Samanta Villar: «Soy muy libre, impulsiva y tengo poca vergüenza»

Directa, lenguaraz y convencidísima de que lo que hace nos ayuda a conocer mejor cómo vivimos y sentimos. Samanta Villar es igual en la vida real que en la profesional: natural y decidida. Podremos comprobarlo esta noche porque Cuatro emite, a partir de las 0.15 horas, el primero de los trece programas de la cuarta temporada de 'Conexión Samanta', que produce Bocaboca. Cómo se desenvuelven los médicos de Urgencias del Hospital Santa Lucía de Cartagena en situaciones límite, la infancia de los niños que viven entre 'casting' y rodajes o las dificultades de las madres adolescentes son algunas de las historias que Samanta vivirá con sus protagonistas.

- Después de tantas horas entre médicos, sabrá cómo actuar en el caso de que un día le dé un &lsquoyuyu&rsquo.

- Que va, ya me gustaría, pero no controlo nada de medicamentos. No sabría cómo reaccionar.

- Ha asistido a un parto, ¿tiene usted hijos?

- No, no soy madre, pero fue muy emocionante. Bueno, tan emocionante como crudo. El esfuerzo de la madre y cómo tienen que actuar los sanitarios, si hacen o no una cesárea o si surgen complicaciones. Su trabajo es admirable.

- ¿Alguna diferencia respecto a otras temporadas?

- Sí, la principal es que profundizamos en la línea de temática social y de las historias extraordinarias que les suceden a gente ordinaria. Buscamos historias particulares interesantes sobre las que se puede reflexionar.

- Recibe felicitaciones por el Facebook de gente de Bolivia, Perú, Argentina...

- Porque están emitiendo por cable en América Latina los capítulos antiguos de &lsquo21 días...&rsquo Es muy interesante ver cómo los que más emocionaron aquí en España, emocionan también allí. Al final te das cuenta de que somos universalmente iguales. Nos conmueven las mismas cosas.

- Le han acusado de egocéntrica, de que acapara demasiado protagonismo...

- Creo que esas críticas se hacen desde el desconocimiento. Se confunde el egocentrismo con la libertad. Yo soy muy libre, tengo muy poca vergüenza, como dice mi madre, y soy muy impulsiva. Hago lo que me apetece y si llamo la atención no me importa. Pero eso no significa que esté buscando llamar la atención todo el tiempo, eso sí sería egocentrismo. De hecho, los programas se sustentan, no por mí, sino por el conjunto que formamos el resto de los personajes y yo. Otras críticas sí que le podría conceder, pero esa no.

- Estuvo a punto de ir al juzgado por aquel supuesto robo de hierros en Sevilla. ¿Contar historias reales puede situarla a veces en el límite de la ley?

- Pues sigo pensando en aquello, en qué debo hacer si me vuelvo a encontrar con una secuencia así, ¿les acompaño o no? Como periodista mi obligación es estar allí. Es como si eres corresponsal de guerra y no grabas porque la situación es peligrosa, pues no haber ido ¿no?.

- ¿Se pone algún límite?

- Sí. El del sentido común, de no perjudicar a la gente de mi entorno o el de que mi pareja no tenga que sufrir por mi trabajo. No me voy a prostituir para hacer un trabajo de prostitución. Por mí, hasta me lo podría pensar, pero para mi pareja sería terrorífico. Tampoco voy a asesinar para ver lo que siente un asesino.

- Tiene buen índice de audiencia, ¿hasta qué punto le influye?

- De momento no estoy nada preocupada. Y este 2012 será el de &lsquoConexión Samanta&rsquo. Después, ya veremos. Lo que quiero es disfrutar siempre con mi trabajo y si va con un buen sueldo, pues mejor.

- Viaja mucho, ¿cómo concilia lo profesional con lo personal?

- Estoy renunciando a tener una vida estable, hijos, echar raíces. Ahora lo tengo asumido, después de que hace un tiempo me parara a pensarlo y me cogiera una media crisis por no ser de ningún sitio y no parar más de una semana en ningún lado. Hasta que me dije: &lsquoBueno, Samanta la mayoría de la gente es sedentaria, pero tu eres nómada, con sus ventajas e inconvenientes&rsquo. Me relajé y hasta ahora.

- Pero quiere ser madre.

- Pues tengo 36, así que si no me doy prisa se me va a pasar el arroz.