Diana Navarro, cantante: «Me encantaría sonar en las discotecas»

-De los clásicos de la copla, a los clásicos del flamenco. ¿Era un paso obligado?

-Era necesario para mí. Con 'Camino verde' empezamos la precuela de los estilos de raíz en los que nos iniciamos para crear 'No te olvides de mí' y '24 rosas'; y ahora hacemos el cante clásico desde el respeto más absoluto, por supuesto, pero con unas ganas tremendas.

Con respeto

-Matiza que lo hace «desde el respeto». ¿Le preocupa no estar a la altura?

-Eso siempre. Considero que hago bien mi trabajo, pero el público es el que manda. Siempre tengo ese respeto, porque no me gusta tener miedo. Y sobre todo no quiero que piensen eso de «soy Diana Navarro y ahora canto flamenco». No, es que lo hago porque me gusta muchísimo, siempre lo he cantado y ahora me encontraba con la madurez vocal necesaria como para afrontarlo bien.

-La crítica flamenca suele ser exigente, ¿teme no gustar a ese sector?

-Me encantaría gustar a todo el mundo, pero sobre todo me gustaría que entendiesen que no es un disco pretencioso. Es un disco que intenta mostrar el cante flamenco desde la voz de Diana Navarro. No hay fusión ni nada, es el cante clásico hecho ortodoxamente. Hemos recordado a la Niña de la Puebla, a Pepe Pinto, a Valderrama... Vamos a grabar un DVD y el disco será en directo, el cante hecho de principio a fin, sin pinchazos de estudio ni nada. Es como el primer 'unplugged' de flamenco.

-Tenía que poner una nota de innovación...

-Sí, nos tenemos que adaptar y dejarle claro a las generaciones que vienen que el flamenco es cultura de nuestro país y más ahora, reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

-Y tras la copla y el flamenco, toca zarzuela.

-Vamos a hacer el repaso por todo lo clásico. Nos gusta mucho investigar y fusionar y en la zarzuela sí queremos innovar un poco, como hicimos en 'Camino verde'. Así ya cerramos el ciclo para continuar con ese disco en el que llevamos dos años trabajando y que será un cambio en el proyecto Diana Navarro, pero dentro de una evolución natural.

-Hace unos meses comentaba que estaba investigando en sonidos electrónicos. ¿Sigue en esa línea?

-Eso siempre.

-¿Le gustaría entonces sonar en las discotecas?

-Sí, también, ¿por qué no? Me encantaría. Si se hacen los remixes adecuados, me haría muchísima ilusión. Tengo 33 años y, además, la discoteca no tiene edad.

-¿Qué estilo no cantaría nunca?

-No me gusta decir que no. La música me gusta tanto...

-¿Se atrevería con el reggaeton?

-No, pero por las letras machistas, porque el ritmo del reggaeton es una pasada. Sin las letras tan retrógradas... el reggaeton es la bomba.

-El flamenco también tiene algunas letras así...

-Hombre, lo de «no quiero ahogarla con las trenzas de su pelo» puede ser, pero eso se cambia. Generacionalmente, era otra cultura. Pero lo de «ni contigo ni sin ti, mis males no tienen remedio, contigo porque me matas y sin ti porque me muero», eso es atemporal. Pasarán los años y los años, los extraterrestres nos invadirá, se irán... escucharán eso y dirán «¡qué verdad tan grande!».

-¿Se considera una mujer de tradiciones?

-Sí, sí, pero abierta a toda la innovación y todo el progreso que venga. Hay que ir al origen para ser original. No se puede evolucionar si no se conoce antes lo clásico.

Evolución

-¿Se aprende del éxito?

-Si yo he tenido éxito, que entiendo que sí porque he evolucionado y mi música se ha escuchado, sí. Yo estoy aprendiendo muchísimo, desde que empecé a como estoy ahora... ¡jolines! ¡un montón!

-¿Se ha conocido mejor a sí misma?

-Sí, hay que crecer personalmente porque si no, no puedes dar nada como artista. La artista no puede vivir sin la persona; hay que alimentarla y cuidarla para que la artista crezca y esté fuerte.

-¿Volvería a las peñas, donde empezó su carrera?

-Sí, de hecho yo creo que en cierta manera no lo he dejado. Mi hermana estuvo el otro día en Torre de Benagalbón y me sacó, así de improviso, y canté. Mis raíces no las dejo, lo que pasa es ya tengo el privilegio de tener un nombre y una oficina que me cuida, y ya voy en otras condiciones. Pero por el cariño y la gente que me he encontrado en las peñas, volvería siempre.

-¿Ya ha terminado el Máster de interpretación para cine y televisión que estudiaba?

-¡Sí, he aprobado! ¡Estoy muy contenta! Era difícil, pero me lo he pasado estupendamente. He aprendido el lenguaje audiovisual, hemos grabado una serie -para Internet, claro, todo muy discretito-, hemos rodado un corto... Y he valorado mucho más mi profesión de cantante. La actuación es una de las artes más difíciles que he conocido, porque es de muchísima disciplina, de muchísima generosidad, de muchísima humildad y muy ingrata. Cuando te dicen «ya eres actor», ya puedes ser camarero, porque es tan complicado y hay tan buenos actores que están en la calle haciendo su performance... Toda mi admiración a los actores. Yo no lo soy, yo sería una cantante que actúa, pero una actriz no. Dentro de 20 años, si sigo interpretando a lo mejor.

-¿Tiene ya alguna oferta?

-Hay alguna cosilla, pero aún nada en firme. Creemos que hay posibilidades, a ver qué pasa.

-¿Se vería en un musical?

-Sería muy bonito, sí. ¿Por qué no? Lo que me salga me encantará, porque me encanta mi trabajo y la música. Una vez que canté con Mago de Oz... ya lo que sea, ya me lancé ahí al barro.