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Una gran transformación no le da al Unicaja para seguir con vida en la Champions
El equipo malagueño firmó un gran encuentro ante el Baxi Manresa y remontó en el último cuarto; decidió una canasta de Thomasson a un segundo del final
La mejor versión del Unicaja no le dio para seguir con vida en la Champions League. La andadura europea del conjunto malagueño acabó en un ... final cruel, pues cualquiera de los dos equipos habría merecido la victoria. Quizá el conjunto cajista se mereció una vida más, pero delante tuvo a un rival que dominó durante muchos minutos y supo reaccionar al ambiente del Carpena. El choque lo decidió Thomasson a un segundo del final y su canasta valió la clasificación del conjunto catalán para la Final Four de Bilbao. El tiro del estadounidense dejó helado a los casi seis mil aficionados que eligieron el baloncesto antes que las procesiones del Martes Santo. Fue un triste final para cerrar la primera experiencia del Unicaja en esta Champions League que no ha convencido a nadie y en la que las expectativas eran tan altas que incluso quedarse a un paso de la Final Four parece poco. El experimento de la Champions acaba con más partidos perdidos que ganados y teniendo en cuenta que la clasificación para cuartos llegó por la renuncia de un equipo, el Prometey, cuyo país está en guerra. Lo peor, al margen de cuestiones deportivas, es la sensación de que la competición no ha calado entre el aficionado malagueño y eso es tan grave como la confirmación que se ha bajado un nuevo peldaño en lo deportivo.
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El Unicaja necesitaba un cambio radical para creer en la victoria y en forzar el tercer partido, pero lo que se vio en el arranque del choque no hizo presagiar nada bueno. Errores, fallos, mala selección. Quizá eran los nervios, pero el 4-9 del comienzo no era esperanzador. Por suerte, había detalles que dificultaban que el Manresa impusiese ese ritmo infernal del primer choque. Díaz se colocó sobre Thomasson y Brizuela no tuvo la presión de defender al estadounidense. Con esa vía de anotación más controlada, que no cerrada, el equipo cajista protegió mejor su canasta y ganó en confianza. Los puntos los puso un Barreiro similar al que se vio en el Zaragoza la pasada campaña. Activo, agresivo, atacando el aro y llevando a su defensor al poste. Las canastas del gallego permitieron emparar el partido a 13 al ecuador del primer cuarto. Además, el relevo de Díaz esta vez no fue Mooney, sino Fernández y el madrileño le dio puso una marcha más al juego cajista. El Unicaja le dio la vuelta al partido y cerró los primeros minutos ganando 23-22.
Cuando se sentó Fernández, el Unicaja ganaba 26-22, pero fue entrar Mooney y el plan se vino abajo. Varias jugadas precipitadas dieron vida al Manresa y, lo que es peor, le permitieron coger ritmo. Si en el primer cuarto la mayoría de las canastas visitantes llegaron cerca del aro, ahora era una lluvia de triples con cinco seguidos que lo dispararon en el marcador (39-48). Fiel a su estilo, el Manresa no consumía más de quince segudos por posesión, a veces menos, con rápidas transiciones. Sufría el Unicaja pese a algún triple aislado y las canastas de Barreiro. No podía seguir el ritmo y su rival había recuperado la alegría. Un triple de Brizuela alivió la situación sobre la bocina del descanso (42-50).
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Trató de igualar esa intensidad de su rival el Unicaja nada más salir de los vestuarios, pero no logró un rédito importante en el marcador y sí un gran perjuicio, la cuarta falta de Díaz. Sin el pelirrojo en la pista, esta vez Fernández no fue la solución. Pasó por serios apuros el equipo malagueño, con Dani Pérez campando a sus anchas y Moneke haciendo un destrozo con las asistencias de este (48-59). La ausencia del nigeriano dio un respiro al cuadro cajista que se enganchó al partido con un parcial de 6-0 con Barreiro de nuevo al rescate. Además, un par de triples le permitieron compensar las rápidas canastas de un rival al que ahora le costaba más anotar. Mooney, al que parece que le hacen falta varios fallos para entrar en en el juego, al fin empezó a carburar y permitió a su equipo llegar al final choque vivo y con una notable mejoría.
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Esa tendencia se confirmó con un gran paso adelante en defensa. Suárez frenó por completo a Moneke y Bouteille esta vez sí lograba canastas en momentos importantes. El Unicaja ganaba 77-69 y el Carpena se venía abajo. El problema es que mientras el equipo malagueño todavía celebraba el último triple del francés, el Manresa ya había anotado dos canastas. El pulso se mantuvo, ya sin Suárez ni Díaz, el primero con una brecha en la cabeza y el segundo, lesionado. Los dos últimos minutos fueron frenéticos, con un intercambio de triples. Se cegó Mooney al jugarse uno demasiado forzado y con 14 segundos por jugar, Thomasson apuntilló al Unicaja. Quedaba un segundo, pero el tiro de Bouteille, demasiado forzado y lejano no tocó ni aro.
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