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A REBOSAR. Imagen del también llamado embalse del río Verde, entre Marbella e Istán, que podría abrir sus esclusas si sigue lloviendo. / JOSELE-LANZA
Las paradojas de La Concepción
MÁLAGA

Las paradojas de La Concepción

Un pantano pequeño, que recibe mucha agua gracias a un trasvase, y que debe desembalsar incluso en épocas de sequía. Así es la presa marbellí, que espera su recrecimiento desde hace una década

I. LILLO

Domingo, 9 de noviembre 2008, 02:49

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Érase una vez un embalse que no podía almacenar toda el agua que era capaz de recibir, en una provincia azotada por largos periodos de sequía, y que incluso debía desaguar con frecuencia para no desbordar su capacidad máxima. Las paradojas de la presa de La Concepción, ubicada entre Marbella e Istán, saltan una vez más a la primera plana de la actualidad en la provincia, ante la amenaza de que las lluvias obliguen en los próximos días a verter parte de sus reservas al mar, y ante el bloqueo del proyecto que desde mediados de los 90 plantea, año tras año, la posibilidad de recrecer la presa. Estas líneas analizan las claves de uno de los principales recursos hídricos de la provincia y sus perspectivas de futuro. HISTORIA Una presa para el río Verde La Concepción se construye en 1972 al norte de Marbella para almacenar el agua de las crecidas del río Verde. Durante la gran sequía de principios de los 90 se acomete el triple trasvase desde los ríos Guadalmansa, Guadaiza y Guadalmina (1995). Tiene una capacidad de sólo 56 hectómetros cúbicos (casi el consumo de la capital en un año). Es uno de los más pequeños de la provincia a pesar, y aquí viene la primera paradoja, de ser el que más agua recibe, incluso en épocas de escasez, lo que obliga a controlar los aportes de los tres afluentes y, en última instancia, a tener que hacer desembalses. En varios momentos se ha situado casi dos hectómetros por encima del límite oficial, aunque sin poner en riesgo la seguridad de la instalación. «Cuando se hizo en los 70 era suficiente para el tamaño de la Costa del Sol, pero se ha quedado pequeña». Quien habla es Antonio Rodríguez Leal, director de Cuenca Mediterránea Andaluza, entidad dependiente de la Junta encargada de gestionar los recursos. «Es una presa muy agradecida, cuando llueve se llena muy pronto, pero con la misma facilidad se vacía». DESAGÜE Hectómetros de agua dulce que van al mar El trasvase desde los ríos Guadaiza, Guadalmina y Guadalmansa es un seguro en épocas de sequía, cuando el Verde no alcanza el caudal necesario. Así lo fue en varios momentos durante los últimos cuatro años. Pero cuando llueve intensamente es necesario reducir los aportes para no saturar La Concepción. De hecho, está previsto que se cierre en los próximos días. Incluso sin tres de los cuatro grifos, el año pasado fueron necesarios dos desembalses, que coincidieron además con uno de los periodos más duros de sequía en el resto de la provincia. En algunos momentos en la historia de esta presa se ha vertido al mar hasta el doble de su propia capacidad. Si continúa lloviendo en la cuenca occidental con la misma intensidad que lo hizo a finales de octubre, en breves fechas será necesario volver a desembalsar. RECRECIMIENTO El eterno proyecto que nunca arranca La extinta Confederación Hidrográfica del Sur presentó en enero de 1999 el proyecto de recrecimiento del embalse de La Concepción, que propuso incrementar la altura del muro en 16,4 metros. El presupuesto ascendía entonces a 6.457 millones de pesetas (unos 39 millones de euros) y permitía aumentar el volumen del embalse en casi 39 hectómetros, hasta casi cien. Ya entonces las hemerotecas ponen de relieve que es necesario vaciar la mitad de la presa para hacer la obra. Tampoco era el primero paso. Anteriormente, ya se había hecho otra propuesta menos ambiciosa. Cuenca Mediterránea hereda de Confederación el compromiso de ampliar la capacidad. «El proyecto de los 90 plantea que tiene que estar por debajo de la mitad durante dos o tres años, algo inconcebible». Los técnicos de la Administración andaluza buscan entonces una solución técnica que permita mantener la presa llena, y Rodríguez Leal reconoce que es factible hacer la obra sin necesidad de desaguar. Pero aparece una nueva contradicción. Se puede almacenar más, pero, ¿quién la consume? En este momento, las conexiones hidráulicas desde la Costa del Sol hacia Málaga y la Axarquía son obsoletas y no tienen apenas capacidad. «¿De qué sirve ampliarla ahora?», se pregunta el director de Cuenca. A su juicio, la ruta pasa por tener primero la nueva desaladora de Mijas -para garantizar el suministro- y, sobre todo, aumentar la transferencia de recursos hacia las zonas con menos reservas. De esta forma, se asegurarían entre 35 y 40 hectómetros anuales, un 25% de las necesidades de la Costa del Sol (que consume 90) y Málaga capital (60). A partir de entonces se podrá acometer el esperado recrecimiento, aunque nunca antes de dos años (el plazo de construcción de la futura desaladora). DESALADORA ¿Qué hacer cuando el agua sobra? La de Marbella es actualmente la única desaladora de agua de mar de la provincia -la del Atabal, en la capital, toma el líquido, salinizado por el arroyo Meliones, del pantano del Guadalhorce- y tiene una capacidad de hasta 20 hectómetros cúbicos anuales. En momentos excedentarios como éstos trabaja sólo a medio ritmo, con tres de sus ocho líneas activas, para aprovechar la crecida del pantano. El 80% del agua potable de la Costa procede de La Concepción. Pero no se detiene. «Pararla es muy caro, por la energía necesaria para ponerla de nuevo en marcha, y produce un deterioro de la maquinaria». De manera que se produce un excedente de agua dulce que no se puede guardar para las épocas de vacas flacas, ni mandar para otro sitio. El responsable explica que ahora se da la situación ideal para que los ayuntamientos de la Costa dejen a los pozos descansar durante al menos un año, y consuman el agua de la presa y la desaladora. «Un 40% viene aún de los acuíferos, y los de Mijas y Alhaurín están muy bajos, muy castigados». La clave, como tantas veces, es el precio: es mucho más cara el agua desalada que la subterránea. TRASVASE Nuevos aportes para la capital y la Axarquía Por tanto, antes de un potencial recrecimiento del dique, Cuenca se plantea cómo llevar el líquido almacenado a los consumidores que más lo necesitan. En primavera estará lista una obra de emergencia para transportar 250 litros por segundo hasta El Atabal, por lo que en verano la capital podrá beber el agua marbellí. Pero el proyecto clave consiste en sustituir las conducciones en dos tramos, desde Torremolinos a Málaga y en el eje Marbella-Estepona, para transportar hasta mil litros por segundo desde el río Verde hacia Málaga y la Axarquía. Se encuentra en estudio y podría quedar listo en el plazo de un año a partir del inicio de las obras, con un coste de unos 60 millones de euros. Están las ideas, están las necesidades y en algunos casos hasta los proyectos. Pero falta el empuje definitivo para que La Concepción destierre la dura imagen de miles de metros cúbicos de agua dulce que nadie podrá aprovechar.

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