Prudencio, el 'héroe' de La Carihuela
Homenaje. Emprendedores como Félix Cabeza, Miguel Sierra o Pepe Márquez piden su reconocimiento.
PEDRO LUIS GÓMEZ
Domingo, 4 de septiembre 2011, 03:57
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Son muchos los apellidos ligados a la historia de los chiringuitos de Málaga que llevamos recogidos en estas páginas, y aún nos quedan un ... montón. Pero si en torno a alguien hay una coincidencia general es con Prudencio, propietario de Casa Prudencio, uno de los lugares que dio origen a La Carihuela tal como hoy conocemos el histórico barrio torremolinense, cuna de la fritura malagueña, templo del 'pescaíto frito'. Todos le reconocen su calidad profesional, su capacidad emprendedora, su influencia (el pescado a la sal sale de sus fogones) en la cocina, pero, sobre todo, su gran calidad humana. «A Prudencio no se le ha rendido el homenaje que se merece», señala Félix Cabeza, el propietario de 'La Dorada', posiblemente el carihueleño más famoso internacionalmente hablando en el mundo de la restauración, que comenzó su carrera profesional con Prudencio, su tío familiarmente hablando, pero como él dice «mi padre en casi todo».
En parecidos términos se expresan Miguel Sierra y Pepe Márquez, propietarios de 'Playa Miguel' y 'La Jábega', también de La Carihuela, o Manuel Villafaina, de 'Los Manueles', en Playamar, quienes afirman que más allá de su profesionalidad y de la fama que adquirió su restaurante, sencillo pero con una gran clase y una cocina excepcional, lo que Prudencio hacía «es irrepetible». «Estaba para cualquier favor, para solucionar cualquier problema de La Carihuela. La gente acudía a él como tabla de salvación y a todo el mundo le respondía. Fue un fenómeno. La verdad es que echamos de menos una calle con su nombre o incluso un busto como homenaje a quien fue una institución en este barrio».
Y es que como dice Félix Cabeza, «La Carihuela era un barrio de pescadores, todos muy humildes, que teníamos para comer cada día y pare usted de contar. Éramos si acaso 300 personas, de unas cuantas familias, que nos conocíamos todos, y yo creo que todo participamos en la reconversión turística de la zona, y esto es algo que no creo tenga parangón en ningún lugar del mundo».
En esta 'reconversión' de La Carihuela, y en la de otros barrios como Pedregalejo, por ejemplo, o Los Boliches, en Fuengirola, el peso de los chiringuitos (entonces llamados merenderos) fue de gran importancia. «Entre los primeros restaurantes y los merenderos, se 'reordenó' la playa», señalan nuestros protagonistas, en una conversación que se desarrolla en el restaurante 'La Reserva de Antonio», desde hace unos meses regentados por José Gómez, también presente, junto a Jorge García Pelayo, éste uno de los históricos hoteleros de la Costa del Sol, fundador en 1955 del Hotel Lloyd, en Montemar, que aún existe en la actualidad, y que abrió sus puertas el 1 de febrero de 1955, siendo el primero en desarrollar el concepto hotelero como hoy lo conocemos en la Costa del Sol, que entonces, repito, no se la conocía bajo ese nombre.
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Todos ellos coinciden en el papel que en aquellos tiempos de escasez y posteriormente del desarrollismo tuvo Prudencio. Primero con su bar, y después con su restaurante, pero sobre todo por su forma de ser y por su bonhomía. Era como el padre protector de toda una barriada, de todo un mundo que en apenas cincuenta años ha desarrollado un cambio en todos los sentidos como pocos otros lugares en el mundo.
Félix Cabeza, exportador del 'pescaíto frito malagueño' al mundo, con famosos restaurantes en Sevilla, Madrid, Sevilla, Miami y Londres en sus tiempos (hoy mantiene dos establecimientos 'La Dorada' en la capital de España que siguen en los primeros puestos de las preferencias gastronómicas de la capital de España, vuelve a La Carihuela cada vez que puede. «Necesito respirar el aire de mi tierra, y ver a mi gente. Hasta hace unos años yo venía para visitar a mi madre, que vivió en su barrio hasta su muerte, pero ahora lo hago porque lo necesito... Y mi idea es la de finalizar mi vida profesional en Málaga, el gran anhelo de toda una carrera profesional que en su mayor parte la he desarrollado, por avatares de la vida, fuera de mis fronteras. Ya es hora de que vuelva a mi tierra».
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Félix Cabeza salió de Casa Prudencio y fundó en Los Boliches 'La Lubina', «porque el nombre de La Dorada no tenía traducción a otros idiomas, por eso el primero de mis restaurante se llamó 'La Lubina', pero en cuanto cogió cierta fama lo rebauticé como 'La Dorada', que era el nombre que siempre había tenido en mente», afirma.
Cabeza cuando viene a Málaga se hospeda en el hotel Amaragua, en plena Carihuela, porque «esta barriada es única en el mundo. En pocos sitios hay una calle que tiene siete nombres distintos, pues aquí existe. Eso habla de su idiosincracia», añade. Tanto Cabeza como Sierra, Márquez o García Pelayo rememoran acontecimientos con La Carihuela como protagonista, y reivindican la importancia que para la zona tuvo Ursula Andress, «una de las grandes revoluciones cuando venía a la playa en biquini, o Brigitte Bardot, verdaderos 'escándalos'», así como la necesidad de que a Torremolinos se le reconozca la capitalidad del turismo en España, «porque el verdadero origen del turismo, no sólo en la Costa del Sol, sino en España también, estuvo aquí, en Torremolinos, y La Carihuela forma una parte importante en la historia del mismo».
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«El reconocimiento que la España turística le debe a Torremolinos es el que Torremolinos le debe a Prudencio», sentencia Félix Cabeza.
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