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El dispositivo policial sólo encontró algunos grupos dispersos con bebidas./ ÁLEX LOBERA
PRIMER FIN DE SEMANA SIN 'BOTELLÓDROMO'

El botellón se va de vacío

Tranquilidad y ni gota de alcohol fuera de las barras de los bares. La fuerte presencia policial disuade a los jóvenes de beber en la calle

M. CARMEN ESPAÑA

Domingo, 12 de julio 2009, 04:41

Jóvenes en las calles, pero sin bolsas de plástico con bebidas en las manos. La primera noche sin botellón transcurrió con normalidad a pesar de lo que se presagiaba en Internet durante los días y las horas previas. Los incesantes comentarios en las redes sociales, como Tuenti y Facebook, fraguaron un par de concentraciones para protestar contra la decisión del Ayuntamiento de prohibir de forma definitiva el consumo de alcohol fuera de los bares y terrazas. Unas convocatorias que apenas tuvieron éxito.

Una de las citas 'on-line' era a las 23.00 horas en la playa de La Malagueta. Allí, unos 3.500 jóvenes iban a reunirse sin alcohol. La realidad fue bien distinta y el lugar presentaba el aspecto habitual de cualquier viernes por la noche: parejas junto a la orilla, familias tomando un helado en el paseo marítimo y un par de pandillas con las sombrillas clavadas en la arena.

Todos bajo la atenta mirada de algunos de los 50 agentes de la Policía Local que desde el viernes se encargan de vigilar los puntos susceptibles de albergar botellones clandestinos. Con ellos se toparon a primera hora del viernes en La Malagueta un grupo de unos diez jóvenes dispuestos a saltarse la prohibición de beber en la calle. Tras la sanción de 300 euros y el decomiso de las bebidas, tuvieron que cambiar de planes.

Plaza de la Merced

Otra de las 'quedadas' organizadas vía Internet para la noche del viernes marcaba en el mapa la Plaza de la Merced como lugar para manifestarse -también sin alcohol- en contra del cierre del 'botellódromo' del Paseo de los Curas. Una convocatoria que tampoco contó con seguidores, tal vez por la fuerte presencia policial que rodeaba el enclave. De hecho, un grupo de turistas despistados fueron los únicos que pisaron el lugar con un par de botellas bajo el brazo.

En cualquier caso, y al contrario de lo que temían los vecinos, el consumo de alcohol no se dispersó por las calles del Centro. El dispositivo policial sólo observó algunos grupos que intentaban hacer mini botellones, pero al igual que sucedía en fines de semana anteriores, cuando el Paseo de los Curas aún estaba habilitado para beber.

Un espacio al que rara vez faltaban Javier Viano y sus amigos. «Ahora hemos tenido que cambiar los planes, así que nos tomaremos algo por aquí y luego iremos a Puerto Marina», comentaba Javier en la calle Granada. Para este estudiante de 20 años, la supresión del botellón ha sido «una pena», pero también ve el lado positivo. «El Centro está lleno de gente, no encontramos un bar donde sentarnos», agregaba.

'Corralitos'

Entre los que salieron al Centro el viernes, se encontraban asiduos al ya extinto botellón, pero también quienes lo dejaron hace unos cuantos años y suelen reunirse en los bares de plaza Mitjana. Para ellos, la única novedad eran las vallas que rodeaban las terrazas de los negocios, dejando claro que quienes bebían allí habían pasado antes por la barra del bar.

«Parece que estamos en 'corralitos' y no entiendo por qué no nos podemos mover donde queramos», opinaba María José Bueno. «No me parece bien que hayan puesto las vallas porque se molesta lo mismo dentro que fuera», añadía Iván Rubí. El lado positivo lo pusieron las ofertas que los relaciones públicas de los locales repartían por doquier y que anunciaban descuentos hasta la medianoche o, en algunos casos, hasta las dos y media de la madrugada.

Ya fuera por la bajada de los precios en el Centro o por temor a tener que enfrenarse a multas de 300 euros, lo cierto es que los mini botellones tampoco afloraron fuera del Centro Histórico. «Es una muestra de que la gente ha comprendido la medida, aunque no la comparta, y un alarde de sentido común y civismo», declaraba el director del Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga, Mario Cortés. «Ahora era fácil que esto ocurriera porque la incidencia es menor, pero la prueba de fuego vendrá después de los exámenes de septiembre», agregaba Cortés.

Así, ya sea durante el verano o para siempre, las calles del Centro, los polígonos San Rafael y La Estrella, Teatinos y la zona de El Duende no son alternativas de peso al ya histórico botellón del Paseo de los Curas.

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