García Puche se compromete a seguir trabajando por la que cree es su «segunda patria»

El oncólogo José Luis García Puche no sabe si es merecedor de la Medalla de Oro de la Ciudad Autónoma. Lo que sí cree, y así lo dejó patente ayer tras recibirla, es que «la gente y las autoridades no se equivocan», así que aceptó de buen grado un reconocimiento que surgió del clamor popular y que él asume como una «suerte», porque le premian por hacer algo que le gusta, como es la medicina, y como una «responsabilidad hacia mi segunda patria, al lado de la de nacimiento, Granada, que está a la misma altura en el corazón». «Mientras que tenga fuerzas y una única neurona de guardia, me dedicaré a trabajar para que este reconocimiento sea ganado y bien ganado».

El oncólogo dedicó gran parte de su intenvención a sendos agradecimientos hacia quienes le trajeron a Melilla y hacia quienes le han ayudado a velar por los enfermos y a mejorar los servicios de cuantos padecen cáncer en esta ciudad.

García Puche tiene mucho que decir en la evolución de estos servicios ya que participó en la creación de la Unidad de Oncología en el Hospital Comarcal. Pero si hay algo que se tuvo especialmente en cuenta a la hora de otorgarle la condecoración y que él conserva intacto en su memoria es que, cuando Melilla quedó sin oncólogo, él se hizo cargo del servicio compatibilizándolo con su trabajo en Granada y haciendo un gra esfuerzo para cuidar a los cien enfermos con los que la ciudad contaba en 2003. Unas visitas que no han cesado, porque para él Melilla es una segunda casa y los melillenses «son lo mejor».