Alboroto en la discoteca

Los vecinos se habían quejado del exceso de decibelios en el establecimiento, pero el alboroto que pudieron escuchar hace una semana no se correspondía con la música del local, sino con la respuesta de su dueña, Olivia Valere, ante la solicitud de la Policía Local de que les mostrara la licencia de apertura de uno de los restaurantes que posee junto a la discoteca que lleva su nombre. La empresaria no dudó en calificar a los agentes de «hijos de Satán» y advertirles de que perderían su puesto de trabajo, actitud a la que habría que sumar manotazos y gritos, según la denuncia presentada por los policías en los juzgados de Marbella por amenazas, insultos, agresión y desobediencia a la autoridad.

Los hechos, según fuentes policiales, tuvieron lugar el pasado jueves, cuando una pareja de agentes se personó en las instalaciones del complejo de ocio propiedad de Valere. La Policía le solicitó la licencia de uno de sus dos restaurantes, 'Le Privé', dado que la empresaria podría estar utilizando parte del establecimiento como discoteca cuando el permiso de apertura sólo contemplaría la posibilidad de ofrecer servicios gastronómicos. En ese momento, según los agentes, comenzó la jarana, con Valere como protagonista principal.

Las diligencias judiciales, instruidas en el Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella, recogen las amenazas de la empresaria a los policías. Entre ellas, la de que los agentes se verán obligados a «cambiar de ciudad», según indicaron fuentes municipales. «Os vais a enterar, no sabéis quién soy yo», advirtió además Valere, que se habría negado en todo momento a facilitar la documentación requerida por los efectivos policiales.

«Hijos de Satán»

«Criminales» e «hijos de Satán» son, según la denuncia, algunos de los improperios lanzados por la propietaria del local a los policías. Puñetazos y manotazos, las supuestas agresiones. Según consta en el atestado policial, uno de esos golpes en la mano de uno de los agentes originó la caída de toda la documentación que éste portaba, lo que provocó las «burlas y menosprecios» de las personas allí presentes. Las provocaciones de Valere no habrían acabado ahí. Según los denunciantes, la empresaria abrió la puerta trasera del vehículo policial y se introdujo en su interior, instando a los agentes a que le llevaran «a hablar con vuestros jefes».

La denunciada también aseguró que hablaría con la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, y que los agentes perderían su puesto de trabajo. Los detalles del altercado se encuentran, según fuentes policiales, recogidos en una grabación llevado a cabo por los agentes, que advirtieron a la empresaria de esta circunstancia. Según la denuncia, afirmó que «le daba igual» que grabaran la conversación.

Consultada sobre estos hechos, Valere descartó ayer realizar ninguna declaración, puesto que, según indicó su jefa de prensa, se lo impide el contrato en exclusividad firmado con un programa de televisión sobre la vida de varias mujeres de alto nivel adquisitivo.