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Ignacio Lillo
Lunes, 23 de enero 2017, 02:13
Se llama Piercing y es uno de los habitantes estrella de Bioparc Fuengirola. El ejemplar de puercoespín africano, de 14 años, se ha convertido en el primero de su especie en el mundo en ser intervenido de cataratas, una dolencia visual igual que la que padecen los seres humanos y que limitaba mucho su movilidad. Ya ve perfectamente y ha vuelto a participar en el espectáculo que el recinto ofrece a diario.
Piercing nació en el parque zoológico malagueño en 2002 y es muy querido por el personal y los visitantes, según explica su cuidadora, la veterinaria Rosa Martínez Valverde, quien se encarga de la salud de los animales junto a Jesús Recuero, director técnico del recinto. Su esperanza de vida en libertad sería de unos 15 años, pero en cautividad se llega a duplicar, por el control de la dieta, los cuidados sanitarios y la ausencia de depredadores. De hecho, una de sus compañeras de la misma especie ya ha cumplido los 29. «Contamos con que viva muchos años». Este roedor de grandes dimensiones no tiene realmente una visión muy aguda, pues sus hábitos de vida son nocturnos-vespertinos y habitan en madrigueras, por lo que están más activos durante las horas de tarde y noche. Pero su caso ya era extremo y, de hecho, «ya no veía ni torta», en palabras de Rosa Martínez.
El puercoespín forma parte del departamento de exhibición, donde se integra con un grupo de animales que han sido entrenados para que el público pueda ver diferentes escenas de animales en un claro de selva. «Es una función muy educativa, que enseña a los visitantes los diferentes animales y trata de concienciarlos sobre la importancia de la selva tropical, que es un ecosistema vulnerable que hay que preservar». En su parte de la representación, Piercing camina delante de la gente, en un anfiteatro con una recreación de un claro de selva y busca comida que los cuidadores colocan en varios puntos. En un momento dado se encuentra con un serval (un felino africano de tamaño medio, un poco más grande que un lince) y ambos simulan que éste lo intenta cazar, aunque el roedor logra escapar y vuelve a su madriguera. «Están entrenados, e incluso sin apenas visión Piercing sabía hacerlo, porque había aprendido la distancia y donde estaba cada cosa, a bulto. Desde que lo operamos ha recuperado gran parte de la visión, ya no choca con los obstáculos y ha ganado mucha calidad de vida».
El responsable de la operación ha sido Fidel Causse del Río, director de la clínica Animal Vision, en la capital, con más de diez años de experiencia en oftalmología veterinaria. Aunque no es la primera vez que opera a animales salvajes, este caso tenía varias dificultades. Lo primero, relata, es que no estaba documentado ningún caso de cirugía ocular en animales de esta especie en el mundo. «Ha sido un trabajo conjunto con los veterinarios, los cuidadores del parque y el equipo de quirófano, sobre todo porque necesitaba un tratamiento de gotas después de la intervención», explica. De manera que el primer paso fue entrenarlo para que se dejara poner los medicamentos. «Ha habido que formar a los cuidadores y un adiestramiento previo, con prácticas para minimizar el estrés, porque es una cirugía muy delicada y no se le puede manipular a la fuerza». Desde el diagnóstico hasta la intervención han pasado tres meses.
opera en málaga
Una de las dos clínicas especializadas en oftalmología para mascotas que hay en Andalucía está en la capital malagueña (la otra está en Sevilla). Fidel Causse del Río y su equipo de la clínica Animal Vision operan a un promedio de cinco a seis animales cada semana, procedentes de todas las provincias. El 90% son perros y gatos, pero también a muchos caballos, que sufren úlceras por las ramas de los árboles; conejos, roedores y aves. Tratan enfermedades como el glaucoma, hacen transplantes de cornea, injertos de membranas y cirugía láser, entre otros tratamientos.
Otra clave es que, pese a ser uno de los roedores más grandes que existen, tiene unos ojos muy pequeños. Se ha aplicado la técnica de facoemulsificación, por ultrasonidos (la misma que en las personas) aunque ajustado al tamaño pequeño del globo ocular del puercoespín, de sólo siete milímetros, lo que dificultó mucho el trabajo, que se prolongó durante dos horas. El veterinario hizo una microincisión en la cornea, de 2,7 milímetros, a través de la cuál se introdujo el instrumental que permitió extraer el contenido del cristalino que se había puesto opaco.
Para la sutura se empleó un material reabsorbible y tan fino que es casi invisible. Para los perros, gatos y otros animales la operación termina con la colocación de una lente, igual que en los humanos. Pero en este caso, al no poder ponerla por el pequeño tamaño del ojo, Piercing habría necesitado gafas de lejos le han quedado algunas dioptrías pero ha recuperado buena parte de la visión que había perdido. El último paso es el tratamiento ya comentado a base de gotas, antiinflamatarios y antibióticos postoperatorios.
Bioparc Fuengirola es un parque zoológico pionero en Europa en el desarrollo de la zooinmersión, esto es, sus instalaciones no tienen rejas ni vallas u otras barreras visibles y el visitante se sumerge en casi dos hectáreas de selva tropical (adaptada meteorológicamente a la Costa del Sol) con diferentes especies que habitan en ella.
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