Chelo Atencia, responsable de ave carroñeras: «El buitre no es nunca como el hombre, que acecha; no es así»

Tras su estrecha relación de 25 años al lado de los buitres, ¿por qué a algunos hombres se les compara con estas aves carroñeras?

(Se sonríe). Hay un concepto muy erróneo de lo que es un buitre. De una persona que te está acechando a ver si tienes un momento de debilidad para caer sobre ti. El buitre no está esperando el momento de debilidad, se acerca solamente cuando el animal está muerto, y si tiene que recurrir a comérselo vivo, no espera a que tenga un momento de debilidad.

¿Es capaz de atacar?

Si tiene hambre, sí. El sólo no, pero el problema de los buitres es que son muy gregarios. Pero no es nunca como el hombre, que acecha, el buitre no es así.

Pasando a las féminas, ¿es lógico que a algunas mujeres se las compare con lobas?

Sí. El lobo es un predador muy fuerte y la loba hembra, que ha parido, es capaz de desarrollar una agresividad y una estrategia en la que va a por todas para mantener a sus lobeznos.

¿Es verdad que hay parejas de buitres que están juntas toda la vida?

Sí es cierto que son fieles para toda la vida.

¿Pero eso nunca ha trascendido?

Claro, porque pensamos que los depositarios de cualquier tipo de virtud es la especie humana. El concepto de madre está depositado en la hembra de la especie humana. Es un error al cien por cien porque todas las hembras de cualquier especie desarrollan un fuerte instinto maternal. Hay casos de lobas que han herido y han ido a morirse a las puertas de la madriguera para que sus lobeznos puedan estar mamando mientras ella siga estando viva y les pueda suministrar la leche. Y los buitres ponen sus huevos en el fondo de la cueva y duermen de espaldas al precipicio para que no se les caiga el pollo.

Bióloga de sentimientos y de inicios, pero finalmente geógrafa de título.

Sí, no le dediqué suficiente tiempo al estudio cuando estudiaba Biológicas. Lo cambiaba con demasiada frecuencia por excursiones al monte, por traslado de carroña, por reuniones. Era más joven y dedicaba más tiempo al ideal.

Y, después, ¿por qué estudió Geografía?

Ya era más madura y aprendí a alternar las dos cosas.

De muchos es sabido que ha llegado a asear buitres en la bañera de su propia casa. ¿Qué tal ha llevado esta pasión su familia?

Hombre, no ocurre con frecuencia. Pero el animal lo acabábamos de recoger en el monte, estaba totalmente embarrado y estaba en muy malas condiciones, bajo de peso. Entonces, le bañé con agua calentita y le sequé con mi secador de pelo. Y estaba tan a gustito, que se quedó dormido. Cuando le quitas el frío con agua caliente y le secas con calor... es que es un ser vivo. Lo tenía hecho un san luis, no es por nada.

¿Y su familia?

Hombre, Nino (su marido, Saturnino Moreno) me sigue. Mis hijos, pues claro. Pero eso se lava luego y no pasa nada.

Sí, ¿pero qué hizo su hija Bea?

Se acababa de despertar de la noche anterior, que había sido Año Viejo, y cuando nos vio allí a los dos de rodillas fregando al buitre, dijo: «Me voy de la casa». (Ríe a carcajadas)

Alguno de sus vástagos cogerá el testigo.

Estoy convencida de que no.

¿Cómo engatusó a su marido para que se encargara de darle de comer animales muertos a sus criaturitas?

Nino empezó igual que yo. Quizás menos apasionado, pero ya llevaba animales muertos (para los buitres) desde el Zoológico de Barcelona al Pirineo catalán.

¿Allí se conocieron?

Sí. Yo había ido a estudiar a Barcelona cuando me podía haber ido a Madrid. Los dos empezamos en la SEO, en la Sociedad Española de Ornitología. Él sentía también el mismo interés.

Se podría cambiar el topicazo, ¿detrás de una gran mujer hay un gran hombre?

(Piensa). En mi caso no se podría cambiar. En el supuesto de que yo fuera una gran mujer, que no es el caso, por supuesto el 50% es Nino. Sin él es imposible.

Tiene un vicio sano pero oculto: cambiar las tapicerías de su casa.

Las telas y la pintura me obsesionan. Pienso que son las dos cosas que más calidez le dan a una casa.

De comida frugal y de conversación prolífica. ¿Cuáles son los placeres de la vida?

Desde luego, la comida no. Me han prohibido tantas cosas desde chica porque engordaba, que ya ha llegado un momento en que no. Los placeres de la vida...viajar a determinadas ciudades, en mi caso son fijas.

¿Cuáles?

Básicamente Roma. También me gusta leer, estar tranquila algún día, en algún momento. Cortar.

De quedarse en una isla desierta, ¿a quién elegiría para que le ayudara a coger los cocos de los árboles?

(Sin dudas). A Nino.

No le gustan los 'volaores' como dice por ahí algún alcalde muy ilustrado. ¿Qué hacemos entonces con el cambio climático?

Localizar las alternativas en áreas que no afecten a las especies, que no afecten a los buitres. A un conservacionista, a un ecologista no se le puede decir es que el cambio climático...porque ya lo venimos diciendo desde hace 30 años. A nosotros con esas milongas no se nos puede venir. Lo único que pedimos es que se trabaje bien. Aerogeneradores sí pero no en colisión con las especies veleras (las que aprovechan el viento para planear).

¿Sierra Crestellina ha perdido con los parques eólicos?

Sí. Es dramático ver cómo a un animal le abate un aerogenerador y continúa apeonando de subida hacia su buitrera. (Se sobrecoge y se le saltan las lágrimas). Eso no tiene perdón de Dios.

De conocida familia de políticos, ¿nunca le interesó la función pública?

Mi desinterés es notorio.

¿Cree que pintar la palabra ilegal en el hotel El Algarrobico (Greenpeace) o casi atarse a los árboles del paseo del Prado (baronesa Thyssen), pueden cambiar las cosas?

Naturalmente que sí. Yo creo que a todos los niveles se puede trabajar honradamente y con seriedad y advirtiéndolo. Greenpeace lo ha advertido. No lo han hecho de la noche a la mañana, lo ha advertido: eso es ilegal.

Por hacer una extrapolación, ¿qué le pareció que arrancasen los plátanos de sombra del Parque?

Precipitado e interesado.