David Cantero: "No he presentado en cazoncillos, pero sí en bañador"

Se apellida Cantero, ¿no será familia de El Fary?

Más de uno cree que sí... pero no. Aunque no me hubiera importado. Era un tipo muy simpático y un gran artista.

Confiese: ¿alguna vez ha presentado en calzoncillos?

En calzoncillos no, pero sí en pantalón corto, incluso en bañador cuando presentaba en Andalucía. Hacía calor y...

¿Posaría desnudo? En algunos países los presentadores dan las noticias en cueros...

Ya no estoy yo para eso, aunque me mantengo bien. No me quejo. Me encanta bañarme desnudo en el mar, eso sí, pero de ahí a posar, pues no... Hay otros cuerpos que merecen un posado. Y lo de presentar desnudo me parece una solemne estupidez.

¿Es importante ser atractivo para presentar el telediario?

No viene mal tener buen aspecto, ser agradable, claro, pero no es imprescindible. Se comunica o no se comunica, nada más. Da igual que seas más o menos guapo.

¿Le siguen llamando el mini-Clooney o prefiere más el Richard Gere? Aunque usted va diciendo por ahí que es bajito y cabezón...

Mi querida María Casado me llamaba el mini Clooney y hay quien dice que me parezco también al otro... pero yo no lo veo. Soy como soy, es inevitable, un poco bajito y un tanto cabezón y muy cabezota.

Pero si hasta tiene un club de fans con Belén Esteban incluida. ¿Se ve entrevistándola?

Sí, es curioso eso de tener fans. Entrevistar a Belén Esteban seguro que sería interesante, es todo un personaje.

No me lo imagino marujeando ni en la peluquería, ¿o sí le gusta la prensa rosa?

Oiga que yo puedo marujear como el que más (risas). No, no soy muy de prensa rosa, pero tiene su gracia ese mundillo paralelo del cotilleo sobre la farándula.

¿Qué tal la crisis de los 50?

Crisis, What crisis? (¿qué crisis?). Los llevo bastante bien, aunque intuyo que ya todo lo que viene será cuesta abajo. ¡Maldito declive humano! (Risas).

Por cierto, ¿se cuida mucho?

Lo justo, aunque ya tengo una edad y hay que empezar a pensar en ello más en serio. Algunas cremas le quito a mi mujer, hago deporte soy judoka y procuro comer bien. También me conserva en forma cuidar de mis hijos pequeños, mantener su ritmo y jugar con ellos.

Parece muy serio. ¿Es de los que después se anima y cuenta hasta chistes?

No soy nada serio, solo lo parezco. Y aunque nunca se me ha dado bien contar chistes, sí que soy muy guasón... sobre todo después de unos cuantos gintonics(risas).

¡No me creo que no le guste el fútbol! ¿Se ve un bicho raro cuando los lunes todo el mundo comenta la jornada?

El fútbol me gusta jugarlo, especialmente de pequeño, pero no soy nada futbolero. Es inevitable sentirse un bicho raro; no conozco a ningún otro hombre que no le apasione el fútbol.

¿Qué pone en su tele? Me chivan que ganan los dibujos animados por goleada...

Sin duda, lo que más se ve en casa son dibujitos. Me encantan, esa suerte tengo y tienen mis hijos. Somos fans de muchos, el nivel es altísimo hoy en día. Y, por encima de todo, disfruto de todas las películas de Hayao Miyazaki.

¿Qué héroe le gustaría ser?

De pequeño soñaba con ser Tintín y alguna vez lo conseguí. Fui reportero y viajé a alguno de los lugares a los que él viajó.

¿Cuántas veces se ha leído la colección de Astérix que se compró con su primera nómina?

Tantas casi como toda la obra de Hergé. ¡Miles de veces! Esos álbumes siguen siendo un bálsamo, una maravilla, un absoluto placer...

Escribe también novelas y relatos e incluso pinta. ¿Cuántos cuadros ha vendido?

He vendido muchos cuadros y a muy buen precio. Siempre me han pagado lo que he pedido. Sería fantástico que algún día, aunque fuera dentro de cien años, un cuadro mío colgara de una pared en el Prado, en el Reina Sofía o en cualquier parte del mundo.

Me cuentan que es un piloto frustrado, ¿cuántas horas se pasa delante del videojuego de simulación?

Soy un aeronauta frustrado, la oveja negra en una familia de aviadores, pero tengo la suerte de haber podido volar y pilotar mucho. Por fortuna tengo un simulador de vuelo para soñar y practicar. Estoy bastante capacitado, lo llevo en la sangre. Me hubiera encantado dedicarme profesionalmente a ello, pero era demasiado golfo y bohemio.