El Unicaja ya trabaja sobre un protocolo para la vuelta a los entrenamientos
Valora el manual de las Asociaciones Española de Preparadores Físicos y Médicos de Baloncesto, en el que colaboraron Diego Vázquez y Enrique Salinas
El Unicaja piensa ya en la vuelta a los entrenamientos después del largo confinamiento que sus jugadores han sufrido al igual que millones de ... españoles a causa de la crisis del coronavirus. Será de una forma gradual y según las recomendaciones de las autoridades sanitarias. El primer paso llegará el próximo día 2 una vez que se confirme que se podrá salir a correr y a realizar ejercicio físico al aire libre. Para los jugadores, será además la oportunidad de poder volver a lanzar a canasta, algo vital para ellos si tienen alguna cerca Luego, según evolucionen las cosas, se irá avanzando de forma gradual.
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Los servicios médicos del club y sus preparadores físicos se basan en una serie pautas, pero en líneas generales se da por bueno el manual que ha sido elaborado por la Asociación Española de Médicos de Baloncesto y la Asociación Española de Preparadores Físicos de Baloncesto, en parte porque en su elaboración participaron el preparador de la primera plantilla, Diego Vázquez, y el de la cantera y de la selección española, Enrique Salinas. En cualquier caso, se está a la espera de un protocolo oficial del Consejo Superior de Deportes, en sintonía con Sanidad.
Lo primero será el regreso al trabajo. Para que esto sea posible, todo el equipo y cuerpo técnico debe someterse a un control médico mediante «historia clínica» y a las pruebas habituales en estos días del SARS-CoV-2. Conociendo los resultados, será el médico del equipo el que dé la luz verde para comenzar los entrenamientos. Así, en el día a día, todos los componentes de la plantilla deberán tomarse la temperatura antes de acudir a la sesión de trabajo, comprobar que es menor de 37 grados y comunicárselo al médico. Para trasladarse al pabellón es necesario el uso de mascarillas y guantes de protección.
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Ya en el entrenamiento se evitará cualquier tipo de contacto, algo que se puede cumplir porque en las primeras semanas de trabajo cada jugador se ejercitará de forma individual. Así, se evitarán los choques y saludarse con las manos. Cada jugador tendrá que disponer de una toalla y una botella de uso individual. Se evitarán los ejercicios en el suelo, por aquello del sudor, y se apunta que sería recomendable sustituir los banquillos por sillas con separación de al menos 2 metros. Como se puede comprobar son medidas que ahora nos parecen lógicas, pero que hace sólo dos meses nos habrían parecido excesivas. Así, habrá que cuidar hasta el último detalle, como la entrada y salida al pabellón, que deberá realizarse según un horario programado de forma individual y siguiendo un circuito de tránsito previamente establecido, siempre siendo superior a dos metros la distancia entre los profesionales. Los vestuarios no se podrán usar, al menos en una primera fase y se aconseja que los jugadores se duchen en su casa. En caso contrario, y como ocurre en el Palacio de los Deportes o el pabellón de Los Guindos, en los que hay varios vestuarios, se pueden usar de forma escalonada o en grupos reducidos. Como es lógico el lavado de manos y la desinfección de las instalaciones debe ser continuas.
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Trabajo físico
Por lo que respecta al trabajo físico y que ahora sería una pretemporada, la ACB ya ha establecido un periodo de preparación de unas tres semanas antes de que comience el torneo ideado para cerrar la Liga.
Si la vuelta a los entrenamientos se produce la próxima semana o, a más tardar, a mediados de mayo, se estaría en plazo para volver a competir el 15 de junio en una sede todavía por confirmar. La Asociación Española de Preparadores Físicos de Baloncesto estima que una regla que puede aplicarse a la mayoría de situaciones de desentrenamiento es programar un tiempo mínimo del 50% del tiempo que se ha estado parado. De esas tres semanas de pretemporada, la primera de ellas, o diez días, irá dedicada a un trabajo individual, en la que el preparador físico evaluará en qué estado han llegado los jugadores y qué necesidades tienen. Luego, si las condiciones sanitarias lo permiten, llegará el momento del trabajo en grupo.
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