En primera fila de Cibeles
Drapeados, superposiciones y mezclas de tejidos protagonizaron la segunda jornada de la pasarela madrileña Pesos pesados como Del Pozo o Verino presentaron sus propuestas para el próximo otoño-invierno
SONIA QUINTANA
Sábado, 20 de febrero 2010, 03:01
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Jesús del Pozo fue el encargado de levantar el telón de la 51 edición de Cibeles Madrid Fashion Week, tras la jornada del jueves ... de El Ego, donde American Perez se alzó con el premio a la mejor colección de esta cita para jóvenes creadores. El diseñador madrileño ha regresado al calendario oficial de la pasarela -en la pasada cita presentó su colección en su taller como conmemoración de sus 35 años en la moda- con unas propuestas para el próximo otoño-invierno teñidas de marrones, mostazas, tejas, verdes oliva, calderas y azules intensos. Faldas tubo por encima de la rodilla, abrigos y capas, muchas capas. La lana y el punto se combinan con charoles y metales, que el modisto utiliza en puños y cuellos como si se tratase de un accesorio con entidad propia.
Tras las tranquilas propuestas de Jesús del Pozo le tocó el turno al espectáculo de Francis Montesinos, que en esta ocasión optó por dar la bienvenida a los presentes con una alborada (canto típico valenciano), interpretado por su prima, María José Pérez. El 'show' no había hecho nada más que empezar. Enredados en redes marineras, los modelos pusieron en escena la colección 'Mar del Cabanyal'. «Me parecía muy poético empezar con esta canción porque define la esencia de la colección», explicó el creador valenciano, que subió a la pasarela a su musa, Paola Dominguín, y al modelo Jon Kortajarena, a quien la prensa internacional le ha bautizado como el nuevo 'capricho' de Madonna.
Explosión de color
Ágatha Ruiz de la Prada presentó una colección 'pop-comercial' en la que, como es habitual, mezcló los naranjas con los fucsias, amarillos y azules eléctricos. Para el final dejó lo que ella ha bautizado como 'vestidos-paragüas' (con enormes cancanes) y, siguiendo las tendencias, ha realizado para la próxima temporada sus corazones en metal y los ha cosido en cazadoras, vestidos y jerseys.
La tarde arrancó con Victorio & Lucchino, que proponen para el próximo otoño-invierno una colección nada Victorio & Lucchino. Adiós a los volantes, hola a los plisados. El aire andaluz que respiraban sus modelos parece haber sido absorbido, de repente, por la Grecia clásica. Las maniquís desfilaron con propuestas de terciopelos, sedas, gasas y satenes para una colección en vainilla, maquillaje y gris plomo, con el frambuesa como única pincelada de color fuerte. Mezclas de tejidos, de estructuras y muchos drapeados.
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Tras el turno de los sevillanos llegó Elio Berhanyer, uno de los históricos de nuestra moda española. El cordobés, fiel a su estilo, trajo a Cibeles una colección de trajes de chaqueta y vestidos inspirados en la Andalucía del siglo XVIII donde no faltaron evocaciones a la tauromaquia y los bandoleros de Sierra Morena con tocados de goyesca y monteras. Lanas, gasas, moirés y brocados para una exquisita colección en la que como ya es costumbre no faltaron las propuestas nupciales. Con el público en pie, ya en el 'backstage', Elio se fundió en un emotivo abrazo con Cuca Solana, directora de Cibeles.
Roberto Verino trasladó a los presentes hasta las calles de París, donde se mezclan los trasnochadores del 'Moulin Rouge' con los trabajadores madrugadores. «Hemos querido que todas las prendas de esta colección se conviertan en iconos clásicos del armario femenino», señaló el diseñador gallego, que propone, entre otros, manguitos y calentadores de lana, decorados con elementos de pedrería, azabache, plumas y cristales de Swarosvki.
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Adolfo Domínguez bajó el telón con una colección en la que destacaron los abrigos y vestidos 'oversize' en alpaca, mohair y lana. Las pieles sintéticas se mezclan con el terciopelo de seda en tonos grises, negros, azules, turquesas, berenjenas y rosas, entre otros. Los drapeados fueron también otra de las apuestas del diseñador gallego, que regresó a Cibeles en la edición anterior, tras diez años fuera de las pasarelas.
Quienes también quedaron fuera de la pasarela, pero por motivos diferentes, fueron tres modelos -dos españolas y una belga- por tener un Índice de Masa Corporal inferior a 18, el considerado saludable por la Organización Mundial de la Salud.
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