La Facultad de Derecho lucha contra las goteras

Las lluvias de los últimos días han vuelto a evidenciar un problema que la Facultad de Derecho de la UMA arrastra de lejos. Los estudiantes de este centro llevan años conviviendo con cubos, cartones y señales de peligro de deslizamiento, herramientas con las que tratan de plantarle cara a las filtraciones y goteras en varias de las dependencias, en especial en la biblioteca, pero también en los despachos, las clases y pasillos, y demás zonas comunes.

Tanto el decano de la Facultad, Juan José Hinojosa, como el vicedecano de Estudiantes y Asuntos Económicos, Antonio Roldán, achacan la situación a la falta de mantenimiento en un edificio, que cuenta con unos 20 años de antigüedad. «Si previamente no se ha hecho un gasto anual en mantenimiento, pues todas las deficiencias salen simultáneamente», apuntó Roldán, que reconoció que se trata de un «problema de todo el edificio».

No obstante, el nuevo equipo de Decanato se ha propuesto subsanar tales deficiencias a través de un plan de infraestructuras urgente destinado a reparaciones y mantenimiento de infraestructuras, así como a nuevos equipamientos. «Dentro de las restricciones estamos haciendo lo que podemos, porque nos encontramos con muchos problemas simultáneos», defendió el vicedecano. Las primeras actuaciones de dicho proyecto, aprobado por el Vicerrectorado de Campus y Sostenibilidad y dotado con 168.429 euros fraccionados en tres períodos hasta 2014, ya han comenzado.

De hecho, antes de las lluvias los trabajos habían comenzado en la biblioteca, cuya cubierta será sustituida por completo, ya que según afirmó Roldán el material de esta parte del edificio tiene una vida útil de 15 años, «y no se ha reemplazado nunca». Para esta obra -que se prevé que acabe antes de final de año- se ha asignado la mayor partida presupuestaria, en concreto 44.884 euros.

Otra de las asignaciones de mayor envergadura -38.095 euros- irá destinada a la sustitución de la cúpula situada en la parte superior del pasillo de entrada a Decanato, cuya ejecución está prevista para 2014. Así, se cambiará por una cubierta de aluminio de dos vidrios, material más duradero que el policarbonato actual. También se repararán antes de final de año las pérgolas de la segunda planta.