Diversión sobre madera

Inaugurada el pasado verano en la céntrica calle Sánchez Pastor, El mundo de Pinocho es un colorido universo basado en los juegos tradicionales, como herramientas didácticas muy útiles para el desarrollo de la imaginación y creatividad de los más pequeños de la casa sin necesidad de pilas o baterías. Así, la tienda dispone de un amplio catálogo de juguetes de madera hechos a mano como caballos, motos, aviones, saltadores, puzzles, diábolos, yoyós, bolos, trompos, carracas, xilófonos, pistolas, arcos, flechas, escudos, espadas...

Habitaciones mágicas

El ambiente mágico y acogedor de este comercio se puede trasladar al hogar, principalmente la habitación de los niños, a través de una gran variedad de objetos de decoración como relojes de pared, percheros, lámparas de techo y pie, carillones, portarretratos, cofres, letras, aldabas o placas personalizadas con el nombre de los pequeños para decorar el cabecero de la cama, la puerta, el armario o la pared. También contiene artículos para la cocina como servilleteros, portarrollos, abrebotellas, tapones de corcho o imanes, y material escolar (lapiceros, marca páginas, sacapuntas, reglas...).

Entre los accesorios más curiosos destacan los portadientes de leche, para intercambiar las piezas por monedas con el ratoncito Pérez, o los soportes para cepillos de dientes, que incorporan un reloj de arena para que los niños sepan cuando finalizar su cepillado.

Junto al trabajo artesanal sobre madera, uno de los sellos distintivos de esta empresa es la simpática interpretación del mundo animal que realiza en el diseño de sus artículos, con perros, gatos, conejos o pájaros muy sonrientes, de ojos desorbitados y mirada pícara.