Con efecto secundario

De momento, la Agencia Española del Medicamento aún no ha encontrado «ningún defecto de calidad», pero el lote de Gardasil -una de las marcas de la vacuna- se ha retirado de las farmacias.

Fuera de lo previsto

De las afectadas, dos chicas valencianas siguen en la UCI, estables de momento. Presentaban convulsiones, somnolencia y pérdida de conocimiento. Ninguna de las posibles reacciones contempladas. Según recuerdan desde el Centro de Información del Medicamento de Sevilla, se consideran muy frecuentes trastornos generales y alteraciones como fiebre, dolor e hinchazón. Frecuentes son hematomas y picor. Más raros resultan el broncoespasmo, la urticaria.

Tras su comercialización -a finales de 2007-, se han registrado además en algunos casos mareos, dolor de cabeza, síncope, náuseas, vómitos, astenia, fatiga y síndrome de Guillain Barré (un tipo de inflamación aguda de un nervio). Otra cosa es la reacción alérgica a algunos de los componentes de la vacuna (proteínas inactivadas purificadas de los tipos VPH 6, 11, 16 y 18; hidroxifosfato sulfato de aluminio amorfo, cloruro sódico, Lhistidina, polisorbato 80, borato de sodio, agua de inyección). Y se puede producir tanto en el caso de Gardasil (fabricada por la farmacéutica francesa Sanofi Pasteur MSD)- como en el de Cervárix (de la compañía internacional GlaxoSmithKline Biologicals S.A.).

8.000 vacunas en Málaga

Esta última es precisamente la que se distribuye en Andalucía. De hecho, la Consejería de Salud quiere hacer hincapié en la diferencia y en que no se han registrado casos adversos en la región. En total, cerca de 45.500 niñas de 14 años, 8.088 de ellas de Málaga.

La edad no es casual. Y es que la vacuna es especialmente efectiva si se aplica antes del comienzo de las relaciones sexuales -se recomienda entre los 11 y los 26 años-. De ahí que Sanidad la haya incluido de forma gratuita en el calendario de vacunaciones. En el caso andaluz, a los 14 años. Tiene su explicación: según un informe de la Junta de Andalucía, se podría vacunar a las niñas al nacer, pero por el momento sólo se ha demostrado cinco años de inmunidad.

«Puede que dure más pero no se sabe por el momento. Por tanto, hay que vacunar cinco años o menos antes del inicio de las relaciones sexuales», concluye el análisis, que recuerda que las jóvenes andaluzas se inician en el sexo en torno a los 19 años como edad media.

Tampoco sus efectos secundarios se conocen al cien por cien. «Cuando una vacuna sale al mercado lleva de cinco a diez años de estudio, pero hay reacciones adversas que no surgen en los ensayos clínicos y sí tras su comercialización, por eso las indicaciones están en constante actualización», aseguran desde el Centro de Información del Medicamento de Sevilla. Ahora, además, se estudia la conveniencia de su administración en hombres.