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VIVIR

'Cristobalín', el rockero del Gran Poder

Chris Barron, vocalista de Spin Doctors, está prendado de 'La Perchelera'. Viaja de Nueva York a Málaga para echársela al hombro

ESTER REQUENA

Domingo, 17 de abril 2011, 03:35

La genética 'guiri' puede despistar. Pero Chris Barron, rubio de los pies a las cejas, pasa por malagueño en el alboroto de la Semana Santa. La túnica negra, los guantes blancos y una devoción ciega lo convierten en el cofrade 'Cristobalín', una vez que mete el hombro en el varal B-7 del trono de la Virgen del Gran Poder el Jueves Santo. El rock, la chupa y los conciertos los olvida en su casa de Nueva York, a 6.000 kilómetros de Málaga, donde se reencuentra con la fe. De lo contrario, sería muy complicado soportar 13 kilos de media sobre su hombro derecho durante siete horas seguidas. Por mucho que uno tenga 43 años y mida 1,82. Para el vocalista de Spin Doctors «todo esto merece la pena y más».

'Cristobalín, el americano', como lo apodan sus compañeros de trono, no es tan conocido en su faceta malagueña de cofrade como Antonio Banderas. Pero eso no quita para que en su hogar compartan estantería su medalla de la Cofradía de la Misericordia -que ha utilizado en algún concierto- con una buena tanda de discos de platino de su banda. Solo con el álbum 'Pocket Full of Kryptonite' vendió en los noventa más de cinco millones de discos, a los que hay que sumarle dos millones de su 'Homebelly Groove'. Cifras muy parecidas a las que hoy maneja la mismísima Lady Gaga. Incluso la pegadiza 'Two Princes' la bailamos y cantamos más que el 'Bad Romance' de la mujer filete.

Las cornetas y tambores distan mucho del pop-rock que le tira tanto, pero Chris ha hecho todo un doctorado cofrade desde que en 2006 Luz Casal y su marido, Paco Pérez-Bryan, exdirector de Radio 3, lo invitasen a vivir en primera línea las procesiones andaluzas. Barron todavía no se arranca por saetas, «ni me veo», aunque entona en español y con salero: «¡¡¡Viva la perchelera!!! Arrrrrrrrrrrrrriba la perchelera!». Así jalea el público a «su» virgen durante el recorrido... y así firma estos días el líder de los Spin Doctors sus correos electrónicos y sms. Eso sí, sin olvidar su 'nick' cofrade, 'Cristobalín'. Probó a meter el hombro en el puesto de Paco Pérez-Bryan durante un tramo de la procesión y le gustó, a pesar del dolor. «La primera vez estaba histérico, no sabía cómo iba a ser de difícil o si haría algo mal», confiesa el cantante desde Dinamarca, en plena gira de conciertos.

Tres toneladas

Allí apura sus últimas horas de gimnasio para llegar en forma a su cuarto año como portador. Siempre que el tiempo lo permita. Un año la lluvia le aguó la ilusión después de unos preparativos donde la siesta pasa por ser un requisito fundamental. Su trono mide lo mismo que tres 'Ford Focus' en línea. El peso, como un coche y medio. Alrededor de 3.000 kilos que se reparten entre 222 hombres sin turnos. Borja Thyssen solo aguantó unos 45 minutos por compromiso hace un par de años en uno de los tronos de las Reales Cofradías Fusionadas, de la que son hermanos su madre, Carmen Cervera, y Banderas. «Mi hija dice que se me reconoce rápidamente porque soy el único rubio», explica entre risas Chris Barron, creyente confeso.

El músico anota todas sus vivencias cofrades en una libretilla con un vocabulario 'made in spanglish' «y hasta han llegado a confundirme con un policía de tanto escribir en ella». Se patea las calles desde la tarde al alba junto a Luz, Paco y su hija Samantha, de 12 años, a la que ha contagiado su pasión de ir al encuentro de las cofradías. «Me encanta cuando la gente se agolpa en pequeñas calles a la oscuridad de la noche para ver las imágenes». No se pierde los momentos cumbres de la Semana Santa malagueña en los que en un metro cuadrado llegan a entrar hasta diez personas. O más.

Casi lo aplastan

Un año casi lo aplastan en el multitudinario encierro de La Paloma, hermandad en la que es fijo el exalcalde madrileño José María Álvarez del Manzano. Pero lo recuerda como «una gran vivencia» entre torrijas y algún que otro limón 'cascarúo'. Al igual que el paso por la calle Altozano de la Novia de Málaga, de la que es seguidora Carmen Sevilla además de la exministra Magdalena Álvarez. Esta piadosa estrella del rock incluso se anima a «darle un empujón» a la Virgen de la Esperanza, uno de los tronos más pesados de España -bajo el que se encuentra también Banderas-, tras reponer fuerzas, cuando termina con 'La Perchelera' bien pasadas las tres de la mañana. «Pero lo hago con el otro hombro» y siempre con las marchas procesionales de fondo. «¡Claro que la música fue lo primero que me llamó la atención! Pero luego te cala la belleza de los tronos, las imágenes, el esfuerzo de los hombres...». Y las saetas, como las que canta Pasión Vega a su cofradía de Nueva Esperanza o las que improvisa Estrella Morente en plena calle, ya se encuentre delante del Cristo de los Gitanos de Granada o de la Virgen de las Penas en Málaga.

A pocas horas de volver a sentir la Semana Santa en la piel, Chris Barron reza porque el avión no se retrase y mañana llegue a punto para ver a El Cautivo, el cristo que le ha robado el corazón a Melanie Griffith. La primera vez que la actriz lo vio sobre su trono en la céntrica calle Larios se le cayeron dos lagrimones. No sabía explicar el porqué. Desde entonces la intérprete, a cara descubierta, es una más entre las cerca de 30.000 anónimas promesas que acompañan a este cristo el Lunes Santo y cuya procesión tampoco se pierden Raúl Sender, María Teresa Campos o Diana Navarro.

A poco más de 200 kilómetros, también la Duquesa de Alba se prepara para recibir en las puertas del sevillano Palacio de Dueñas los dos pasos de la Cofradía de los Gitanos, de la que es una de sus grandes benefactoras y en la que participan activamente su hijo Cayetano y sus nietos. Tampoco se perderá a la Esperanza de Triana, donde se encuentra su costalero preferido: Francisco Rivera Ordóñez. Callejeando por Sevilla es fácil encontrarse con los modistos sevillanos Victorio y Lucchino, quienes han dado vida a más de un manto, o al periodista Carlos Herrera.

Las caras famosas se camuflan entre los millones de visitantes y turistas que toman las ocho provincias para disfrutar de la devoción andaluza. El sector hotelero ya se frota las manos. El año pasado hubo 1,2 millones de reservas. Solo en Córdoba, el impacto total de su Semana Santa supera los 42 millones de euros. Algo así como el 0,35% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia, según Analistas Económicos de Andalucía. Una tradición de lo más rentable y que logra que hasta un rockero como Chris Barron sueñe estos días con cornetas y tambores.

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