Paloma López: «¡A ver si me dan un programa con azafato!»

- ¿Jorge Fernández es el jefe o el compañero de trabajo?

- ¡Es un compañero! Intenta controlarlo todo en el plató, pero no se porta conmigo como un jefe. Es majísimo, cachondo, cercano y muy campechano.

- ¿Le da cancha o tienen muy acotado el sitio de cada uno?

- He ido ganando terreno porque Jorge me lo ha ido cediendo.

- El otro día trabajó con Carlos Sobera, ¿qué tal el cambio?

- ¡Ay, me encanta Sobera! Soy fan suya desde que presentaba 'El millonario'. Trabajar con él ha sido una gozada porque es súper generoso. Lo pasé muy bien.

- Se va a poner celoso Jorge...

- ¡No, qué va! Carlos y él son compañeros y amigos. Jorge estuvo el día que vino Carlos a grabar, viendo el programa desde el control, y lo pasó fenomenal.

- ¿Qué tal jugadora de 'La ruleta' sería usted?

- Buena. De la misma manera que Jorge siempre dice que él sería pésimo, yo creo que lo haría bien. Intento no mirar los paneles y así me entretengo tratando de adivinar. Cuando lo sé le hago una seña a Jorge y él me mira y me dice: '¿Ya?'. Si concursara sabría qué estrategia seguir. Las letras r, s, l y t son las que más se repiten. Y el mejor orden para pedir vocales es: a, e, o, i, u.

- Desde las azafatas con gafas del 'Un, dos, tres' no ha habido otras más famosas en la tele.

- Yo era pequeñita, pero me acuerdo bien cuando sacaban la calculadora. Nunca he pretendido imitarlas, ni siquiera pensaba ser azafata de televisión.

- ¿Y entonces?

- Yo siempre he querido ser actriz, pero me surgió esta oportunidad. Me lo he tomado como si fuera una beca mientras sigo estudiando. Hago teatro, diseño gráfico... Que alguien te espere al acabar la función para decirte que le ha gustado la obra es muy gratificante, pero el dinero está en la televisión y en el cine. Sería fantástico hacer una serie tipo 'Velvet', porque me encantan las de época. ¡Ah! Y me gustaría ir a 'Tu cara me suena'. Soy payasa y se me da bien cantar, imito muy bien a Shakira.

Sin micrófono

- ¿Qué se pide a una azafata?

- En el casting me pidieron presentar, me dijeron que fuera natural, que sonriera, que estuviera atenta... Luego en el programa les decía: ¡No sé para que me habéis hecho un casting si no me dejáis decir nada! Estuve año y medio sin micrófono. Yo estaba deseando poder hablar porque sabía que podía dar juego. Y ahora bailo, canto, cuento chistes...

- ¿Por qué no hay azafatos?

- No lo sé, eso digo yo. A ver si me dan a mí un programa y me ponen un azafato (risas).

- ¿Cuando se equivoca...?

- Eso de ir a descubrir una letra y levantar otra pasa a menudo porque las luces me reflejan en el panel y no veo nada. Pero entonces miras a cámara y sonríes. También meto gambas hablando, pero al espectador le gusta ver que los de la televisión se equivocan.

- ¿Tienen Jorge y usted algún ritual antes de grabar?

- No, aunque él siempre se retoca el pelito. Le regalé un espejito para que se arreglara el tupé.