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El Unicaja tira de orgullo, pero tampoco puede con el Lenovo Tenerife
Basketball Champions League ·
El equipo malagueño remontó una desventaja de 14 puntos, pero acabó cediendo en el último suspiro y finaliza cuarto y sin premio la Final FourEl Unicaja se fue de vacío en su Final Four. El equipo malagueño tiró de orgullo con una gran reacción en el último cuarto, pero ... no le bastó para doblegar a un sólido Lenovo Tenerife que fue mejor durante todo el encuentro. Como sucedió el viernes, el conjunto cajista estuvo lejos de su mejor versión durante tres cuartos. Llegó a perder 17 puntos y sólo la energía de Perry lo devolvió al partido en la recta final. Llegó a empatar, pero esa ansiedad que le ha perseguido en esta cita volvió a aparecer para hacer imposible la victoria (79-84). El Unicaja se queda, además, sin premio económico, pues el Tenerife se llevó los 100.000 euros reservados para el tercer clasificado. El encuentro es un aviso cara al futuro, pues los dos equipos se enfrentarán en la fase por el título dentro de unas semanas en la Liga Endesa. Para eliminar al conjunto canario tendrá que jugar mucho mejor de lo que lo ha hecho estos días.
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La actividad defensiva con la que el Unicaja comenzó el partido hacía pensar que había superado el varapalo del viernes ante el Telekom Bonn. Tenía fluidez ofensiva, se metían manos en defensa y había ritmo. Como también acompañaba el acierto de tres, el equipo cajista se escapaba 18-12. El partido pintaba bien para el equipo de Ibon Navarro, pero el Tenerife demostró tener más recursos. De entrada estaba perfecto en los triples y a esto unió la eficacia de Shermadini cerca del aro. La reacción canaria fue inmediata, al tiempo que empezaba a dificultar la circulación del balón de los locales.
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El 29-31 con el que se cerró el primer cuarto evidenciaba dos cosas. Por un lado que la tendencia inicial se había cambiado y que la defensa cajista no carburaba. Eran demasiados puntos. El Unicaja no fue capaz de revertir esa tendencia que se apreciaba en el partido. Su defensa parecía mejor, robaba algunos balones y podía correr, pero no lograba aprovechar esa superioridad y desperdició varios contragolpes. Esas pérdidas fueron castigadas sin piedad por el equipo amarillo.Triple de Sastre, triple de Abromaitis, varias canastas de Shermadini... El bloqueo del Unicaja era ya evidente y se le veía totalmente fuera del partido. Los gestos de algunos jugadores no eran buenos, más pendientes de un pésimo arbitraje que de poner atención al partido. El Tenerife mostró múltiples recursos con Jaime Fernández y Cook y la paliza era ya importante. Al descanso se llegó con un doloroso 38-53. Era el tanteo más alto encajado por el Unicaja en la Champions esta temporada. El dato era demoledor, como también que el equipo canario nunca perdió cuando logró más de 50 puntos al descanso.
La cosa no pintaba nada bien.Como al comienzo del partido, el Unicaja se mostró más agresivo. Brizuela lograba canastas rápidas y se mascaba la reacción, pero no fue posible porque la ansiedad y la presión por hacerlo bien podía con el equipo malagueño. De nuevo desperdiciaba posesiones con pérdidas absurdas, como en un saque de fondo. El Tenerife encontraba más oposición, pero no desperdiciaba los regalos de su rival. Incapaz de poder enjugar la desventaja, al Unicaja le pudo la precipitación, con malos tiros y un juego desordenado, impropio de él mismo esta temporada.
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El equipo cajista necesitaba un milagro teniendo en cuenta el rival que tenía delante. No hubo aparición divina, pero el que sí irrumpió en el encuentro fue un Kendrick Perry estelar que rompió la monotonía de su equipo con velocidad y orgullo. El estadounidense, dolido por ese triple fallado ante el Bonn, lideró la reacción local. El Unicaja enjugaba poco a poco y con problemas la desventaja de su rival hasta que el propio Perry empataba el partido con un triple (76-76). Lo más difícil estaba hecho, pero ahí faltó paciencia para haber ejecutado con más serenidad los ataques que llegaron después. La tuvo el Tenerife y especialmente Jaime Fernández, que fue el que terminó de cerrar a su equipo. Doornekamp sentenció con un triple a falta de 14 segundos.
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