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Foto: Pepino Marino
A QUEMARROPA

Kike Sarasola: «Me puse de todo en el pelo hasta que decidí rapármelo»

Pensó, incluso, en visitar a una vaca para que le lamiese la cabeza. Llora como una «magdalena» cuando se ve en Barcelona’92 y desde que está con su marido no le miran «ni las sombras»

ESTER REQUENA

Viernes, 9 de agosto 2013, 10:13

Acaba de publicar el libro Más ideas y menos másters (Temas de Hoy), donde compara al empresario con el deportista de élite. ¿Dónde ha tenido más sobresaltos: encima del caballo o como presidente de Room Mate?

En las dos he tenido sobresaltos muy grandes, porque, como todo en la vida, hay momentos buenos y momentos malos. Hay que saber montarlos todos.

¿«Más amor que polvitos», lo que le repite a sus empleados, es lo que necesita el país?

¡Sin lugar a dudas! Tenemos que hacer que los europeos sientan que en España tienen un buen servicio, que les tratamos bien, que tenemos cultura, gastronomía... para que nuestro país se mantenga puntero en el turismo.

Tal y como está el patio, ¿es el momento ya de fundar el POF, el Partido del Orgasmo Feroz?

¡Me encantaría! Sería supernumerario (risas). Pero yo presentarme no; no tengo vocación política.

¿Cuántas veces le han dicho eso de «quieres dormir conmigo» (el lema de la cadena)?

¡No las suficientes! (risas).

¿En algún momento se consideró un patito feo?

Desde que estoy con mi marido no me han vuelto a mirar ni las sombras (risas). Antes ligaba un poquito, pero ahora lo miran a él... pero yo encantado y orgulloso; no soy ni envidioso ni celoso.

¿Y a usted quién le pone aparte de su marido?

Uy, la lista es enorme.

¿Ha jugado ya al monopoly con sus hoteles (tiene ya 18)?

Es mi juego preferido, siempre ganaba y algún día tendré un monopoly de Room Mate.

Como cliente, ¿cuál ha sido su mejor noche en un hotel?

La primera noche con mi marido en un hotel en Ámsterdam.

Su nuevo establecimiento en Ámsterdam, que será el más grande, se va a llamar Aitana como su hija, ¿para cuándo un hotel Kike?

Ese sería muy intenso. Todavía no.

Por cierto, ¿se pone a enseñarle a la gente fotos de su hija?

Odiaba a los padres que me lo hacían y yo me he convertido en uno de ellos. ¡Soy muy pesado!

¿Comparte consejos de paternidad con Miguel Bosé?

Miguel es un sabio y un padrazo. Los de él son un poquito mayores y la experiencia siempre ayuda.

¿Cómo va la carta a la cigüeña?

Estamos empujando. Como mucho vendrá un bebé más.

¿Y le da tiempo a marujear?

Uno es maruja siempre (risas).

¿Tiene complejo de Willy Fog con tanto viajar?

De frog, de rana, sí, porque siempre estoy de salto en salto. Vivo metido en un avión.

No para de cosechar premios, el último se lo da mañana Antonio Banderas en la gala Stalite en Marbella por su labor solidaria y su compromiso, ¿los acumula en el baño como las celebrities?

No, no (risas). Hay que ser agradecidos y bienvenido sean los premios, pero la solidaridad no la hago para que me den galardones, sino para ayudar.

Recibe con un gin tonic en la mano, ¿sigue la dieta de la Reina Madre de Inglaterra?

Ya quisiera, pero tolero muy poco el alcohol últimamente.

¿Pero hace dieta?

¡Siempre! Tengo tendencia a engordar y desde los 13 años estoy a dieta.

¿De qué se pone tibio?

Me gusta todo. ¡Me como hasta las piedras!

¿Se iría a la isla de Supervivientes a perder peso?

Alguna vez cuando he estado gordo lo he pensado (risas).

Camino del medio siglo, aunque no lo quiera decir, ¿cuál es su pacto con el diablo?

Todavía me quedan como diez años para llegar (risas). Me echo todos los potingues que encuentro desde siempre. Y ser feliz, trabajar, mi familia...

¿Qué le dice el espejo?

El espejo me saca la lengua.

Algún defecto que declarar, aparte de la impuntualidad...

Cuando me cabreo soy bastante huracanado, pero se me pasa enseguida. Pero estoy trabajando en ello.

Dicen las malas lenguas que se llegó a poner implantes de pelo...

¡Me puse de todo! Si decían que había una vaca que si te lamía la cabeza te salía pelo y estuve hasta pensándolo. Todo lo que se haya inventado para el pelo yo lo intenté... hasta el día que decidí rapármelo y fue el mejor día de mi vida.

Le tocó la lotería cuando.

El día que nací y en la familia que lo hice, por mi padre, sobre todo. Pero hay que dar gracias por todo.

Si Freud lo cogiera por banda.

¡Se pondría morao!

¿Sigue llorando cuando se ve en Barcelona 92 detrás del Príncipe en la inauguración de los Juegos?

¡Como una magdalena!

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