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Vista parcial de los terrenos de Repsol situados al norte del bulevar.
Arquitectos apuestan por combinar viviendas y parque en Repsol

Arquitectos apuestan por combinar viviendas y parque en Repsol

Urbanistas consideran que los usos residenciales y comerciales impulsarían la renovación del entorno y ven poco factible destinar todo a espacios verdes por el coste económico

Francisco Jiménez

Martes, 2 de febrero 2016, 00:34

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La idea de hacer un gran parque en los terrenos de Repsol gusta a los arquitectos, pero al margen del debate político surgido en los últimos días en cuanto a las dimensiones que debería tener ese pulmón, los profesionales consideran que la creación de un espacio verde no tiene por qué ser incompatible con la existencia de viviendas y equipamientos públicos al considerar que los 177.548 metros cuadrados que ocupa la parcela de los antiguos depósitos ubicada entre las avenidas de Europa y Juan XXIII hay espacio suficiente para que todo encaje. Sobre el papel, reconocen que las tres propuestas que hay sobre la mesa podrían ser factibles (el proyecto residencial vigente que contempla cuatro grandes torres de pisos, áreas comerciales y un parque de 70.000 metros cuadrados; destinar toda la finca a zonas verdes como plantea el PSOE o la solución intermedia propuesta por Ciudadanos), pero ponen el acento en dos aspectos clave como son la renovación urbana del entorno y el impacto económico para defender la combinación de los distintos usos en esta parcela.

«No podemos olvidar cuestiones como que ese gran bosque urbano hay que sufragarlo, así que permitir algo de edificación ayudaría a costearlo. ¿Cuánta edificación se deja? Resulta difícil de valorar, pero los ciudadanos debemos ser conscientes de que las cosas no son gratis y que si queremos que todo sea un bosque hay que buscar el dinero», advierte el decano del Colegio de Arquitectos, Francisco Sarabia, quien precisa que «en esa superficie tan amplia una zona de edificación como son las cuatro torres no tiene por qué resultar un elemento distorsionador del espacio verde que persigue todo el mundo». Por ello, aboga por «tratar de mantener el camino ya iniciado». Y de paso, reclama que además de la consulta popular aprobada en el Ayuntamiento ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, también se tengan en cuenta a los profesionales ya que se trata de «un equipamiento de ciudad, no solo de barrio».

Por su parte, el arquitecto Ángel Asenjo incide en la revitalización que el proyecto de las torres puede suponer para la zona. «Crear un instrumento que genera una nueva centralidad puede propiciar la renovación urbana de todo el entorno, y esa centralidad necesita otras actividades como oficinas, hoteles, equipamientos deportivos o espacios comerciales», afirma Asenjo, quien considera que «el hecho de que haya un poco más de zona verde no debe ser determinante».

Una solución intermedia

En este sentido, el arquitecto y profesor de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Málaga, Juan Gavilanes, reduce toda la polémica a una cuestión de «equilibrio económico». «Dejar todos los terrenos para zonas verdes está muy bien, pero ¿con qué dinero?», se pregunta. Por ello, y sin identificarse con la propuesta de Ciudadanos de reducir la edificabilidad para ganarle metros al parque, apuesta por una solución intermedia, aunque reconoce que «fijarla sin más resulta arriesgado». Igualmente, remarca que en la situación económica actual se antoja «muy difícil» que el plan original pueda ejecutarse. «Una torre no se puede hacer por fases que se van vendiendo y permite financiar las demás. Hay que poner hasta el último ladrillo y eso requiere una inversión que en estos momentos nadie puede afrontar», expone Gavilanes, quien entiende que la viabilidad del proyecto podría pasar por «renunciar a parte de la edificabilidad», pero no a toda.

En términos similares se expresa Antonio Martínez Aragón: «Evidentemente, lo ideal sería que todo fuera verde porque Málaga está necesitada de un gran parque urbano, pero también es la opción menos factible, así que una postura intermedia sería lo más razonable aunque procurando que el porcentaje mayor sea zona verde». En cualquier caso, Martínez Aragón también se suma a la petición de que se consulte a los profesionales. «No se puede actuar en función de la ocurrencia de un político ni tampoco hace falta que la ciudadanía lo decida todo porque para eso están los políticos. Son los profesionales los que tienen que hacer propuestas», reivindica.

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