Aparcamientos: el tamaño sí importa

Hay ocasiones en las que el tamaño sí importa, y esta es una de ellas. Cuando se trata de aparcar, treinta centímetros arriba o abajo marcan la diferencia entre aparcar con estrecheces extremas, salir culebreando del vehículo y rozar la puerta con la columna o con el de al lado; o hacerlo cómodamente y sin complicaciones. La anchura de las plazas en algunos 'parkings' públicos de la capital son un motivo recurrente de queja entre los usuarios, y a raíz de estos comentarios SUR ha decidido comprobar sobre el terreno las dimensiones reales del problema.

La principal conclusión es que, de los siete recintos existentes en el entorno del Centro, el que presenta mayores complicaciones es también el mejor ubicado y el más antiguo, el de la Marina, donde las mediciones realizadas por este periódico muestran una anchura de las plazas de 2,10 metros (tomando como referencia la que marca la normativa, desde el centro de cada línea lateral). Los usuarios con vehículos de ciertas dimensiones no pueden evitar invadir parte de la plaza de al lado, lo que muchas veces las invalida a efectos prácticos. También hay que tirar de imaginación para salir por la puerta una vez que el coche está en el hueco. Inés (pide no dar su apellido) acaba de cuadrar su Toyota Avensis junto a una columna y se afana en bajarse como puede: «Es insoportable, ninguna plaza tiene un tamaño normal, en el momento en que el coche de al lado no lo cuadre perfecto ya no te puedes bajar», exclama.

Desde la Sociedad Municipal de Aparcamientos (Smassa) reconocen esta situación y explican que incluso se llegó a hacer un estudio para darle solución. «El problema está en los pilares, que no se pueden mover. Así que se conseguirían unas plazas enormemente grandes y a cambio se reduciría en un tercio la capacidad. Una disminución tan alta sería inviable porque iría en contra del servicio», aclaran estas fuentes. También es cierto que el recinto cumple la normativa del momento en que se construyó, a finales de los 80.

El segundo peor situado es el de Tejón y Rodríguez, donde si le toca el pilar tendrá un hueco de 2,10 metros, y se eleva a 2,30 si está entre dos líneas. En este caso, los problemas provienen tanto del ancho como de las dificultades para maniobrar, entre continuas rampas en curva. En este recinto también es habitual que los vehículos ocupen parte de la otra plaza. Se inauguró en 1992.

El escenario cambia cuando se visita alguno de los recintos más modernos, como puede ser el de la Alcazaba, el de avenida de Andalucía o el de Camas, entre otros. En estos casos se aplica una normativa moderna, que hace que los estacionamientos tengan una anchura de 2,40 metros, e incluso más en algunos casos. Además, cuentan con viales de acceso y salida más anchos, al igual que las zonas de rodadura. Con todo, tampoco están exentos de críticas, y la principal es el precio. Aunque esta es otra cuestión.