«Frente a las llamas, se seca hasta el sudor»
Verano a la última ·
Pablo Sáez Blanco es bombero forestalCarmen Nevot
Lunes, 21 de julio 2025, 00:03
En su casco pone Blanco, es su identificativo, aunque en realidad es su segundo apellido. Es un guiño a su abuelo materno a quien, dice, ... tiene mucho que agradecer. En invierno es un estudiante modelo de Ingeniería Agrícola y Enología en la Universidad de La Rioja (UR) y, en verano, Pablo Sáenz Blanco, de 21 años, trabaja como bombero forestal en la Cuadrilla de Acción Rápida (Carif), en la conocida como helitransportada que opera desde su base, situada en terrenos incluidos en el Aeropuerto de Logroño-Agoncillo.
- Ingeniero agrónomo y enólogo y bombero forestal en verano...
- Mi padre es agricultor y cuando era pequeño trabajaba en una bodega, entonces siempre he estado muy vinculado con el sector primario.
- Es muy esclavo.
- Sí, pero sarna con gusto no pica.
- Es el segundo año en la Carif. ¿Qué recuerdas de la campaña del verano pasado?
- La recuerdo con mucha ilusión y con cierta incertidumbre porque todo era nuevo para mí. A cada cosa que íbamos era como ¡uff! ¿estaré a la altura? ¿Estaré preparado físicamente? ¿Voy a ser una carga para mis compañeros? Pero con su apoyo y con el aprendizaje día a día todo sale bien.
- ¿Recuerdas tu primer encuentro con el fuego?
- Sí, fue una situación sofocante, frente a las llamas se seca hasta el sudor. Recuerdo las altas temperaturas que había, por supuesto, y la intensidad con la que nos enfrentábamos a la situación. El primer incendio al que fui hicimos un ataque directo, en primera línea, con material manual batefuegos y mochilas. Fue una situación muy exigente.
- ¿Pasaste miedo?
- No, porque mis compañeros tienen tanta seguridad y tanto compromiso con el grupo que te dejas llevar y te mueves por el impulso positivo de los demás. En ningún momento se actúa de manera libre. Todos estamos bajo las órdenes del capataz y del técnico, y si ves que estás muy fatigado o te falta el aire, lo comunicas, te retiras y un compañero te releva sin ningún problema.
- Después de ese primer fuego vinieron más. ¿Recuerdas alguno con especial intensidad?
- Sí, el que tuvimos en Arnedo. Ese fue mi primer incendio relativamente grande y también lo recuerdo con especial cariño porque estaba uno de nuestros técnicos que libraba ese día y es de allí. Vino a vernos por si necesitábamos algo. Lo recuerdo como si lo hubiesen hecho para que aprendiéramos todos. También fue directo, pero tuvimos bastante apoyo con el helicóptero, con el 'bambi', así se llama la bolsa naranja que lleva en el lateral derecho, y gracias a él podíamos ir pegando saltos muy grandes porque con las descargas nos quitaba gran cantidad de llama a eliminar. Siempre vamos en el helicóptero, salimos, nos montamos y nuestro técnico graba desde arriba la situación, lo manda a los retenes de tierra, buscamos un sitio donde poder desembarcar y bajamos el 'bambi', lo abrimos y ya está listo para que vaya a un punto de agua a cogerla.
- ¿Qué tal ha sido el arranque de esta campaña?
- Intenso. La primera semana tuvimos tres actuaciones, una de ellas al borde de Álava, fue curiosa porque comenzó en un cereal y a pesar de que había mucho viento no llegó a expandirse con facilidad, se quedó recogido y lo apagamos con facilidad. Nosotros intervenimos en la parte forestal, tenemos una regla que es: 'vidas, bienes y verde', que es lo que vamos a proteger y si se tiene que quemar algo, lo último que vamos a proteger va a ser lo verde, pero si se empieza a quemar una casa o una estructura industrial, nosotros no podemos intervenir ahí, pero sí podemos prevenir para que no llegue justo hasta el límite de la vivienda.
- ¿Por qué?
- Por conocimiento, porque hay tendidos eléctricos y no sabemos actuar en caso de que se haya generado en un entorno cerrado, ni llevamos el EPI adecuado.
- El verano se inició con un gran incendio en Lérida. ¿Se aprende de los fuegos ajenos?
- El de Lérida es muy buen ejemplo. Nuestros técnicos y capataces, tras estudiarlo, nos explican cuáles son los puntos a mejorar, en qué zonas ha actuado el fuego según el viento, la pendiente, según el combustible, y nos sirve para comprender e intentar evitar los errores que pueden cometer ellos. Es mejor aprender de los errores ajenos.
- ¿Apagas más fuegos en verano o en invierno en clase?
-Es diferente, uno me genera más satisfacción, que es el de apagar fuegos en verano, y el otro lo hago más por obtener una titulación que valide unos conocimientos que no demuestran gran cosa en el sector porque me parece que son demasiados específicos.
-¿Te quieres dedicar a ello?
- Sí, al sector vitícola.
- ¿Y aparcas el fuego?
-Todavía me quedan tres años en la universidad, así que cuanto más pueda alargarlo mejor.
- Tú trabajas cuando los demás veranean...
- Bueno, en junio tuvimos las recuperaciones y por suerte este año no tuve que hacer ninguna, así que pude ir a la playa a surfear.
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