La policía detecta un aumento de pistolas de imitación manipuladas para disparar munición real
Expertos en armas les colocan cañones auténticos para que puedan disparar determinados proyectiles Adquieren las piezas necesarias a través de Internet
J. C.
Domingo, 4 de mayo 2008, 03:26
Un hombre que buscaba chatarra las descubrió semienterradas en el cauce de un río en Benahavís. Treinta pistolas y más de 800 cartuchos. Un auténtico ... arsenal. La mayoría de ellas eran armas simuladas que había sido o iban a ser manipuladas para hacerlas disparar.
Las Fuerzas de Seguridad del Estado han detectado en los últimos tiempos un fenómeno en pleno auge que ha despertado la preocupación entre los responsables policiales: el uso de pistolas o revólveres de imitación que han sido reconvertidas para disparar munición de fuego real.
Las armas simuladas son réplicas exactas que, o bien no realizan acción alguna, o expiden gases lacrimógenos o bolitas de plástico. «Las pistolas simuladas son de venta libre; hay imitaciones muy buenas», explica un alto mando policial. Al ser legales en España, se pueden adquirir en armerías, comercios o grandes almacenes.
Esta facilidad de acceso a las pistolas de imitación ha dado lugar a un mercado negro paralelo, que requiere de manos expertas capaces de manipular las simulaciones para convertirlas en reales. «Les incorporan un cañón que las habilita para disparar determinados tipos de proyectiles», apunta.
Compras por Internet
Conseguir el cañón es harina de otro costal, ya que tampoco se pueden adquirir libremente en el mercado legal. Para ello, los delincuentes recurren a Internet. «Los compran a través de páginas web, que los importan de Estados Unidos», comenta otro agente con una dilatada trayectoria en la Costa del Sol.
Lo mismo ocurre con las armas inutilizadas o de coleccionista, que pueden ser habilitadas para disparar munición real. «Hay maestros armeros muy diestros -que actúan en la clandestinidad- capaces de hacerlas funcionar. Pero el principal problema es que hay muchísima gente que entiende de armas y que puede trucarlas», apostilla.
El uso de pistolas o revólveres de imitación, manipulados o no, han experimentado un gran auge entre los atracadores. Además de que son fáciles de conseguir, las armas simuladas son tan parecidas a las reales que causan el mismo efecto intimidatorio en las víctimas. «Incluso a nosotros a veces nos cuesta trabajo distinguirlas», comenta un veterano policía.
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