Las operaciones de alta en el día reducen las infecciones por bacterias en los hospitales
La UCI es uno de los lugares con más riesgo de que los gérmenes ataquen a los pacientes internados. Siete de cada cien personas contraen una enfermedad nosocomial durante el tiempo que están ingresadas
ÁNGEL ESCALERA
Domingo, 4 de noviembre 2007, 02:44
Cuanto menor sea el tiempo que un paciente esté ingresado menos riesgo tiene de sufrir el ataque de las bacterias que hacen de las suyas ... en los hospitales. El aumento de la cirugía mayor ambulatoria, que permite dar el alta al enfermo a las pocas horas de ser operado, ha traído consigo un descenso de las infecciones hospitalarias. Siete de cada cien pacientes contraen una enfermedad durante su estancia en un centro hospitalario. Los lugares donde hay un mayor peligro del ataque de las bacterias y de los gérmenes son la UCI, la zona de recuperación postquirúrgica y las unidades de quemados y de prematuros.
El presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y catedrático de esa especialidad en la Universidad de Málaga, Joaquín Fernández-Crehuet, dijo a este periódico que las intervenciones de alta en el día son un elemento que favorece el combate de las llamadas enfermedades nosocomiales (infecciones hospitalarias por el ataque de bacterias). «El estudio de Prevalencia de Infecciones Nosocomiales en España indica que el 6,7% de los pacientes ingresados las sufren. Cuanto más breve es la estancia de un enfermo en un hospital menor riesgo tiene de padecerlas. Hay que destacar que se ha conseguido reducir el tiempo de estancia tanto en los preoperatorios como en los postoperatorios», señaló el doctor Fernández-Crehuet.
Operaciones complejas
A pesar del efecto beneficioso de la cirugía sin encame, si no se logra disminuir aún más el porcentaje de las enfermedades nosocomiales es porque actualmente se hacen muchas operaciones muy complejas, en las que se interviene a pacientes mayores o inmunodeprimidos, que son más vulnerables ante las bacterias resistentes que hay en los hospitales.
El principal foco de transmisión de estas infecciones hospitalarias son las manos de los cirujanos o del personal de enfermería cuando hacen las curas a los enfermos. Para evitar la propagación de los gérmenes y de las bacterias es conveniente lavarse las manos con frecuencia y utilizar guantes para atender a los pacientes. A ese respecto, Fernández-Crehuet apuntó la conveniencia de emplear una solución de hidroalcoholes que elimina los gérmenes. Una fricción de ese producto es igual o más eficaz, como medida aséptica, que lavarse las manos.
Las sondas y los respiradores son otros dos elementos que propician las enfermedades nosocomiales. Todos los hospitales cuentan con un dispositivo de seguridad para hacer frente a esas infecciones. Las más frecuentes son las urinarias y las respiratorias. Para contrarrestarlas se recurre a los antibióticos. El problema surge cuando las bacterias se hacen resistentes a esos tratamientos. En esos casos, hay que emplear una combinación de fármacos. «La población debe hacer un uso racional de los antibióticos y sólo tomarlos cuando son prescritos por un médico, ya que si se toman indebidamente lo que se logra es que las bacterias se hagan resistentes a ellos», precisó el catedrático de medicina preventiva de la Universidad de Málaga y jefe de servicio de esa especialidad en el Hospital Clínico.
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