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TEXTO Y FOTOS: FRANCISCO PALMA USAGRE
Sábado, 13 de octubre 2007, 03:54
SI hay una actividad que va unida intrínsecamente al turista es, sin duda, la compra de souvenirs. Esos pequeños detalles que simbolizan el paso por una ciudad y que son utilizados bien como recuerdo del viaje, bien como un obsequio ideal para regalar. Melilla no es ajena a un fenómeno que, sin bien no llega a las cifras que mueven los llaveros con forma de la parisina torre Eiffel o las miniaturas de la Sagrada Familia de Barcelona, provoca una demanda creciente en los visitantes.
El punto de partida para el turista que sale a la caza del souvenir melillense se inicia en el kiosco que Turismo tiene instalado en la Plaza de España. Allí se puede encontrar una amplia gama de regalos que van desde las tradicionales camisetas, a un precio de doce euros, hasta los más innovadoras alfombrillas para el ratón del ordenador, los tapones para tapar botellas de corcho o las cintas que permite llevar el móvil colgado al cuello. Elementos todos ellos con el característico color azul de la ciudad y con el emblema 'Melilla Turismo' sobrescrito.
Demanda de postales
Según cuentan las azafatas del Área de Turismo, «lo que más gusta son los packs de postales», de los que han llegado a venderse más de un centenar en un sólo mes. El motivo, que «por sólo dos euros se adquieren 17 imágenes de la ciudad» en dos diferentes formatos. No obstante, reconocen que «hay quienes preguntan por mecheros, gorras y bolígrafos, que están agotados». Lo mismo ocurre con las camisas vaqueras y las bolsas-mochila, debido a que estamos al final de la temporada, aunque pueden conformarse con una moderna bolsa de rallón por sólo seis euros. Mejor suerte corren quienes busquen libros sobre historia de Melilla, «a los que derivamos al Museo Municipal», donde puede adquirir un amplio número de ejemplares sobre la ciudad, siendo los más apreciados los libros 'Apuntes de la historia militar' y 'Melilla mágica'.
Avanzando por el centro modernista, el turista se topa con numerosos comercios donde puede conseguir todo tipo de detalles ya que, según las informadoras turísticas, «el visitante busca eso, un recuerdo con dos requisitos básicos: Sencillez y poco peso». Uno de estos establecimientos es 'Te Odio', en la calle Ejército Español. Allí pueden encontrarse las típicas tazas tipo 'mug', algo muy demandado por los coleccionistas, así como los llaveros, los platos de porcelana y los relojes que incluyen, con letras vanguardistas, la palabra mágica para quien busque recordar cada ciudad visitada: Melilla.
Muy cerca de allí, en la calle Pablo Vallescá, se encuentran numerosos bazares donde pueden encontrarse todo tipo de artilugios de estilo marroquí. Así, pueden encontrarse desde piedras del desierto hasta collares y pulseras, zapatillas, chilabas y objetos de decoración, como lámparas bajas.
Turismo sentimental
Todos los comerciantes que tienen relación con los turistas coinciden en que en Melilla se da un turismo sentimental, ya que son muchas las personas que acuden para recordar su paso por la ciudad, sobre todo militares retirados, mientras que otros tantos visitantes son melillenses que se marcharon de la ciudad y regresan, años después, para comprobar cómo ha cambiado Melilla. Estos y otros visitantes no pueden marcharse sin un souvenir para degustar en compañía. Hablamos de los dulces marroquíes y las pastelas de las panaderías melillenses.
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