Los orígenes del flamenco
GONZALO ROJO
Viernes, 9 de julio 2010, 03:59
CADA día son más los datos que existen acerca de los orígenes del cante flamenco. Atrás quedaron ya los supuestos antecedentes que unían al flamenco con las culturas árabe, judía, egipcia, paquistaní, gitana, etc., que como hipótesis se le atribuyó en la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del XX, cuando aún la investigación estaba en pañales. También el decantismo romántico ayudó bastante poco, puesto que lo único que hizo fue traer a primer plano unos hipotéticos restos arqueológicos, que de aplicarse, hubiesen ayudado a convertirlo más en pieza de museo que en arte vivo. El arte flamenco procede del cante popular andaluz a través de la tradición musical; de los viejos romances; de las canciones de romería, de siega, de vendimia, de pregones; de los cantes de arrieros, de las fiestas religiosas, de la vida con sabor a campiña; de los zéjeles y jarchas y de la poesía dramática que llevaron a nuestras provincias de ultramar, compañías de actores en busca de aventuras.
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A todo lo expuesto hay que agregar otra serie de elementos capitales, como son las tonadillas escénicas, las canciones españolas, infinidad de zarzuelas y sainetes y composiciones musicales españolas del XIX, con lo que se fue formando un arte que en el siglo XX adquirió su definitiva configuración, y que hoy es respetado y admirado en todo el mundo. El querer buscarle otros orígenes al cante flamenco es perder el tiempo.
El flamenco es un fenómeno natural que se va fraguando a través de los años en una determinada área geográfica llamada Andalucía, un arte netamente español que se sirvió de otros elementos musicales para su conformación, al igual que otras artes, y que ahora goza de una salud extraordinaria. Naturalmente existen otras teorías que proponen orígenes distintos de los expuestos, pero éstas no han prosperado por carecer de soporte documental serio.
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