Encontraron a familiares de los menores en Jaén, Murcia y Madrid, entre otros puntos. Los pusieron bajo vigilancia. Se sabía que la madre tenía buena relación con su hermana, y era posible que esa fuera la pista buena, y así ha sido finalmente.
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