El temporal frena al picudo rojo
El temido escarabajo destruyó el año pasado la quinta parte del palmeral privado de Marbella y casi el 10 por ciento del público
M. J. CRUZADO
Sábado, 6 de marzo 2010, 02:49
Al picudo rojo no le gusta la lluvia y mucho menos el frío. Las voraces larvas de este molesto escarabajo necesitan una temperatura superior ... a los 15 grados y algún que otro claro en el cielo para volar de palmera en palmera y colonizarlas. Este invierno está siendo especialmente duro para el temido insecto, que aguarda un vuelco en los termómetros que no termina de llegar. Los pronósticos vaticinan que las inclemencias del tiempo retardarán la entrada de la primavera, estación en la que el picudo comienza su actividad infecciosa.
El año pasado, este molesto turista destruyó más de la quinta parte de las 50.000 palmeras privadas de Marbella y en torno a 1.400 de las más de 12.000 públicas que jalonan los principales enclaves turísticos del municipio. Doscientos ejemplares, sobre todo de palmera canaria (su favorita) y de datilera tuvieron que ser sacrificados como la única forma de poner freno a la voracidad del coleóptero en un verano especialmente cálido que favoreció la infestación.
«Las lluvias han frenado la expansión», aseguraron desde la Delegación Municipal de Parques y Jardines que insistió en que se trata de una tregua que retardará la aparición de la plaga, ahora imperceptible. Los operarios municipales en colaboración con la Estación Phoenix de Elche y la plataforma creada para frenar el avance del picudo rojo han conseguido reducir entre un 70 y un 80 por ciento la tala de palmeras en el último año respecto a veranos anteriores.
Una tregua
Este año anuncian que echarán mano de su mejor artillería, no sólo para evitar la propagación de la plaga, sobre todo, para evitar una tala masiva de árboles. Michel Ferry, director científico de la Estación Phoenix señala que los nuevos tratamientos foliares que se aplican directamente sobre la corona de la palma con insecticida encapsulado y la limpieza de los tejidos afectados permiten salvar ejemplares que antes eran inevitablemente destruidos. «Si se sanea a tiempo una palmera infectada se puede salvar. Muchos particulares sacrificaron el año pasado sus ejemplares porque desconocían las posibilidades que ofrecen los nuevos tratamientos fitosanitarios. Poco a poco, vamos mejorando en la lucha contra esta plaga».
El presidente de la plataforma creada para combatir la propagación del insecto coincide. Carmelo Espinosa apunta que el viento y la humedad le favorecen, pero no el frío ni las precipitaciones constantes y esto, junto a los nuevos medios de los que se disponen «juega a nuestro favor».
Desde que este curculiónido originario del sudeste asiático y Polinesia se detectara por primera vez en Almuñécar (Granada) en 1994, son miles las palmeras que en todo la zona mediterránea han sucumbido a su ataque. La principal dificultad consiste en detectar su presencia antes de que sea demasiado tarde. Se trata de un gorgojo rojizo de unos tres centímetros de largo y poderosas mandíbulas casi imperceptible, aunque no su rastro de destrucción. Como medida preventiva, los técnicos aconsejan estos meses para iniciar la poda por ser los de menor vuelo de los insectos, siempre que no sea excesiva y se respete las palmeras en verde.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.