El rector, en el despacho del antiguo pabellón de gobierno en El Ejido. Será uno de los últimos en trasladarse al nuevo edificio, en la ampliación de Teatinos. Marilú Báez

Teo López: «Me he encontrado una universidad, siendo optimistas, peor de lo que esperaba»

El rector cumple cien días de mandato al frente de la Universidad de Málaga. Los problemas apenas han dado tregua y la situación económica se ha convertido en prioritaria

Sábado, 1 de junio 2024, 23:25

Esta próxima semana se cumplirán cien días de la toma de posesión oficial de Teo López Navarrete como rector de la Universidad de Málaga. Han ... sido tres meses de vértigo, en los que los problemas se han ido acumulando de manera casi atropellada para el nuevo equipo de gobierno. La difícil situación económica de la UMA ha sido sin duda la principal preocupación del nuevo rector, de su equipo y de toda la comunidad universitaria. La acción de gobierno ha quedado eclipsada por las dificultades económicas, la deuda y los recortes presupuestarios. Reconoce que ha habido momentos de cansancio, pero que no ha perdido las ganas, la ilusión y el compromiso. Lo que sí echa de menos es viajar en transporte público o pasar más tiempo con su hijo pequeño, que va a cumplir seis años. En el plano personal también ha pasado momentos complicados, por la delicada operación quirúrgica a su compañera y madre del pequeño Teo, la profesora Susana Cabrera.

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–¿Podría resumir estos tres meses al frente de la UMA?

–Han sido días de tomarle el pulso a la situación de la Universidad y es evidente que estos cien primeros días han sido muy intensos. El tema financiero ha sido nuestra principal preocupación, también la revitalización de la UMA o las obras que tenemos pendientes. Hemos abordado el problema de tener un nuevo Pabellón de Gobierno terminado y cerrado más de dos años y con una perspectiva muy compleja en tanto en cuanto se requería una inversión para equipamiento muy alta. Han sido días muy, muy intensos.

–Empezando por lo más satisfactorio, el Pabellón de Gobierno está cobrando vida...

–Sí, lo dije en su momento: nos teníamos que ir aunque fuera con muebles baratos. Al final nos vamos con los que tenemos en el actual Pabellón de Gobierno de El Ejido. Y la donación desinteresada de un empresario, antiguo trabajador de la UMA, a quien agradezco el gesto.

–Se ha encontrado con una UMA, ¿peor o mucho peor de lo que esperaba?

–Bueno, vamos a ser optimistas y le diré que me la he encontrado peor de lo que esperaba. No puedo decir otra cosa porque entonces faltaría a la verdad. Éramos conscientes de que la situación económica era compleja, pero no tan compleja, eso es cierto. También era necesario un cambio en el modelo de gobernanza, intentar tener una universidad más participativa, con un mayor diálogo y otra forma de entender el gobierno, y aquí también me la he encontrado peor de lo que esperaba. Pero las muchas dificultades que estamos teniendo no nos han mermado ni un ápice las ganas, la ilusión y el convencimiento de que dentro de unos años dejaremos una mejor universidad de la que nos hemos encontrado.

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Estabilidad presupuestaria

«Reclamo a la Junta líneas especiales de financiación, más allá del actual plan de ajuste»

–Repasando sus declaraciones en campaña, hay algunas cuestiones que no han salido tal como anunció. Por ejemplo, prometía reducir su equipo de gobierno, pero ha nombrado también a 17 personas. 

–Sí, es cierto. Lo que podríamos denominar el primer anillo en responsabilidad de gobierno es esencialmente el mismo número de personas. Pero sí es verdad que lo que antes era el segundo anillo, vicerrectores adjuntos o cargos asimilados, el número es sensiblemente más pequeño. Uno tiene tendencia a intentar reducir al máximo el gobierno de la Universidad, me reservé varias semanas e hice una reflexión profunda, incluso se me tachó de ir demasiado lento, porque la costumbre era tener al equipo antes de presentarse a las elecciones. Me pareció que en este momento es lo que necesita la universidad.

–Tampoco se ha cumplido su anuncio de contar con unos presupuestos propios para este año...

–Efectivamente. Y estaba tan convencido que llevamos al primer consejo de gobierno las directrices del nuevo presupuesto. Pero nos encontramos con dos realidades importantísimas. Por una parte, la situación económica de la Universidad requería que cuanto antes, con la mayor celeridad posible, tuviésemos el organigrama dentro del presupuesto y que se supiese con qué se contaba a nivel de mínimos. Eso por un lado. Por otro, hasta hace dos semanas no hemos tenido una primera estimación de la financiación para este año. Estamos hablando que eso ha sucedido a finales de mayo. Ahora es cuando nos podríamos poner a hacer el nuevo presupuesto del año 2024 que, en el mejor de los casos, habría estado después de verano. No podíamos aguantar tanto. Era preferible asumir la prórroga, una prórroga envenenada porque viene con 14 millones de euros menos, e intentar trabajar ya con una seguridad presupuestaria que nos permita hacer unos nuevos presupuestos para el año que viene.

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–Con 14 millones menos con respecto al año pasado, ¿cómo se puede gestionar una organización de la magnitud y dimensión de la Universidad de Málaga?

–Pues con enormes dificultades. También con el compromiso y el cariño que he sentido de toda la comunidad universitaria que quiero aprovechar aquí para agradecerles. He tenido el compromiso de decanos y directores de centros que unánimemente han apoyado los recortes que se han hecho en sus presupuestos. Con los directores de departamento tuvimos tres reuniones a las que asistí personalmente. Y con un apoyo prácticamente unánime del consejo de gobierno. Serán años complicados, pero he dicho y sigo manteniendo que no se va a comprometer ni un ápice la excelencia de la docencia. Es verdad que hay recortes a los departamentos, pero no habrá ni un solo departamento que no pueda hacer alguna actividad ligada a la docencia. Y vamos a intentar que el otro pilar de la universidad, que es el apoyo a la investigación, tampoco sufra ningún tipo de lesión importante.

Recortes

«No habrá ni un solo departamento que no pueda hacer alguna actividad ligada a la docencia»

–Ante esta situación tan delicada, ¿qué respuesta está recibiendo de las consejerías implicadas, Hacienda y Universidad?

–Quiero dejar constancia de la enorme cercanía y absoluta disposición de las dos consejerías que tienen que ver en este tema. Por un lado, el consejero de Universidad, el profesor Villamandos, afirmó en mi toma de posesión en San Telmo que nunca va a dejar sola a la Universidad de Málaga y que los problemas de la Universidad de Málaga son los problemas de su Consejería. Y ya he tenido conversaciones con la consejera de Hacienda, Carolina España, que también debo de dejar constancia de la cercanía y la sensibilidad que tiene en relación a la Universidad de Málaga.

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–¿Qué perspectivas de futuro ve en estos momentos?

–Somos una universidad excelente, en muchas áreas estamos en la frontera del conocimiento y en la excelencia docente. Estoy seguro de que las instituciones nos van a echar una mano para que, cumpliendo y aplicando la ley, seamos capaces de hacer un plan de ajuste que nos permita seguir haciendo política universitaria y al mismo tiempo tener una robustez y una estabilidad financiera en los próximos años.

–¿Ha temido en algún momento la intervención de las cuentas por parte de la Junta, contemplada por la Ley Orgánica del Sistema Univesitario?

–En ningún momento. La Universidad ha sido el motor de crecimiento de Málaga, la ciudad con una pujanza económica más importante de Andalucía. Ha sido el motor incluso de crecimiento demográfico del barrio de Teatinos o de El Ejido. En ningún momento he pensado que una universidad de cerca de 40.000 estudiantes, del tamaño y del peso de la Universidad de Málaga, sufriese una intervención por parte de la Junta de Andalucía. En ningún momento, y lo digo absolutamente con sinceridad, he tenido la más mínima sospecha de que se iba a tomar una medida de ese calibre.

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–El consejero de Universidad llegó a insinuar que la UMA había gastado 200 millones sin autorización de la Junta. Luego matizó aquellas declaraciones y dijo que se podía deber a diferencias en la interpretación de apuntes contables. ¿Han aclarado esta cuestión?

–No, no se ha terminado de clarificar. De hecho, tenemos una reunión prevista con nuestros respectivos equipos para este mes de junio en la que, además de un primer contacto institucional, seguiremos tratando el tema económico. Desde mi punto de vista ha habido un problema de falta de financiación de la Universidad de Málaga que ha provocado una situación de déficit histórico que hemos sido capaces de superar por esos remanentes de tesorería positivos Desaparecieron y seguimos viviendo al mismo ritmo, lo que nos ha llevado a la situación en la que estamos. Sin olvidar el dinero de los remanentes de tesorería que se aportaron al fondo Covid de la Junta.

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Situación financiera

«Estoy convencido de que no es consecuencia de una gestión fuera de la legalidad»

–El consejero negó que se hubieran pedido a la UMA 36 millones para el fondo Covid...

–Nosotros tenemos esa carta, que también ha visto el consejero. Estoy seguro de que si vuelve a hacerle esa pregunta, matizaría su respuesta.

–¿Dan entonces por perdidos esos 36 millones? Aseguró en campaña que haría todo lo posible por recuperarlos... 

–Estamos negociando, tal como dije en campaña. Y reclamo a la Junta líneas especiales de financiación, porque únicamente así la Universidad de Málaga alcanzará una estabilidad presupuestaria, más allá del actual plan de ajuste. Creo que esto lo entienden los consejeros de Hacienda y de Universidad. Vamos a seguir en este tema, no hemos hecho nada más que empezar. Pero sí es cierto que son fondos que se aportaron a partir de remanentes positivos, que en teoría no tendrían por qué existir y, si los tienes, te arriesgas a que te los quiten.

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–Ante la situación económica que han heredado, incluso las dudas sembradas por el propio consejero, ¿se ha planteado en algún momento encargar una auditoría de las cuentas de la UMA?

–Esta es una pregunta difícil que intentaré responderle a corazón abierto. Hacer una auditoría a un equipo de dirección, a un rector que termina un mandato, sería un precedente en la Universidad de Málaga, incluso a nivel nacional. Una medida que se tendría que tomar en una situación grave. No digo que la situación financiera de la Universidad de Málaga no sea compleja, pero estoy convencido que no es consecuencia de una gestión fuera de la legalidad. La gestión habrá sido en algunos momentos más afortunada, en otros menos. La Universidad de Málaga debe mucho al mandato del equipo anterior y del rector Narváez. Yo lo pondré siempre de manifiesto. Y si ha habido cuestiones que están ligadas a una gestión que no fue lo suficientemente afinada o acertada y hemos llegado a la situación actual, no creo que eso tenga que ver con ningún tipo de irregularidad legal. Sentaríamos un precedente sumamente grave. No me ha parecido que hacerle una auditoría a un equipo de gobierno anterior fuese adecuado.

Auditoría

«No me ha parecido adecuado. Sentaríamos un precedente sumamente grave»

–De sus seis años de mandato, al menos dos se van a ir en el ajuste presupuestario. ¿Cómo cree que se verá afectado su programa de gobierno?

–Como dice, debo ser sensato y reconozco que al menos un par de años se pueden ir en el tema presupuestario y es verdad que luego seguirá quedando mandato. Voy a contar con el mejor equipo de dirección para intentar cumplir en su totalidad o en un porcentaje muy alto, el programa de gobierno. De hecho no renuncio a ello ahora. Desgraciadamente, la situación económica ha pasado a ser la prioridad, pero detrás está el programa de gobierno. Al menos intentaré que cuando me vaya la cuestión económica de la Universidad de Málaga esté absolutamente liquidada, que tengamos una solidez financiera y una estabilidad presupuestaria y una transparencia absoluta en el gasto.

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El rector de la Universidad, en un momento de la entrevista. Marilú Báez

«La UMA juega en una división distinta a la de las universidades privadas»

–El martes, más de nueve mil jóvenes se examinan de selectividad. Varios miles no podrán estudiar en la universidad de su ciudad o capital. ¿Qué mensaje tiene para estos alumnos y sus familias?

–En primer lugar, desearle muchísima suerte y que hagan una prueba excelente que les permita tener la nota que se merecen por los dos años de bachiller que han pasado. La universidad debe tener siempre un equilibrio entre intentar tener las puertas lo más abiertas posible con un compromiso de la docencia de la máxima calidad posible, una docencia de excelencia. Estaría encantado de que pudiesen estudiar aquí todos los que lo deseen asegurando que tienen la misma calidad de los que finalmente entren por su nota de corte.

–Estos alumnos que no entran en la pública pueden terminar en una universidad privada. ¿Cómo ve las relaciones entre ambas en un futuro ya cercano?

–Me considero una persona dialogante y estoy seguro de que tendré cercanía con los rectores de esas universidades. Pero como dije en campaña, porque así lo siento, no vamos a ser una universidad en Málaga, vamos a ser la Universidad de Málaga. Vamos a estar siempre en otra división distinta a la de las universidades privadas. Y lo único que sí pido es que haya un tratamiento de las universidades privadas exactamente igual al que hay con las públicas. Mire, la rectora de Huelva se quejaba hace unos días porque han tardado diez años en autorizarle el título de Medicina. Algunas privadas lo van a tener en diez meses. Los estudiantes de esas universidades privadas no son de segunda división y se merecen tener títulos que están perfectamente evaluados por la Agencia Andaluza de Evaluación.

–En su discurso de toma de posesión se refirió al sacrificio de sus padres para que usted y sus hermanos estudiaran en la universidad. Entonces tenía un prestigio social elevado ¿Se está perdiendo ese prestigio?

– El prestigio y la excelencia de la universidad creo que no se han perdido. Sigue siendo una institución enormemente valorada. La universidad que yo tanto recuerdo ha cambiado para bien. Lo que en mi época se entendía por igualdad de oportunidades desgraciadamente era que si uno bajaba del sobresaliente ya no podía entrar en la universidad. Ahora, afortunadamente, la universidad es mucho más abierta y nadie que tenga posibilidades y que haya superado la selectividad tiene impedimento para entrar. Como todo en España, los tiempos han cambiado para bien, para mucho mejor.

–Cuando un joven Teodomiro, recién licenciado en la Universidad de Extremadura, llega a la UMA, ¿imaginó en algún momento que llegaría a ser su rector?

–Absolutamente nunca. Además, lo digo de corazón, me di cuenta de que los malagueños eran unos ciudadanos cosmopolitas, abiertos y me sentí muy en mi casa, con lo cual siempre pensé que esta sería mi universidad para siempre. Hice una carrera investigadora intensa, y siempre pensé que esa iba a ser mi vida, la investigación ligada a la docencia; jamás en la vida se me pasó ni remotamente por la cabeza que llegaría a ser rector.

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–Como usuario habitual del transporte público, ¿cómo lleva el coche oficial?

–Regular. Siempre disfruté mucho del transporte público porque te permite leer o hacer otras cosas, al tiempo que haces algo de ejercicio, siempre bueno para la salud.

–Confesaba en campaña que uno de los mejores momentos del día era el rato que pasaba con su pequeño Teo, llevándolo al colegio o a la hora de acostarlo. Imagino que para ambos será duro este cambio de rutina...

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–Yo lo llevo regular. Es verdad que por la tarde, tanto su madre como yo procuramos estar lo más cercanos posible, algo que cada día se me hace más difícl. Es cierto que si echo algo fuertemente de menos es ese día a día con mi hijo pequeño, que pronto cumplirá seis.

-En estos tres meses, y con la acumulación de problemas, ¿ha habido algún momento de desfallecimiento?

-Siempre digo que aquí estoy por voluntad propia, independientemente de que cuente con el apoyo de amigos que están detrás empujando. Ha sido una decisión estrictamente personal. Y es cierto que con un comienzo tan duro, en el que no ha habido respiro para enfrentar un problema tras otro, que nos ha impedido poner en marcha nuestro programa de gobierno, he tenido momentos de cansancio. Pero, con total sinceridad, le puedo asegurar que no he perdido ni un ápice de las ganas, la ilusión y el compromiso que me llevaron a presentarme. Y, siempre lo he dicho, de intentar cumplir en la totalidad el programa de gobierno que pusimos sobre la mesa. Tenemos para ello seis años, no seis meses.

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