Desde septiembre, con la carrera terminada y pendiente del examen de idioma
Francisco Gutiérrez
Lunes, 9 de febrero 2015, 16:02
La experiencia de Olalla Negrete es aplicable a otros cientos de universitarios malagueños: empiezan la carrera, saben que tienen que aprobar un examen de inglés ... o cualquier otro segundo idioma, que es lo que en realidad se exige para la acreditación, pero lo van dejando, hasta que se encuentran con la carrera terminada y su título retenido pendiente de la acreditación de nivel en ese segundo idioma. Su historia, comenta ella misma, es la típica de otros muchos estudiantes. «El inglés lo estudias en el bachillerato, pero luego empiezas la carrera y lo vas dejando». Si, como en su caso, no solicita la beca Erasmus de movilidad para la que se exige un nivel de inglés B1 o superior, el B2, según el destino el inglés va quedando aparcado y ocupa un lugar muy secundario en sus preocupaciones.
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Hasta que llega el final de la carrera y se acuerdan del inglés. «Es entonces cuando te das cuenta de que es un requisito imprescindible para el título, lo sabes desde el principio, pero parece que no le das importancia. Es entonces cuando te pones las pilas», explica Negrete Empezó estudiando en la Fundación General, donde el Centro de Idiomas de la UMA forma a los alumnos y realiza exámenes de acreditación de nivel en enero, mayo y septiembre. Pero al conseguir una beca Séneca para estudiar un curso completo en Santiago de Compostela tuvo que dejarlo. Después se examinó por Cambridge, y suspendió un primer examen y el segundo «por una décima». Ahora, por fin, ha conseguido el aprobado.
Aunque está sufriendo sus consecuencias, Olalla Negrete considera que exigir un nivel de idioma a los graduados «está bien, es necesario y deberían haberlo implantado desde hace tiempo». Pero asimismo sugiere que «si es obligatorio, se debería estudiar en la carrera». Y apunta que las clases en el centro de idiomas de la UMA «no son precisamente baratas» y viene a ser como una academia más. El curso de cien horas cuesta quinientos euros.
La Fundación General también cobra por estos exámenes de acreditación. La tarifa general es de 60 euros, aunque la UMA financia la mitad de esta matrícula a sus alumnos. El examen consta de una parte oral y otra escrita. El curso pasado el examen escrito era gratuito. El coste de los cursos y del examen, según Olalla Negrete, «echa para atrás a muchos alumnos», que si consideran que no están bien preparados prefieren no presentarse.
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