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M. (de espaldas), con sus padres, Concha y santiago, y sus hermanos.

«Mi hijo ya sabe que no es un invitado en casa, sino que es uno más»

Concha Pérez y Santiago de la Torre. Padres de acogida permanente de un adolescente de 14 años

Ana Pérez-Bryan

Domingo, 15 de enero 2017, 01:16

A Manuel (nombre ficticio) la vida le dio un portazo en la cara con apenas 7 años: en seis meses murieron su padre y su ... madre de manera natural. Él era un niño «normal» fruto de una pareja «estable», pero sus tíos no pudieron hacerse cargo de él y terminó en un centro de acogida. La edad ya no le daba para una familia y pasaron cuatro años hasta que esa vida perra se dio la vuelta y cambió su suerte: en su camino se cruzaron Concha y Santiago, que le abrieron las puertas de su casa y su familia de par en par y también «su mochila de fantasmas». «Ahora poco a poco los vamos sacando para terminar con ellos», explica Concha, médico especializada en rehabilitación que trabaja en el Hospital Clínico y que comparte oficio con su marido, éste hematólogo jubilado. Ninguno de los dos se había planteado nunca el acogimiento familiar, porque con tres hijos varones en casa y una familia en plena expansión ya son abuelos parecía suficiente, pero en cuanto conocieron la historia de Manuel no se lo pensaron dos veces.

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